La Emperatriz de Rojo

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Los días habían pasado des de la gran pelea en palacio y poco a poco éste iba recuperándose. Danna fue nombrada Emperatriz de inmediato bajo las órdenes del antiguo Emperador Li, y después de haber recuperado su fuerza y voz y demostrar que los dioses estaban de su lado, nadie se atrevía a llevar la contraria a Danna. Todos los estuvieron a favor del antiguo Príncipe Ren, fueron encarcelados y recibirían el mismo castigo. Pero debido al entierro del antiguo emperador, el juicio se tuvo que posponer unos días. La ceremonia de defunción del emperador Li fue una de las más grandes vistas en el Imperio. Todo el pueblo salió a las calles para darle un último adiós y el pésame a la actual Emperatriz. Cuando llegaron al Cementerio Imperial, donde solo estaban las tumbas de la familia Imperial, Danna ordenó que lo enterraran junto a su difunta madre, la Emperatriz Li, quien murió por una enfermedad hace ya varios años.

-Te juro que enviaré a Ren al infierno y lo encerraré a él y al Dios de la Muerte juntos para que podáis descansar en paz. Te prometo que llevaré el Imperio por el mismo camino que tú.- jura con una mano en la reciente tumba de su padre. - Vamos, hay un juicio que debemos hacer. -se levanta del suelo y ordena a Yangmin quien, a partir del día que ascendió al trono, pasó a ser el consejero principal y Capitán de la Guardia Imperial.

-Pero, Emperatriz, acaba de oficiar el entierro del antiguo Emperador. ¿Debe darse tanta prisa? Hay protocolos de duelo que seguir...

-Mi hermano no respetó a su familia. Yo no le voy a regalar ni un minuto más de vida.

-Como desee.

Todos los asistentes al entierro vuelven inmediatamente al palacio para preparar el juicio de todos los traidores del Imperio. Pero, nada más llegar al Palacio Principal, uno de los guardias de prisión se acerca corriendo a YangMin.

-¡¿Cómo?!-pregunta apretando la mano contra su espada.

-¿Qué ocurre, Min?

-Emperatriz, me temo que no podrá realizar el juicio hoy... Los traidores han escapado de prisión.

-No puede ser. -mira Danna a Min quien la miraba seriamente y los dos empiezan a correr junto al guardia hacia la prisión. Una vez ahí, Danna observa todas las celdas abiertas y los cuerpos sin vida de los soldados en el suelo.

-Es como si algo les hubiera quitado...

-El alma.-interrumpe Danna.- Ha sido mi hermano, con la ayuda de ese Dios. Les ha hecho lo mismo que quería hacerme a mí. Les ha absorbido el alma y la vitalidad. Montad una partida en su búsqueda. Que vayan de los mejores hombres, mi hermano es sumamente peligroso si consigue la ayuda de ese Dios.

-Pediré que algún chamán o hechicero los acompañe para ayudarles.

-Sí, eso servirá.

-¿Y una vez lo encuentren?

-Los demás me dan igual. A él deben traerlo con vida, debo quitársela yo misma.

-A sus órdenes.-acepta Min ordenando a uno de sus soldados que realizaran la búsqueda. 

-Hablando de búsquedas. -menciona Danna antes de irse del lugar. - ¿Alguna noticia?

-No, Su Majestad. Hemos buscado por todos los sitios pero no hay pistas sobre el paradero de Shin Kei. Es como si...

-Se hubiera esfumado.  Seguro que mi hermano también tiene algo que ver con eso. Hay que encontrarle como sea, sólo espero que Kei esté bien.


Pese a los esfuerzos de la guardia real por buscar a Ren día y noche, fueron totalmente inútiles, al igual que la búsqueda de Kei, quien seguía desaparecido sin rastro. Las calles se llenaron de retratos de Ren como el criminal más buscado del país y la gente empezaba a denunciar falsamente a sus propios enemigos haciendo ver que eran él. Pero debido a que era el antiguo príncipe, a la que era llevado ante la presencia de Danna, ésta desmentía la denuncia y era devuelto a donde pertenecía. Día tras día, la preocupación y el miedo de encontrar a Kei sin vida fueron creciendo y con eso, el odio hacia su hermano. Danna empezó a hacerse cargo de limpiar el reino de corruptos y renovó la corte entera con gente de su confianza, aunque sabía que siempre había gente en su contra por ser mujer. El renombre de la Voz Celestial del Imperio se fue escondiendo bajo el nuevo renombre de la Emperatriz de Rojo debido al cambio de actitud que fue teniendo con el paso de los años. Sin noticias del paradero de la persona en la que más confiaba de pequeña, el peligro diario que algún día apareciera Ren para atacar y las inminentes amenazas del Reino vecino, Danna fue creando una coraza a su alrededor. La gente empezó a temerla ya que corrías el riesgo de ser encerrado y juzgado por cualquier cosa y cualquier intento de rebelión contra ella era destruido a la mínima.  Los clanes de espías empezaron a crecer por todo el país gracias al uso que la Emperatriz hacía de estos. La seguridad de Palacio se reforzó y era prácticamente imposible entrar en él sin ser detectado. La pequeña y feliz Danna, había dejado de existir para siempre.

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⏰ Última actualización: Jan 13, 2022 ⏰

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