Nada de lo que haga o diga,
podrá llegar a ti,
así que adelante,
puedes odiarme.
No quiero pensar en mil explicaciones,
pues nada tendrá sentido,
mis palabras nunca alcanzarán
tu huracanado corazón.
No me importa;
ódiame, despréciame
y cultiva el rencor,
eres libre de hacerlo.
Toda historia necesita un villano,
alguien a quien culpar
y ahora que me has impuesto ese rol,
no me quejaré, eres libre.
No malgastaré palabras en convencerte
de mi inocencia,
desde hace rato ya dictaste sentencia
y me has arropado el traje de culpable.
Destiérrame, olvídame
y no tengas piedad,
no la requiero,
eres libre de mí.