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CAPÍTULO CUATRO: LA CURIOSIDAD DEL HERMANO MAYOR.
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LA IDEA DE PERDER A SU HERMANO TAL Y COMO HABÍASUCEDIDO CON SU MADRE le aterraba en demasía a Yeojin, así que cuando recibió el mensaje de Jae-hee en el que decía que se encontraban en el hospital debido a un accidente, ella no dudó en escaparse del instituto en busca de un taxi para que la llevara hasta el hospital. Y ni bien llegó al lugar se puso a discutir con la recepcionista ya que ésta no le permitía ingresar a la sala de internación pues había llegado en el horario fuera de visita, también se negaba a darle información de Yeojun porque no contaba con alguna identificación que confirmara que el idol fuera su hermano.
Encontrándose al borde del llanto, Yeojin no tuvo más que marcarle a Jae-hee, quien ─afortunadamente─ contestó al primer tono.
─Jinnie, apenas consigo encender el celular ─se lamentó él, suspirando─. Yeojun está bien. Ahora nos encontramos esperando los resultados de los exámenes que le hicieron.
Al escuchar al menor decir aquello, Yeojin sintió como si el alma le fuera devuelta al cuerpo. Sintiéndose aliviada por la noticia, respiró profundamente y tomó asiento en una de las tantas sillas que se encontraban ordenadas a un costado del pasillo de aquella sala de espera, sentía que si no lo hacía en cualquier momento iba a caerse pues le temblaban las piernas.
Posando la mirada en las personas que caminaban de un lado a otro frente a ella, tuvo que volver a respirar en un intento de reprimir un insulto hacia el muchacho al otro lado de la línea por asustarla sin razón aparente. Aunque le alegraba que hubiera sido una simple falsa alarma, la sensación de pánico no iba a desaparecer con facilidad.
─Jae-hee. Me escapé del instituto pensando que algo grave le había sucedido a Yeojun ─confesó con voz demasiado tranquila─. Cuando el profesor Han y mí tía se enteren de esto, tú tendrás que acompañarme durante los sermones que ambos vayan a darme.
