Después de mucho habitar en la oscuridad,
la luz se vuelve cegadora y ofensiva.
Eres como una estrella ardiente,
que todo lo ilumina,
con sus rayos solares.
Y yo soy como el espacio;
frío y oscuro.
Soy un murciélago perturbado por los primeros albores del día,
y tú eres la promesa de que la noche se acaba.
Me desagradas.