Los primos oscuros

21/ Crucio

CRUCIO EN SEGUNDO AÑO

Morgana miró con dureza a los tres chicos frente a ella. Anoche, Potter había escuchado atentamente su plan después de haber aceptado unirse a ellos. Fingiría ser amigo de los Weasley, sin embargo ahora era técnicamente un mortífero (sin la marca), a pesar de que el niño tenía 12 años.

En este momento, Crabbe, Goyle y Draco Malfoy estaban en la sala de requisitos con la heredera de Slytherin y su serpiente. Draco se olvidó del hombre que entró en la sala común ayer, debido al miedo que estaba sintiendo, por lo que Morgana no se molestó en borrar sus recuerdos.

"Entonces," comenzó Morgana, sin apartar la mirada de los tres chicos, "¿Qué pasó?"

"Había dos pastelitos flotantes ..." empezaron Goyle o Crabbe, Morgana honestamente no lo sabía ni le importaba.

Morgana lo interrumpió con una risa fría, enviando escalofríos por sus espinas. "Déjame aclarar esto, ¿ambos comieron pastelitos flotantes?"

Ambos asintieron, haciéndola respirar profundamente. "¿Qué dije específicamente el otro día, Malfoy?"

Draco tragó saliva, "Hay que tener cuidado con quién compartimos información."

"¿Y que hiciste?"

"Compartí información con Potter y Weasley ..."

Morgana tarareó y se sentó, "Crucio". Ella lanzó a Malfoy mientras los otros dos miraban con horror cómo comenzaba a gritar.

Morgana estaba honestamente ahora agradecida de estar en la sala de requisitos, donde no se podía reportar ningún tipo de magia oscura. Ella puso los ojos en blanco cuando él se desmayó e hizo lo mismo con los otros dos niños, luego los dejó allí.

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Leo, que estaba sentado junto a la chimenea leyendo un libro de artes oscuras, frunció el ceño cuando su hermano entró en la sala común luciendo dolorido mientras cojeaba.

Morgana, que estaba en el sofá con su serpiente en su hombro leyendo con ella, no les dio una segunda mirada. "¿Qué pasó, Draco?" Leo preguntó, sin saber si debería ayudar o no.

Draco frunció el ceño y subió las escaleras a su dormitorio, sin responder. Crabbe y Goyle, que también parecían tener mucho dolor, siguieron su ejemplo.

Leo resopló cuando su rostro mostró reconocimiento. Morgana. Simplemente volvió a su libro, sin cuestionar por qué ella hizo eso, sabiendo que probablemente era por una buena razón.

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"tu m'as manqué!" exclamó Amara mientras corría a los brazos de Morgana. Morgana se rió entre dientes mientras sostenía a su novia, "Yo también te extrañé, mi amor".

Regulus resopló, "¿Por qué estoy soltero de nuevo?"

"Porque te lo mereces." replicó Leo, quitándole el baúl de las manos mientras Morgana hacía lo mismo por su novia.

Mientras Regulus y Leo comenzaron a discutir, Morgana y Amara comenzaron a ponerse al día con lo que se perdían el uno del otro.