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CAPÍTULO TRECE: LÁGRIMAS, HERIDAS Y DISCULPAS INCÓMODAS.
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YEOJIN AMARÍA DECIR QUE EN LOS SIGUIENTES DÍAS SUHO DEJÓ DE COMPORTARSE como un idiota con Jug-yeong, pero la situación solo empeoró. Él tenía a la chica de un lado para otro ni bien terminaban las clases, sino la mandaba por una bebida o algo de comer, la mandaba a hacer cosas que se le habían asignado a él ─la mayoría de veces era llevar carpetas o libros a la oficina de los profesores─, algo en lo que Yeojin la ayudaba sin dudarlo siquiera. Y aunque ella intentó enfrentarlo varias veces, Jug-yeong no se lo permitió, diciéndole que en algún momento se cansaría y la dejaría en paz.
Sin embargo, quien se cansó fue Yeojin.
Era un martes por la noche y Yeojin había ido hasta Prince Cómics porque su hermano la citó en ese lugar, pues el mánager de Sonder les permitió descansar ese día ya que estarían realmente ocupados en las siguientes semanas.
El estreno del MV que daría comienzo a una nueva era al grupo sería en la siguiente tarde, lo que significaba que ninguno de los integrantes contaría con el suficiente tiempo para dormir siquiera. Por lo tanto, Yeojun se encontraba tan ansioso que lo que menos podía hacer era descansar, así que prefirió citar a su hermana y encontrarse con ella en Prince Cómics.
Afortunadamente, Suho no estaba ahí y ella no podía estar más agradecida por no habérselo encontrado. Sin embargo, no era como si alguno de ellos fuera a dirigirle la palabra al otro, pues luego de que el chico la acusara de acercarse a él por simple interés, Yeojin prefirió regresar a su rutina antes de que hablaran.
Mantenerse alejada y pretender que no existía.
Obviamente en más de una ocasión tuvo intenciones de golpearlo, pero su mente le recordaba las palabras de Jug-yeong y con un resoplido regresaba a lo que fuera que estuviera haciendo. Además de que prefería ocupar su tiempo evadiendo a Seojun, quien todavía no había recuperado su casco ni tampoco su sudadera, por lo que se comportaba de forma insoportable con ambas.
