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Capítulo 11.
—Oye Tora, Chifuyu no responder a mis mensajes. —entré a la cocina con un poco de dolor en el corazón.
—No te preocupes, estará en una reunión. —dijo Kazutora, que estaba lavando los platos.
—Él siempre me manda algo si tiene alguna reunión. —dije mirando mi teléfono. —Aunque sea solo un punto, me manda algo para que no esté preocupada.
Kazutora dejo lo que estaba hablando, se limpió las manos y me abrazó con fuerza.
—Tranquila Aki, seguro que está bien. ¿Te mando su ubicación?
—Si. —nos separamos del abrazo para ver mi teléfono más detenidamente. —Hoy me mandó dos, una hace dos horas, y otra hace una. No se movió mucho del sitio.
—¿Quieres que vayamos por él?
Me quedé en silencio sabiendo que si corríamos riesgos sería culpa mía. Mis pensamientos me hubieran atormentado a no ser que Kazutora hubiera posado sus manos en mis hombros.
—No pasara nada, ¿si? —hubo silencio.
—Bien, vamos a salvar a Chifuyu.
Cómo fue de esperarse, salimos al poco tiempo, cogimos mi auto y conduje hasta la ubicación de Chifuyu cual nos mandaba a un alto edificio lujoso. Tuve que quedarme en el auto mientras Kazutora iba adentro del edificio. Estuve unos treinta minutos esperando, se oían disparos y gritos desde fuera, pero no estaba nerviosa, estaba segura de que iba a salir con Chifuyu en sus brazos. Al cabo de un rato más, vi como el muchacho de cabellos largos salía por la puerta del edificio con un hombre de cabello negro desordenado, pero no era Chifuyu.
—¿Y Chifuyu? —pregunté con la voz temblorosa.
—Dame el botiquín. —abrí el maletero y le entregué el botiquín de primeros auxilios a Kazutora.
—¿..Y Chifuyu? —volví a preguntar. De nuevo, sin respuesta. —Kazutora. Y Chifuyu. —dije con la voz más temblorosa y ahora las lágrimas amenazaban con salir.
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