Cuello

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Vergonzoso.

Ese fue el primer pensamiento que cruzó la mente de Seung-Gil Lee cuando se colocó aquel extravagante collar con encajes ridículos.

¿Cómo demonios se había dejado arrastrar a eso? Él no necesitaba un nuevo collar, no importaba cuanto Sara insistiera en que se veía increíblemente anticuado con su seguro collar de protección, él no necesitaba de esas cosas ridículas.

Pero... ¿Jean pensaría lo mismo? ¿Le parecería... Aburrido?

Molesto con su línea de pensamiento, se quitó el maldito objeto del cuello.

¿Por qué tendría que importarle la opinión de su maldito novio? Era un adulto de veinticinco años y Leroy no era su primera relación.

Nunca le interesó la opinión de ninguna de sus parejas en su forma de vestir... Hasta ahora.

Culpaba a JJ y su absurdo atractivo. Cualquier cosa le quedaba bien y el muy maldito sabía que ropas usar para que se viera aún más despampanante.

Demonios, era la primera vez en su vida que quería lucir realmente sexy y no tenía idea de como hacerlo.

Sacando su celular le marcó a Sara, con la derrota picandole la piel.

–Oye –habló tan pronto la sintió contestar –, ¿cuáles eran... –se sintió enrojecer –Esos collares de los que me hablaste esta mañana?

Un chillido del otro lado de la línea casi lo dejó sordo.

◇ ◆ ◇ ◆

¿Se veía bien en esa camisa? No podía evitar pensar que estaba mostrando demasiado el cuello y las clavículas.

Pero así podía notarse bien su collar nuevo.

Al final, la dependienta le aconsejó que se llevara ese de color vino aterciopelado con un moño en la nuca.

Era mucho más fino que los collares que acostumbraba llevar, pero tenía que admitir que le estlizaba el cuello y lo hacia lucir mucho más sensual.

Intentando ignorar a los pervertidos, caminó por el campus de la universidad en busca de su novio.

El incofundible aroma de Jean lo hizo detenerse. Estaba allí, de espaldas a él, hablando con Emil.

Se acercó, sintiéndose ansioso.

El primero en verlo fue Nekola, que le sonrió amablemente.

–Seung-Gil –saludó –, te vez bien.

Leroy se giró a mirarlo, sus ojos celestes fijos en los suyos antes de bajar hacia su cuello, donde se quedó mirando haciéndolo enrojecer.

Se aclaró la garganta.

–Hola Emil –respondió finalmente –, gracias. Sara fue la de la idea.

–Lo suponía –asintió el checo dándole un pequeño golpe a Jean detrás de la cabeza para sacarlo de su letargo –. Tengo clase en cinco así que los dejo. Nos vemos luego.

Y se marchó con la animosidad de siempre.

El canadiense se rascó la nuca, sonriendole avergonzado.

–Perdón, cielito. Realmente te ves... –otra vez una mirada a su cuello, antes de desviar los ojos hacia otro lugar –bueno es... Te ves hermoso –los ojos celestes volvieron para mirarlo directamente –. Siempre te ves hermoso.

El coreano asintió, sintiéndose extrañamente satisfecho.

Deseaba que Jean siguiera mirando su cuello, así que delicadamente se llevó una mano al objeto al rededor de su piel y lo acarició levemente.

La mirada del Alfa estuvo de inmediato ahí donde sus dedos tocaban.

–¿Hoy cenamos en tu departamento? –consultó suavemente –Tengo otros collares además de este que me gustaría mostrarte.

Leroy asintió de inmediato.

–Por supuesto, sí –se apresuró a decir –. ¿Qué quieres cenar, cariño?

El Omega se encogió de hombros.

–Algo sencillo –desvió la mirada –. Ya sabes, sin verduras y esas cosas.

Una suave risa aflojó la tensión en los músculos del canadiense. Las manos grandes tomando las suyas para besar el dorso de las mismas.

–Eres un tramposo, cariño. ¿Lo sabías? –le sonrió con cariño –. Bien, sin verduras.

Lee se sintió realmente satisfecho esta vez.

Se abrazó a Jean con las tontas mariposas cosquilleando en su estómago.

El Alfa lo sostuvo, hundiendo su nariz en su cuello, haciéndolo respirar temblorosamente.

Ojalá la noche llegara pronto.

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N. A.: Tarde pero seguro ¯\_(ツ)_/¯

No es lo mejor, pero es trabajo honesto (?

Omegacember (JJSeung) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora