深 𝘀𝗶𝗻 𝗿𝘂𝗶𝗱𝗼 ─ sookai

07.

El niño de cabellos castaños se mostró atento al resto de clases que recibió luego del recreo debido a que Molang estaba junto a él otra vez; enseñó a sus amigos que el pequeño peluche había regresado con él, dándole créditos a su hyung, quien iba dos grados por encima suyo.

Por otro lado, Soobin no lograba concentrarse completamente a lo que sus profesores le decían, recordaba una y otra vez la escena que con anterioridad ocurrió; su corazón se aceleraba debido a ello y tenía que bajar de aquella nube que creaba su imaginación, no podía estar en ella lo que restaba del día, ¿O sí?.

«Gyunnie tiene que saberlo, ¡Tengo que contárselo a alguien!»

Era lo que rondaba por su mente sin salir de ella, sumando el rostro del menor, la forma en que su nariz se arrugaba un poco al momento de sonreír junto a sus ojitos que casi desaparecían por lo mismo. Aquella despedida por parte del castaño había sido una de las cosas más tiernas que había visto en su vida entera, aunque sólo fueran nueve años de esta.

Aunque sea por un par de horas, el pelinegro había olvidado los malos tratos por parte de sus compañeros, el regaño de sus padres al obtener notas no tan buenas y, las interminables interrogaciones por parte de su profesor debido a la falta de algunas tareas. Una que otra sonrisa se mostraba en su rostro.

―Espero verlos mañana, Pasen buen día~! ― Comentó alegre quien impartía clases al salón del pelinegro, sacándolo de sus pensamientos.

El hombre de más edad salió del aula, y al momento de guardar sus útiles en la mochila, otro cuerpo se posó frente a Soobin, tomando su atención.

El otro niño se acercó a él, susurrando en su oído de forma sería, dijo:

―No creas que vas a tener la misma ayuda todos los días, Choi. Me estoy cansando de ese mocoso, tengan cuidado.

Soobin solamente le vio, su mirada temblaba un poco pero no quería mostrarse débil una vez más. Tragó duro mientras que el contrario se retiraba junto con sus demás amigos.

Una vez fuera del salón de clases, caminaba cabizbajo, observando que sus pies no se enredaran.

Acercándose a las escaleras para bajar al patio escolar, sintió cómo alguien posaba su mano en el hombro del pelinegro, girándolo para tomar su atención.

―Ehm... Tú debes ser el niño del parque, ¿Cierto? ― Cuestionó un chico de cabellera oscura. Soobin necesitaba alzar un poco su rostro para verle bien ― Cabello color obscuro, creo que sí ― Ladeó un poco su rostro, tratando de pensarlo bien ―Uhm... Kai buscaba a alguien así.

Había que darlo por hecho, realmente parecía un poste o un rascacielos para su edad.

Ambos se alejaron de los escalones, dejando pasar a los demás estudiantes y quedando ellos en uno de los lados del pasillo.

―¿Kai-ssi?, ¿Un niño de cabellos castaños y ojos bo-nitos? ― El más alto asintió, soltando una pequeña risa ―E-Entonces supongo que sí, soy yo

―Bien, dado que sí eres tú, me puedo presentar ― Sonrió ―Mi nombre es Huening Yeonjun, hermano mayor de Huening Kai ― Extendió su mano al otro, siendo estrechada para saludar ―Un gusto

―Ohm... Soy Choi Soobin ― Respondió ―Creo que nuestros salones están unidos, ¿No es así?.

Yeonjun asintió.

―Soobin-ssi ― Habló entonando distinto, dando a entender un cambio de tema ―Kai fue el de la idea sobre lo que sucedió en el parque, pude reconocerte ahí, pero, no conocía tu nombre ― Confesó, algo apenado ―Como sea, lo que quería decir en verdad es, mi hermano debió ver algo en ti, ¿Sabes?

«¿Algo en mí? ¿Kai-ssi?»

―¿Có-Cómo?

―Bueno, Kai normalmente ayuda a quien lo necesita, sin embargo... No anda buscando por ahí en el mundo a la misma persona que ayudó una vez por casualidad. Quiero decir, incluso él es diferente a los demás niños de su clase por lo que tengo entendido... ― Explicó poco a poco, diciendo lo último más para sí mismo que para el pelinegro ―Como podrás ver, él es especial.

«¿Diferente y especial?, Único en toda palabra...». Soobin suspiró.

Una voz interrumpió la plática que llevaban a cabo en el tercer piso del edificio. El par de chicos pudieron reconocerla a la perfección.

―¡Yeonjun hyung, Yeonjun hyung!, ¡Es hora de irnos! ― Exclamaba un castaño desde el primer piso, tanto Huening mayor como Choi se acercaron al barandal, visualizando al más pequeño desde arriba. Los ojitos del menor se abrieron con asombro al ver que alguien más estaba con su hermano ―¡Soobin hyung! ― Movió de un lado a otro su manita con entusiasmo, saludando al otro niño y mostrando una gran sonrisa.

Las mejillas del pelinegro ardieron un poco al recordar otra vez la pequeña muestra de afecto que recibió por el menor. Saludó de igual forma, recibiendo la indicación de Yeonjun para que bajaran con el tercero.

Al momento de llegar al primer piso, Kai corrió donde el par de chicos que tenían en común la edad, estampándose contra su hermano en un fuerte abrazo. Soobin miró la escena con ternura, notando que poco tiempo pasó para que el castaño más bajo se separara del otro.

―Bu-Bueno, creo que es hora de irme a casa... Vayan con cuidado ― Masculló el de cabellos obscuros, obteniendo la mirada de ambos de hermanos.

Esta vez fue detenido por el menor de ellos. Kai tomó del brazo al pelinegro.

―¡Espera!, Quiero decirle algo a Yeonjun hyung sobre ti ― El corazón del mayor comenzó a latir un poco más rápido, ¿Qué podría ser? ―Ya se lo dije a Soobin hyung, pero, ¡Tenías razón!.

Yeonjun ladeó un poco la cabeza, él tenía razón sobre muchas cosas.

―¿Qué sucede con mi gran cerebro? ― Preguntó actuando astuto, el menor de los tres rió.

―¡Hyung-nim tenía a Molang!, ¡Él rescató a Molang y lo guardó para mí!.

Sin darse cuenta de en qué momento pasó, Soobin tenía ahora al más bajo brindándole un fuerte abrazo; en un segundo ya se hallaba pidiendo al cielo que el castaño no pudiera escuchar cómo se aceleraba su corazón debido a él, sin ninguna queja permaneció ahí. El más alto de los tres sonrió dulcemente ante la acción de su hermano menor.

Definitivamente, Kai era único.