Epílogo: Sin límites para el amor

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Sayumi se dirigía desde su posición en la Quinta División (que consistía en un grupo de Shinobis especializados en diversas técnicas, cuya función era de apoyar a las demás divisiones) ya que su unidad no había sufrido bajas y necesitaban ayuda en la Primera División, que se encontraba en pleno ataque de los Zetsus blancos.

Ella era la encargada de comandar un grupo de ninjas que la seguían hasta el lugar de la batalla, el cual se encontraba a una gran distancia desde su posición actual. Tenían que atravesar el País del Rayo para finalmente poder llegar hasta sus costas en el otro extremo.

Habían sufrido varios ataques por parte de los Zetsus, pero sin ninguna baja. Por medio de un ninja sensor (que cada equipo debía poseer) les habían informado que los Jinchurikis del Hachibi y del Kyubi habían escapado y se dirigían al campo de batalla. Precisamente por la zona de bosques en la que estaban y que se pedía que los llevaran devuelta a su base en la isla (acto que era sumamente imposible, debido al tiempo que eso implicaría y también que ellos eran sumamentes fuertes).

Uno de los shinobis de Iwagakure, se le acercó a Sayumi para preguntarle algo:

-Capitana Tatsuko-San, dígame, ¿en cuánto tiempo cree que llegaremos con la Primera División?- Preguntó un joven de no mas de treinta años.

-Shikaku-San dijo que no estamos muy lejos, tardaremos dos o tres horas más en llegar. Todo va de acuerdo a la estrategía de ataque, así que no te preocupes.- Contestó con una amplia sonrisa la shinobi de Konoha.

-De acuerdo, muchas gracias Capitana-San.- Agradeció el joven y volvió a su posición en el grupo. Sin embargo, se mantuvo cerca de ella y en ningún momento disminuyó el ritmo. 

A medida que los minutos pasaban, ella estaba cada vez más preocupada. No quería admitirlo, pero la sola idea de pelear contra las personas fallecidas y que estas puedan ser sus amigos, familiares o parejas...Le helaba la sangre y le provocaba un odio incontrolable hacia Kabuto (siendo él quien los manejaba a través del Edo Tensei.)

Demasiada sumergida en sus propias preocupaciones la aisló, lo cual hizo que no se percatara que el joven shinobi que le había hablado hacia un rato, se acercaba a ella con un kunai en la mano, listo para atacarla.  El resto del equipo no se había percato, sino hasta que saltó hacia ella.

Sayumi se giró justo a tiempo para ver como su colgante del Clan Uchiha era cortado mientras que otra persona golpeaba a su atacante, tirándolo al piso, mientrás le hacia crecer un árbol en su lugar. Si, era él, Uzumaki Naruto; recubierto por una capa de Chakra del Kyubi.

-¡Bien! Este era el último de aquí. Vámonos Bee.- Le dijo Naruto a su amigo Jinchuriki. Ella se agachó para recoger su colgante que había sido cortado por el kunai del ninja impostor, hasta que una cálida mano le aparece frente  a su cara y ella la tomó- Él está por allí, deberías verlo por última vez.- Al decir esto, Naruto le dedicó una sonrisa y siguió su camino sin más que decir.

Los shinobis que la acompañaban se estaban inquietando, pues esperaban respuestas por parte de su Capitana, pero ella solo tenía una cosa en su mente: Itachi.

Capitana. Capitana. ¡Capitana!.

Fue ahí que su mente reaccionó.- ¡Lo siento!, pero tengo que ir a corroborrar algo con mis propios ojos. Hikari-San, estas a cargo hasta que yo vuelva, ¿de acuerdo?.- Le dijo a una mujer joven del grupo de Shinobis de Sunagakure, era morocha y el mismo Kazekage Gaara la había recomendando una vez a ella para ser su compañera en una misión. 

Sayumi abandonó su puesto de batalla, y se internó en lo profundo del bosque para poder ver una vez más a su amado. Estaba completamente mal aquello que estaba haciendo, pero sus deseos eran más fuertes que cualquier otra cosa, y no lo hacia más facil el hecho de sostener y apretar continuamente el colgante en su mano izquierda. Se dijo a si misma que si dentro de los próximos diez segundo no lo encontraba, volvería con su grupo...

-Uno, dos, tres.

-Cuatro, cinco, seis.

-Siete, Ocho, Nueve...-  Y cerró los ojos, no quería llegar a pronunciar aquel número que cambiaría todo.-Diez.- Dijo finalmente.

Sin embargo, cuando abrió los ojos, frente a ella se encontraba un Itachi revivido por el Edo Tensei.- Sayumi...- Dijo él sorprendido.

- Itachi...- Pronunció ella en un susurro que fue llevado por viento. Se acercó hasta él, lo suficiente como para acariciarle la mejilla con su mano.- Te he extrañado mucho, ¿lo sabes.no?. No ha pasado un día desde nuestro último encuentro en el que no haya pensado en tí.- Le declaró , mientras la joven reprimia sus ganas de llorar.- Mira, lo he llevado conmigo desde el momento en que me lo devolviste y jamás me lo he quitado. Por que es la única prueba que tengo de que tú sigues aquí conmigo.- Le dedicó Sayumi una tierna sonrisa, mientrás ésta se llevaba una mano al corazón. 

-Eres única Sayumi, siempre serás mi persona especial. Pero me temo que nuestro pequeño tiempo juntos se ha terminado, yo morí, Sayumi. Tienes que hacer tu vida, formar una mejor que la mía para que te pueda ver feliz, desde donde sea que este, siempre te estaré observando.- Pronunció Itachi mientras apoyaban sus frentes una con la otra, haciendo que el tiempo se volviera más lento para ellos. Pero finalmente él se separó y la abrazó, para luego darle un último beso en los labios de la shinobi.

-Adiós, princesita. Prométeme que no me olvidarás, y has tu vida tan feliz como quieras.- Se despidió el Uchiha, mientrás le sostenía su mano y la contemplaba por última vez.

-Por supuesto, Itachi. Pero esto no es un adiós, porque nos volveremos a ver.- Contestó Sayumi al borde de las lágrimas.

- Tenlo por seguro, que dentro de muchos años, nos volveremos a encontrar...-Dijo Itachi, pero ella apenas pudo oírlo, porque él, ya se había ido.

 Sayumi se quedó observando por unos minutos más la quietud de aquel bosque.

Luego, se dirigió hacia su división, que no tardarían mucho en llegar a su destino. Corrió por un rato a todo lo que su cuerpo le permitía para alcanzarlos y finalmente lo logró.

-Capitana Tatsuko-San. Que alegría que ya esté aquí. Nos acaban de informar que la Primera División está sufriendo innumerable bajas, no pueden retener a los Zetsus Blancos ni a los revividos por el Edo Tensei ellos solos.- Dijo Hikari, transmitiéndole el reporte del estado por Nara Shikaku.

-Entendido, Hikari-San. Muchas gracias por tu trabajo.-Agradeció Sayumi a la shinobi.- Tadashi, informale al ninja sensor que estaremos ahí dentro de los próximos diez minutos, que traten de resistir un poco más.- Le ordenó al ninja sensor de Konoha.

-Por supuesto, enseguida se los comunico.- Y sin más se fue a cumplir su misión.

No tardaron mucho en llegar hasta la costa, en donde se desplegaba una gran batalla. Sayumi, no sabía si sobreviviría a la guerra, si se encontraría peleando con compañeros fallecidos o si vería morir a los  que ella amaba. Pero lo que era seguro, era que Itachi y ella habían soportado inmensas cargas, logrando que el destino los uniera nuevamente. Así que una guerra, no era la mayor de sus preocupaciones, porque él, siempre estaría con ella.

 Fin...

Nuestros secretos ( Fanfic Naruto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora