Título original: Memorias
•──────────✯──────────•
Marcela y yo hemos estado juntos desde siempre, solíamos ser amigos desde niños, jugábamos por horas en el patio de su casa, hablábamos en mi habitación todo el tiempo... Ella era mi mejor amiga y yo el suyo. Todo cambió en la universidad cuando me fui del país para estudiar, después de eso nos distanciamos y esa bonita amistad quedó completamente atrás. Pasé noches enteras de insomnio pensando en si realmente se había olvidado de mí tan fácilmente, la respuesta no llegaría hasta mi regreso.
Cuando volví a Bogotá creí que las cosas serían igual que siempre, que seguiríamos siendo amigos pero de un momento a otro tomamos un curso completamente diferente. De repente todo cambió, lo único en lo que podía pensar era en Marcela, en sus ojos verdes tan brillantes y llenos de confianza, sus labios que a simple vista eran tan suaves y ni como olvidar el aroma de su perfume, siempre quedaba impregnado en mí. No sé en qué momento dejé de pensar en ella como mi amiga, nuestra amistad se convirtió en algo mucho más grande, ya no solo eran tardes de charlas sobre nuestros días o juegos infantiles, no, eran momentos especiales, las conversaciones se fueron haciendo cada vez más profundas, cada vez había más abrazos y en ocasiones solíamos tomarnos de la mano inconscientemente, algo que jamás había pasado entre nosotros. Cuando comenzamos a salir me sentí la persona más afortunada del mundo, todo era perfecto, nada podía arruinarlo, estaba seguro de que eras el amor de mi vida, que nada podría separarnos.
Qué ingenuo.
Siempre que pienso acerca de esto me siento como un completo imbécil, ¿Cómo fue que todo comenzó a desmoronarse? ¿En qué momento se abrió esa brecha tan profunda entre nosotros?
Ah. Ya sé Cuando.
Fue luego de la primera infidelidad...
Amaba a Marcela con locura en ese entonces, de eso no había duda. Aún así no pude evitar dejarme llevar por esa maldita modelo, no quería hacerlo pero... Jamás voy a olvidar tu expresión cuando lo descubrió, me dolió infinitamente ver como su alegre rostro se transformó en sombrío, me juré a mí mismo que nunca volvería a hacerlo y me creyó.
Continuamos como si nada y luego sucedió de nuevo... Y de nuevo, y de nuevo y de nuevo... Poco a poco dejó de confiar en mí y, eventualmente, de amarme.
Si tan solo no hubiese cometido tantos errores tal vez hoy estaría a mi lado.
Si no me hubiese equivocado tanto en este momento estaríamos en el altar, pero en lugar de mí está con el idiota de Calderón...
En ese momento el celular de Armando comenzó a sonar por lo que atendió.
–Armando.– Habló Margarita desde el otro lado de la línea.
–¿Qué sucede, mamá?– Preguntó Armando sin despegar la vista del papel en el cual estaba escribiendo sus penas.
A pesar de que no estaban cara a cara Margarita estaba nerviosa, la mujer mayor comenzó a jugar con sus manos y miró hacia abajo momentáneamente antes de darle a su hijo la noticia. –Se trata de Marcela.– Eso captó la atención del pelinegro por lo que comenzó a escuchar con más atención que antes. –Ella... Ella y Mario acaban de casarse...–
Por alguna razón él había tenido la esperanza de que hubiera dicho algo más, cualquier cosa, tal vez que Marcela había decidido no casarse porque no amaba a Mario... Había sido muy estúpido de su parte esperar algo así. Las lágrimas comenzaron a acumularse en los ojos del pelinegro, de igual forma un nudo se formó en su garganta pero se obligó a hablar, no quería que su madre escuchara lo mucho que le había afectado la noticia. –Oh. Qué bien.– Dijo intentando sonar de lo más natural.
–Hijo, no tienes que esconder como te sientes, sé que no te estás tomando esto tan bie...– Margarita fue interrumpida por su hijo a medio diálogo.
–Estoy perfectamente, mamá. Ahora, si me permites tengo que seguir trabajando en algo importante, dales mis felicitaciones a los recién casados.– Escupió antes de colgar la llamada y apagar su teléfono.
No sabía si dirigirse a un bar y comenzar a beber en un intento de olvidarla o quedarse en su habitación sintiéndose como un miserable. Las lágrimas comenzaron a correr y Armando pasó rápida y bruscamente el dorso de su mano para limpiarlas, posteriormente tomó su bolígrafo y siguió escribiendo.
Mi peor pesadilla finalmente se ha cumplido, mi mamá acaba de llamar para decir que ahora Marcela es la señora Calderón... No entiendo como aún después de tanto tiempo sigo extrañándola tanto y como esto me está doliendo. Creí que se quedaría conmigo para siempre, tal y como prometimos al principio de todo... Sé que tengo que olvidarla, sé que tengo que dejarla ir porque ahora está comenzando una nueva vida, una vida de la cual yo no seré parte... Tengo que dejarla ir ya aunque creo que eso es imposible, jamás podre olvidarla, nunca podre sacarla de mi mente y de mi corazón. Hasta la fecha su bello rostro de muñeca y su cuerpo perfectamente esculpido siguen grabados en mi memoria, no hay un día en el que pueda dejar de pensar en ellos. ¿Cómo podre vivir sin ella? ... tal vez tendré que resignarme a verla desde lejos sin poder tocarla, sin poder besarla y sin poder amarla... Tendré que resignarme que Calderón me ganó la partida, Marcela lo eligió a él. Me mata el hecho de que esté con él y no conmigo, pero es mi culpa, nunca debí terminar nuestra relación; en primer lugar, nunca debí lastimarla. Maldita sea... me odio a mí mismo ¿Por qué no aproveche mi oportunidad? nuestro compromiso fue amor puro, disfrutaba de ella y su dulce compañía. Me maldigo por haberla engañado tantas veces, por haberla hecho sufrir como lo hice. Fui tan imbécil, me dejé seducir por esas mujeres que ni siquiera tenían comparación con Marcela. Yo la amo, amo a Marcela Valencia y tengo la esperanza de que ella también aún me ame, eso de “felizmente casados” no me lo trago. Y no lo digo por Mario, él debe estar más que encantado con el matrimonio, lo digo por Marcela, ella no lo ama y sé que no será feliz con él y yo también seré infeliz sin ella. Quisiera ir a buscarla y convencerla de que nos vayamos juntos, a cualquier parte, a un lugar donde nadie nos conozca e iniciar una vida juntos desde cero, anhelo tenerla conmigo de nuevo, anhelo volver a despertar junto a ella cada mañana como solía hacerlo, pero siempre que reúno em valor para salir de mi casa e ir por ella mi conciencia me detiene repitiéndome una y otra vez: "Estás casado."
ESTÁS LEYENDO
One-Shots (𝐀𝐫𝐦𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐱 𝐌𝐚𝐫𝐜𝐞𝐥𝐚)
FanfictionUna serie de One-shots de Armando y marcela en diferentes situaciones. La historia original es de @Thegirldessaster pero ahora será administrada por mí y reescribiré los one-shots que ella tenía en su historia, cabe aclarar que cuento con su permiso...