| Yakisoba |

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Capítulo 2

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Capítulo 2.

— Soy el capitán de la primera división de la Tokyo Manji. — junto sus puños. — Soy Baji Keisuke. — separó sus puños y se dirigió al resto de los pandilleros. En un abrir y cerrar de ojos, había acabado con todos los presentes, menos con Chifuyu y conmigo. — Recuerden bien lo que os voy a decir. Estos dos de atrás, son mis amigos. — apunto con su pulgar hacia atrás, a nosotros.

— Que guay. — dijo en un suspiro el rubio a mi lado. Yo también pensaba lo mismo.

— ¿Os encontráis bien? — dijo Baji para después girarse, cuando me miró se puso rojo. — Tu camisa.. — ahí recordé que seguía sin camisa. Me dirigí a recogerla a un lado de la acera.

— Pervertidos. — susurré. No era su culpa, pero eso daba igual. Me puse la camisa, abroché los botones y volví con ellos.

— ¿Os gusta el Peyoung Yakisoba? — sonrió con una sonrisa amplia. En ese momento algo en mi hizo click y me sonrojé un poco.

— Ah. ¡Si! — dijimos Chifuyu y yo a la vez, cosa que hizo que el pelinegro riera.

— Seguidme. — y comenzó a caminar hacia su casa. — Está es mi casa. — señaló un edificio que, extraordinariamente, también era el nuestro. Parecía que todos vivíamos en el mismo edificio.

— También en nuestro edificio. — dijo el rubio. El pelinegro se sorprendió y nos guío a su casa.

— ¡Mamá! Ya estoy en casa. — dijo mientras abría la puerta y se quitaba los zapatos. — Traje unos amigos de la escuela. — en ese momento, una señora de cabello negro y ojos ámbar se mostró. De alguna manera, ella me sonaba familia.

— Bienvenidos, sentíos como en casa. — nos invitó a pasar e imitamos la acción de Baji. — ¡Ah! Tu eres la chica que me ayudó la semana pasada. Muchas gracias por ayudarme con las cosas más pesadas. — ahí recordé que la semana pasada ayude a la mujer con unas cosas de su mudanza. Esta tenía que subir varias cosas pesadas y me ofrecí para ayudarla con ello porque nuestro edificio no tenía ascensor.

— Oh. No fue nada. — dije sonriendo. Entre a la casa después de Chifuyu. Parecía que ambos estaban muy felices de haberse conocido.

— ¿¡Solo queda uno?! ¡Mamá! — el pelinegro se quejó a su madre. Esta parecía reírse ante su acción.

— D-da igual. Tomalo tu Baji-san. — dijo el rubio.

— ¿A? ¿Te importa si lo compartimos? — le dijo el pelinegro al rubio, cual acepto casi de inmediato. Yo solo me fui con su madre a hablar un rato.

— ¡Oh! Hola cariño. ¿Cómo te llamas? — su madre me pregunto mientras me sentaba a su lado en el sofá del comedor, ella estaba viendo la televisión.

— Me llamo Fujimori Aki. Vivo en el sexto piso. ¿Le molestaría si me quedo un rato más aquí, en su casa? — hablé amablemente para no causar una mala impresión.

To be your friend - Baji KeisukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora