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Olivia

-Nuestro lago-

Estoy preparando unas galletas con relleno de chocolate y chispas. Hoy el día a estado de mierda, así que cuando estoy triste o ocupo pensar, horneo.

Y lo mejor de todo es que al final tengo galleras para mí. Es un ganar-ganar.

-Dame una—Jess me roba una galleta.

Bueno, casi para mí.

-Hey. ¿No se supone que ya habías conseguido empleo?

-Renuncié—respondo mientras mezclo mas mezcla de galletas—era incómodo. Creo que voy a buscar otro trabajo, uno en el que no pierda mi dignidad—susurro lo último.

-Al menos si no trabajas, realiza tus tareas. El año pasado reprobaste varias materias y te juro que no te perdono que vuelva a pasar.

Dejo la mezcla en la barra para descansar. Siento mi cabeza hecha mierda, no sé la razón, simplemente no me siento bien como para poder aguantarla hoy.

Ni a ella ni a nadie.

Raramente tengo días en los que estoy mucho mejor y de pronto, al día siguiente quiero que me atropelle un auto o un tren.

-Vengo un unos minutos—me acerco a la puerta.

-¿A dónde demonios vas?

-A caminar—abro la puerta y salgo antes de que diga algo más.

Ando por las calles mientras siento mi cara hecha un asco. Quiero tomar aire un rato. Llego a mi lugar hermoso, precioso y perfecto para la paz... el lindo lago donde nadie conoce.

Me siento en el suelo frente al lado y cierro los ojos. Amo venir a aquí a escaparme de mi tediosa y horrible vida un rato.  A veces cuando quiero desaparecer, siento que aquí lo puedo hacer. Simplemente con el sonido de la naturaleza.

Los árboles, el ambiente, el aire fresco, el agua del lago, el sonido de los pájaros, el césped, el olor de humedad, todo es simplemente hermoso, ya sé que puede relajarme para poder tener un momento de paz conmigo misma sin tener que lidiar con toda la mierda del mundo.

Ah.... paz y tranquilidad.

-¿Olivia?

Adiós a la paz y tranquilidad.

-¿Qué haces aquí?—me levanto de golpe, asustada, y veo a Asher.

-Ah... te vi caminando y te seguí un poco para poder saludarte. Lindo lugar, por cierto.

Alzo los hombros. Es extraño verlo parado frente mío en este lugar. Es la primera persona que sabe de este lugar aparte de mí. Nunca nadie más había conocido este lago. Siempre creí que iba a ser solamente yo aquí para siempre, que jamás nadie iba a encontrar esto, pero al parecer estaba equivocada, al verlo ahí parado, mirándome fijamente con sus ojos verdes, siento algo que nunca podía haber visto.

-No has... llegado en buen momento, sinceramente—volteo a ver el lago de nuevo y me mantengo ahí parada.

-¿Todo bien?—se acerca hasta mí y se para al lado mío.

Nuestra propia canción [ Libro 1 • ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora