深 salta sobre mi ─ sookai

05: Un castigo talvez, no tan malo

―Hola papá.

Él lo ignoró, como ya era de costumbre; así como cada maldito día que llegaba a casa.

―Cené donde Taehyun, iré a mí habitación, buenas noches.

No recibió respuesta, no era como si la esperara tampoco para ser sincero.

En su habitación su estómago gruñó en protesta de hambre y deseó que su mentira de haber cenado haya sido en una mínima parte, real. Pero lamentablemente no lo era.

Había pasado toda su tarde en la casa hogar para animales rescatados una señora trajo un gatito en grabes condiciones y él no dudó ni un segundo en ayudarla, pero le tomó más tiempo del que esperaba y cuando la señora Sumi le había invitado a cenar a su casa solo pudo negar diciendo que lo estaban esperando en la suya por lo que debía irse pronto.

Una triste mentira.

Él había querido aceptar, enserio lo quiso. Pero sabía que la señora Sumi-Jefa y dueña del local-tenía una linda familia, lo aseguraba por las historias que ella le contaba, el sabía que pasó por mucho, pero a pesar de todo ahora vivía feliz junto con su esposa y su hijo y ¿Quién era Soobin para incomodar ahí?, por eso se negó con una leve sonrisa.

No conocía ni a la esposa ni al hijo de su jefa, pero él aseguraba solemnemente que eran de igual de agradables que ella.

Talvez algún día acepte su propuesta, Señora Sumi.

Negando se levantó de la cama para ir al baño, comprobando una vez más, que su piel se veía simplemente horrible ―no importaba que hiciera, siempre habrían manchas― suspirando empezó con su rutina de piel y se acostó con una sonrisa plantada en su rostro mientras lágrimas caían por sus ojos, repitiendo la misma frase hasta caer profundamente dormido.

"Todos te aman Choi Soobin, yo te amo".

―¡Huening Kai!, ¿Qué te he dicho de dejar los zapatos por el camino?.
―¡Mamá~!, Los recogeré después ― Exclamó sin dirigirle mirada a su mami Lia que se encontraba murmurando lo desordenado que era y lo muy demasiado viciado que estaba de los "idiotizadores", videojuegos.

Huening Lía se arrepentía completamente de haberle dado como regalo una play y dinero para videojuegos, desde ese día en que Kai se había puesto a saltar y gritar que la amaba y que era la mejor, blah blah blah. El niño se la pasaba pegado a esa cosa, ¡Ni parpadeaba!, Ella podía jurar ver sus ojos rojos e hinchados por aquello, pero al niño parecía que ni le dolía y mucho menos le importaba.

―Hijo pero mira este cochinero, huele a bus provincial ― Dijo recogiendo unas medias de color blanco que habían tomado una tonalidad entre amarillo verdosa, con una mueca de asco la dejó donde estaba, tenía que tomar medidas drásticas con su hijo.

Fue donde estaba la toma corriente y si pensarlo dos veces lo desconectó de un tiro.

Kai, que estaba a punto de ganar el puesto uno en Mario Kart vio como la pantalla se tornaba en su totalidad negra y a su mamá a un lado de esta con el enchufe en mano, estaba en problemas.

Oh claro que lo estaba.

―¿Qué?, ¿Porqué?! ― Ella no era tan mala para hacerle esto, ¿Cierto?.

―No, me niego rotundamente, no no no y no, ¡Haré cualquier cosa menos eso, por favor no ahí! Mami por favor~.

―Por favor ni que nada, Huening Kai te estás volviendo un vagonete de primera y como tú apoderada no lo pienso permitir, hablaremos bien de esto cuando llegue tu madre ― Y con eso último abandonó la habitación.

Bueno, que aún no caigan las esperanzas, talvez su mamá se apiade de él y convenza a su mami a cambiar de opinión o siquiera el castigo.

Pero claramente no pasó así a su mamá Sumi le encantó la idea, es más le fascinó, ¡Y le dijo que estaba muy feliz por ello!.

Claro, piensen en su hijo pensó rodando los ojos.

Pues estaba decidido, Huening Kai trabajará un mes entero con su mamá Sumi y limpiará su habitación luego de llegar de sus prácticas con su equipo.

¡Pero es un lindo castigo!, Kai.

Créeme que, el castigo no es todo lo lindo...