Los días posteriores a aquel suceso; se mantuvieron como aquello jamás hubiese ocurrido. Teniendo salidas a comer después de sus estrictos trabajos. Un apoyo moral para la joven Naruko por la temporada de exámenes en su maestría.
Una vida tan ajetreada que volver a hacer aquella mención, era querer reavivar aquellas cenizas de un encuentro.
El buscar una pareja se volvió en lo último en sus pensamientos. Rendidos y sin nada en claro, continuaron viviendo, riendo y simplemente siendo ellos.
Siempre, Naruko buscaría ese momento de libertad para salir a correr con él a su lado, como su fiel protector. Luego, Shikamaru, acostumbrado a lo monótono de su rutina, buscaría algunos juegos para compartir, perdiendo una y otra vez contra ella. Las cervezas siempre los acompañaba al igual que las grasosas botanas.
Sus sonrisas crecerían al notar el sufrimiento del otro en juegos que no serían mucho más que para pasar el tiempo.
—Rubia teñida ¿A qué hora sales de casa? —preguntó Shikamaru, luego de tamboritear el timón de su auto.
"Como a las seis, vagabundo, ¿Por qué lo dices?"
—Kiba, dejó un mensaje en el grupo, noche de chicos.
"Pero es día de la semana, ¿Qué no trabajan? Porque si es así le diré a Kurenai sobre lo vago que es"
—Día libre, y celebración. Chouji tiene novia.
"¡No! ¡Sí! Lo sabía, sabía que podía conquistarla, ¡Dios estoy orgullosa!"
—Bien, mamá orgullosa, ¿Irás?
"Claro, me debes dinero, tengo que cobrar mi recompensa de ser perseverante"
—Bien, paso por ti a las cinco.
"Salgo a la seis"
—Es para que no lo olvides que paso por ti, y luego estés apurada.
"Tengo moto"
—Y yo consciencia de tus posibles intentos de suicidios.
"Ya entendí, vagabundo, nos vemos en algunas horas"
—Está bien rubia teñida.
No había un esfuerzo muy grande en esperarla. Naruko podía demorar tanto como fuera después de todo la reunión era a las nueve de la noche. Sentado sobre el sofá de la sala, se niega quedarse en la habitación, temiendo que su propia fuerza de voluntad lograra romperse con tan solo un vistazo prohibido.
Su móvil vibró bajo su mano, por lo que su mirada buscó la pantalla, y el nombre de ella estaba allí. vibrante y llamativo. Como la primera vez que la sostuvo. Un simple.
Buenas noches, Shikamaru... ¿Podemos hablar?
Más de una semana había pasado. Una semana en los que sus pensamientos nunca fueron hacia la elegante mujer. Ahora estaba ella en espera de su repuesta, quizás positiva por los sentimientos que podían volver a salir con tan solo su mención o una negativa luego de haber concluido tan mal. ¿Qué debía de responder?
Aun estaba el pinchazo sobre su corazón, y regresar a ese pesado inicio era arriesgado.
Apagó el móvil al escuchar como la puerta era abierta. Volteó inercia a esa dirección. Ni siquiera creyó que estuviera lista, pero una Naruko en toalla salía mientras continuaba cantando de una puerta a otra, meneando sus caderas de un lado a otro, entre murmullos letras extranjeras. Con el tono alegre de su voz, cerró la puerta detrás de ella. Shikamaru cerró los ojos y tragó en seco, regresando la vista a sus inquietas manos. También estaba su propio deseo, ya ni siquiera sabía cómo detener sus propios pensamientos, para no regresar a los vagos retazos de recuerdos que parecían gobernar su mente.
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Sweater Weather (Shikanarufem!)
Fiksi PenggemarComplicado, pero comprensible. Bajo el ambiente húmedo de la madrugada, ambos se preguntan si es correcto lo que hacen. Lo desean, más allá de sus propios corazones. Es aquel deseo, aquel que se enmarcó en el pasado olvidaron, y nuevamente se hace...