Dance Macabre: First Dance

Chapter 7: New Friends

Resumen:
Hadria hace amigos, conoce a un cachorro de Cerberus y gana una nueva mascota.

Capítulo 7 : Nuevos amigos

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"Cui Fortuna favet multos amicos habet". Aquel a quien la fortuna favorece tiene muchos amigos. -Proverbio latino

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Las calles de la Atenas Mágica eran estrechas y laberínticas, pavimentadas con losas de arcilla o piedra caliza secadas al sol, rodeadas de casas comerciales hechas de una variedad de materiales que sugerían una malla desordenada de materiales antiguos y modernos: madera, arcilla, piedra caliza, mármol y vidrio. Las secciones de clase alta de la Acrópolis Mágica eran menos un desastre hermoso, con edificios hechos principalmente de paredes de mármol blanco y pisos de mármol y mosaicos. Todo el lugar era como cualquier otra ciudad o pueblo mágico en términos de atmósfera. Había magia zumbando en el aire para aquellos lo suficientemente sensibles, brujas y magos caminaban de un lado a otro, llevando a cabo sus vidas diarias, con el ágora lleno de vida y actividad, abarrotado de compradores y comerciantes en el mercado.

Mientras tanto, los Grinsen se abrieron paso entre la multitud matutina y se dirigieron a la Casa del Éter. Era un gran edificio perteneciente a una antigua familia que desapareció y la casa ahora se usaba como un lugar para varios propósitos, con un mercado más pequeño en su patio y un área para que la gente del vecindario pasara el rato. El propósito principal de Gellert para arrastrar a Hadria allí era que ella hiciera otro intento de interactuar con otros niños de su edad.

"Kalimêra, Kyrie Gerwald, ¿cómo estás?" una dama les sonrió cerca de la entrada del patio. Tenía la piel aceitunada clara, cabello castaño oscuro como el chocolate y ojos color avellana. Hadria la reconoció como la esposa del dueño de la tienda de mascotas (léase: mascotas peligrosas) del vecindario .

"Kalimêra, Kyria Adrasteia, estoy bien, gracias. Estás hermosa como siempre. ¿Cómo está el Kerberos ?" Gellert respondió con una sonrisa encantadora y ojos azules brillantes. Hadria contó hasta tres antes de que el señor Damianos apareciera detrás de Adrasteia, con una sonrisa forzada en el rostro.

"El Kerberos está bien, Kyrie Grinsen. ¿Qué negocios tienes aquí hoy?" Dijo Damianos. Hadria suspiró.

"Oh, dejaré a la pequeña Hydra aquí por el día. ¿Te importaría ayudarme a vigilarla?" Gellert respondió con facilidad, sin verse afectado por el tono hostil del hombre.

"¡Por supuesto! Hydra es tan dulce. es un encanto" Adrasteia rió jovialmente. A Hadria le agradaban los dos, marido y mujer. Fueron muy amables con ella y solía visitar su tienda para ver las mascotas que se vendían allí. Su reciente incorporación, un cachorro de Cerberus, todavía estaba siendo entrenado para ir al baño.

"Muchas gracias", dijo Gellert afablemente, sin dejar de sonreír. "Ven, Hadria. Vamos a desayunar antes de irme".

Mientras caminaban hacia un puesto improvisado cercano que vendía pan de pita, bougatsa, spanakopita y koulouri, Gellert le murmuró a Hadria: "Bastante rígido, ¿no?"

"Estabas coqueteando con su esposa, Gerwald" lo reprendió Hadria.

"Un cumplido hace maravillas, querida Hydra" respondió Gerwald con una sonrisa. "No siempre es un simple halago. Además, no tengo ningún interés en su esposa. Trato a la mayoría de las damas de la misma manera".