Cualquiera diría que vivir en aquel lugar es algo pavoroso y temible.
Estos últimos años la reputación de aquel pueblo llamado Derry situado en Maine, Estados Unidos, no era la mejor. Las malas lenguas hablaban y el miedo en las calles no faltaba...
Desperté por un fuerte ruido cerca de mi casa. Me asomé por la ventana y vi que los vecinos de al lado estaban reformando parte de la casa. Me hice el desayuno y mientras veía la tele. Cuando terminé el desayuno, fui a lavar los platos y escuché que alguien abría la puerta principal de casa.
Hola papá -dije al ver a la persona que entraba por la puerta pudiendo identificar quién era- ¿Por dónde andabas? ¿Has ido a hacer la compra? -dije observando la bolsa que tenía entre las manos-
Si -dijo mi padre sonriendo-
Pero... ya hiciste la compra ayer, ¿Por qué otra vez? -dije frunciendo el ceño-
Veras... Ayer, cuando fui a la compra, aproveché para dar una vuelta, ya que hace tiempo que no venimos. Entonces, me encontré con la madre de Bill -dijo mientras hacía una pausa y apoyaba la bolsa para después quitarse los zapatos y dejarlos en la entrada- Estuvimos un rato hablando y me contó lo de Georgie -dijo mi padre borrando su sonrisa- No lo sabía... Lo siento mucho hija, sabía que solíais estar juntos alguna vez -dijo mi padre abrazándome-
No te preocupes. Los que de verdad me preocupan son ellos... No me imagino como lo estarán pasando -dije para separarme del abrazo-
Si... la verdad es que su madre estaba algo afectada. Pero a pesar de eso, me dijo que esta tarde harían una "fiesta" -dijo mi padre- Y es por eso que compre alguna cosa para llevar. Vino, algún postre...
¿Una "fiesta"? ¿Por qué? -dije confundida-
Veras... como hace tiempo que no hablamos y que no nos vemos, han decidido hacer una pequeña cena. Pero no te preocupes, solo serán los padres de Richie, Bill, Eddie y Stanley -dijo mi padre- Te gustaría ir? Yo voy a ir, tu hermano no quiere, pero si tu quieres puedes venir un rato y estar con los niños.
Oh, claro, iré solo para saludar y de paso hablar un rato con ellos -dije sonriendo-
Bien, pues hemos quedado justo a las 19:00 en casa de la madre de Bill ya que hay toque de queda... Luego pasaremos la noche hablando y cenando y nos iremos a casa.
Vale, allí estaré -dije para empezar a subir las escaleras y empezar a cambiarme de ropa para ir al colegio-
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Llegué al colegio y comencé a andar por los pasillos con tranquilidad pero con autoridad. Me acerqué a la taquilla y saqué mis libros para comenzar mi clase de matemáticas.
Cuando cerré la taquilla me asusté demasiado al ver a Victor detras de ella con una sonrisa amplia.
Dios Victor, casi me matas de un susto -dije llevándome la mano al pecho-
Lo siento -dijo mientras reía a lo que yo le di un leve golpe en el hombro-
Dime... ocurre algo? -dije apoyándome en mi taquilla-
