𝚃 𝚁 𝙴 𝙲 𝙴

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─ ¿Qué haremos cuando lleguemos a Londres? ¿Dónde quieres vivir? Te complaceré en todo lo que quieras. ─Recarga su cabeza sobre su brazo derecho.

JiMin frente a él solo lo ve y se encoge de hombros.

─ Solo quiero vivir juntos. ─Responde. ─Una casa pequeña tal vez, no me importa, pero... No lo sé, de alguna forma siento que será perfecto pase lo que pase cuando lleguemos. Solo si estoy contigo no me importa.

─ Yo sé exactamente que hacer. ─JungKook estira su brazo izquierdo toca la mejilla de JiMin para acariciar suavemente con su manos. ─Viviremos en una linda casa, mediana, adoptaremos perritos ─Eso hace sonreír a JiMin de forma dulce. ─Compraremos para los dos, y estudiarás música en la universidad.

─ No necesitas gastar dinero en mi JungKook, yo también quiero ayudarte.

─ Lo harás, cuando te vuelvas un músico famoso o un profesor tremendamente solicitado por las universidades, serás tu quien me mantenga. Solo estoy haciendo un plan de retiro.

JiMin toma su mano que anteriormente lo acariciaba, y entrelaza sus dedos para dejar sus manos tomadas en medio de ambos, a la altura de sus cabezas.

─ Gracias. ─Pronuncia el mayor con un tono es suave.

─ ¿Qué es lo que tendrías que agradecer?

─ La forma en la que me siento en casa contigo. Cálido puede describirlo, pero eres algo así mi lugar seguro. Sé que no lo digo mucho, o nunca, pero, estoy feliz de conocerte, más aún de que seas tú quien tiene mi corazón en sus manos.

Miró su mano junto a la de JungKook y creyó que realmente estaban destinadas a estar juntas, que él y Jungkook lo estaban.

─ Estoy profundamente enamorado de ti. ─Rió algo nervioso sin separar su vista en ningún momento de sus manos. ─ Muy rápido, lo sé, pero... pero yo... solo no puede evitarlo, porque cuando me di cuenta ya estaba en este punto y sinceramente no sé si hay una palanca de regreso para dejar de sentir esto.

Y aunque la hubiera, JiMin fingiría no verla. A él le gustaba ese sentimiento. Le gustaba levantarse por las mañanas deseando que JungKook sea la primera persona a la que vea, le gustaba la forma en la que un simple toque o mirada podía causar cientos de emociones en él, por un demonio, nunca le había gustado tanto sonrojarse para demostrar cuan tímido le ponían las palabras de JungKook o sus sonrisas tiernas, o incluso la forma en la que lo miraba. Le gustaba pensar en JungKook, le gustaba sentir que JungKook era el único en el mundo para él.

─ No necesitas una palanca de regreso. ─Le dice JungKook en un tono bajo. ─ Jamás la necesitarás. Park JiMin, Te amo. Estoy intensamente enamorado de ti, y te amo más que a nada en este mundo.

Era curioso como parecía sonar tan simple cuando ambos estaban dando todo de si mismos, cuando se estaban declarando su amor, sacando a luz sus emociones que parecían ser fuertes, pero que si eran lastimadas, ambos terminarían irremediablemente rotos.

No se besaron, no hicieron el amor, solo se miraron, jugando con el agarre en sus manos.

El toque entre ellos era más allá que superficial, lo necesitaban, lo ansiaban más allá de lo que seguramente podrían ansiar cualquier otra cosa en la tierra.

Era una mañana hermosa, más allá de ser navidad, la mañana era perfecta porque estaban juntos. Porque su vida estaba siendo entrelazada igual que sus manos. Luciendo perfecto armonioso, como si siempre hubieran estado destinados a estar juntos, como si sus corazones le hubieran pertenecido al otro desde el segundo uno en el que cruzaron miradas.

Arrogante| KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora