Pureza del Ágape

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Sin palabras, vista embobada,
ese cuerpo en mí me desarma,
latidos veloces, deseos feroces,
su alma me bendice con gracia.

El dulzor en su hablar embriaga,
sus caricias me regalan la calma,
esos preciosos ojos me encantan,
y esa voz en mi sueño aún canta.

Fuera de mi mismo, o bendecido,
la atracción a él me conflictuaba,
sentía distinto, no me importaba,
al fin y al cabo, mi alma lo amaba.

El secreto más precioso y pasajero,
escondido en la nieve del invierno,
el amor más invisible y verdadero,
suficiente para creerlo sempiterno.

Cuán puro fue nuestro sentimiento,
con él jamás existió doble intención,
no fui otro más, un juguete que usar,
pero aún así, no pensó para lastimar,
conocí la pureza del amor con dolor,
verdadera, brillante e incondicional.

Mon beau catireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora