Siempre a tu lado

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Habían pasado unos minutos des de que Kei había encontrado a Danna acurrucada en la esquina del vestuario y el silencio inundaba la estancia. Kei miraba atentamente a Danna mientras ella evitaba su mirada e intentaba pegarse más a la pared.

-Te estás pegando tanto a la pared que al final le harás un agujero. No me culpes por hablarte informal, tú me lo pediste. Así que te hablaré de esta forma.- le dice rompiendo el silencio abrumador.- Sabes, la gente ahí fuera está preocupada por ti. No puedo estarme aquí horas observando como buscas una forma de huir asustada. -se levanta del suelo y con la llama de la pequeña vela que llevaba, enciende la luz de la pared. Al iluminarse parte del vestidor, Danna aparta la mirada y Kei aprovecha para acercarse sin que ella se diera cuenta.

-Se que tienes miedo ahora. Pero confía en que los que están ahora mismo ahí fuera no te harán daño. Ni yo tampoco. Así que levanta y vamos.-le dice agachándose hacia ella para ayudarla a levantarse. De repente, Danna saca un pequeño cuchillo que tenía escondido en la manga amenazando a Kei para que no se acercara. Kei hace ver que se asusta esperando a que Danna se relajara con esa respuesta y así aprovechar para acercarse de nuevo y cogerle el brazo inmovilizándola.- Puedes hacerte daño con esto, Danna.-le sonríe cogiendo el cuchillo de su mano y tirándolo lejos. Al ver que su expresión de desconfianza seguía en su rostro, Kei suspira y suelta a Danna. Pero esta vez no se aleja si no que permanece frente a ella mirándola fijamente.

-Bueno, nos podemos estar años aquí si quieres. No me moveré hasta que cambies esa mirada. -dice cruzando los brazos y empezando a pensar en lo próximo que debe hacer para Danna dejara de estar tan asustada. Entonces, una idea le viene a la cabeza. Empieza a buscar en el vestidor y al no encontrar lo que quería sale hacia el cuarto de Danna. Al cabo de un rato, aparece con una manta y una sonrisa en la boca.

-Vale, ahora. Por favor, no te asustes. Me acercaré a ti lentamente y colocaré esta manta encima nuestro, ¿Vale? Quiero enseñarte algo.

Como le había explicado, se acerca lentamente a Danna y se sienta delante suyo colocando la manta encima de los dos. Una vez estaban completamente a oscuras, Kei coloca sus manos en el centro y poco a poco empieza a aparecer una esfera de luz parecida a la del lago.

-No se que es esto, pero me guió hacia ti en el lago.-Kei levanta la mirada hacia Danna que miraba esa pequeña esfera de luz sorprendida y por primera vez parecía estar algo más relajada, pero Danna no tenía ni idea de a que se refería Kei con el lago.- No debes recordar nada, pero el lago estaba completamente oscuro y esta esfera me llevó hacia ti antes de que te pasara algo malo.

Un pequeño fragmento de recuerdo le viene a la cabeza a Danna de ese accidente del lago. Kei lo detecta y temiendo que Danna huyera de nuevo y volviera a encerrarse, coloca sus manos en las mejillas de ella obligándola a mirarlo.

-Danna. Escúchame. Necesito que escuches lo que te voy a decir y lo recuerdes siempre. Mírame.-le indica al ver que ella evitaba su mirada a toda costa. Danna hace contacto visual con Kei y consigue ver sus ojos de la bendición. Como estaba usando un poco de su poder para crear la pequeña esfera, los colores de sus ojos habían cambiado y se mostraban sus ojos de la bendición. Pero Danna observa que son completamente diferentes a los que estaba acostumbrada a ver. Su ojo izquierdo era de un azul cielo mientras el derecho era dorado. Aunque el color de los ojos fuera diferente, ambos transmitían paz y tranquilidad hacia Danna, lo que hizo que se relajara y escuchara las palabras de Kei.- No voy a hacerte daño. No se los demás, pero...Yo nunca. Te juro que nunca haré algo que pueda dañarte. Estoy aquí para protegerte. De la misma forma que te salvé la vida en el lago, lo seguiré haciendo siempre que sea necesario. Así que no tengas miedo. ¿Vale?

Danna, quien seguía sin formular palabra, asiente con la cabeza y dirige su mirada hacia algo que le había llamado la atención des de hacía rato. Coge el brazo de Kei y levanta su manga dejando ver una venda alrededor de este.

La Voz Celestial y el Guardián de la LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora