Abrí mis ojos despacio, estaba mareada y adolorida. ¿Qué había pasado? ¿Dónde estaba? No había nadie conmigo.
Me senté con cuidado y recorrí el espacio con mi mirada...era la habitación de Dez. Salí de allí, y me dirigí a bajar las escaleras , di un mal paso en el ante último escalón y perdí el equilibrio...
— ¡Lara! —exclamó Dez y me atrapó entre sus brazos—deberías haberte quedado recostada—me colocó con cautela en el suelo.
—No quiero estar sola...
—Ven... —me acompañó hasta la sala de su casa, y ambos nos sentamos en el sofá— ¿Qué sucedió? ¿Por qué te encontrabas tirada en medio de la acera?
Suspiré—me visitó Dominic...
— ¿¡Él te hizo esto!? —gritó furioso.
— ¡No! ¡No! En realidad, nadie me hizo nada —Dez hizo una mueca de confusión— Dominic vino a alertarme de lo que busca Leyla —hice una pausa—. Según Dominic, el alma de ella no estaba del todo corrompida, por ende, los demonios la mandaron de vuelta aquí, para terminar con esa misión, y para eso debe... matarme...
—Eso no pasará —sentenció con firmeza.
—Nadie sufrirá si descubro la verdad de todo este misterio, y purificó su alma.
—Todavía no me has dicho como terminaste tirada en la calle.
—Luego de la charla con Dominic, este, me entrego esto... —le enseñe el crucifijo colgado de mi cuello.
—La aleja ¿Cierto? —asentí, parecía haberse estado informando en el tema.
—Ella...o el cuerpo donde habita... estuvo en casa...
—Mierda...
—No me hizo nada, pero... se encargó de asustarme y mucho...
—Entonces ¿ya sabes quién es?
—No. No me atreví a mirar...habló conmigo pero su voz estaba distorsionada...era como la voz de los demonios de las estúpidas películas...
—Estamos en cero... no puedo protegerte si no se quien rayos es.
—Tranquilo. Creo que antes que nada debo controlar mi pánico, ella se divierte con eso...y no puedo vivir con miedo.
Al cabo de un rato decidí regresar a mi casa, mamá estaría preocupada.
Y efectivamente así era, tan sólo abrí la puerta y mi madre corrió hacia mí.
— ¡Hija! Estaba a un paso de llamar a la policía ¿¡Qué sucedió!? La puerta estaba abierta, tu móvil tirado en el suelo...pensé lo peor... —se separó de mí, y rodeándome con su brazo por el cuello me llevo hacia la cocina.
—Tranquila, todo está bien, creo que un ladrón se metió en la casa, entre en pánico y salí corriendo de aquí, me refugié en casa de Dez.
Mi madre escucho atenta cada palabra, luego me comunicó que había cancelado la reunión por todo lo sucedido. Me sirvió un gran y suculento plato de comida y me acompaño mientras lo comía.
Dos horas después ya eran las 23:00pm y me encontraba recostada en mi cama, haciendo lo que últimamente no dejaba de hacer ni un segundo...pensar.
Pensar en Leyla ¿Quién era? ¿Qué le había pasado? ¿Por qué me odiaba? ¿Qué ocultaba mi madre? ¿Mi padre tendría que ver algo con todo esto?
Y lo que más me atemorizaba... ¿Leyla sería capaz de lastimar o matar a alguno de los míos? Apreté mis ojos con fuerza...pero los tuve que abrir espantada cuando oí un golpe en mi ventana. Otro golpe. Parecía ser una piedrita golpeando contra ella. Me acerque con cuidado, y me asomé, miré en varias direcciones. Justo debajo de mi ventana había una muchacha con rizos desordenados. Brenda. ¿Qué hacía aquí y a estas horas? Levantó su cabeza y me vió.
—¡Hey! ¿Puedes dejarme pasar?—susurró lo suficientemente alto como para que yo la oyera.
—Ve a la puerta, ya bajo.
Salí de mi habitación, la puerta de mi mamá estaba cerrada, y ella posiblemente ya dormida.
Minutos después estaba junto a Brenda en la cocina. Mientras bebíamos una soda me contaba que estaba harta de estar allí. Algo que no era novedad.
—Y... ¿Cómo vas con el asunto de tú... tú hermana?
—Nada nuevo ha pasado...aun estoy en cero.
—Que mal—hizo una mueca con su boca—. No debes fiarte mucho de nadie... luego de lo sucedido investigué un poco...ella podría estar en el cuerpo de cualquiera...
Asentí— lo sé.
— ¿Qué tal Ginger o Tom? ¿Pensaste en ellos?
—Si lo hice. De hecho los observo la mayoría del tiempo, se que Ginger no es.
La note pensativa por unos segundos.
— ¿Confías en Dez?—soltó de pronto.
— ¿De...Dez? ¡Claro que confío en él! —exclamé alterada.
De acuerdo. No me había puesto a pensar que tal vez Dez fuese Leyla. Pero yo lo sentía. Podía percibir que él era una alma pura. Dez era Dez. No quería dudar de la única persona en la que confiaba.
—Está bien, fue sólo una pregunta —sonrío de manera inocente—. ¿Sales con él, cierto?
Su pregunta me tomó desprevenida, no hacía mucho que le habíamos dicho que sí, debía seguir siendo así, por mi madre, para que fuera creíble, aunque mucha mentira ya no había.
—Si...— respondí algo indecisa.
—Me alegro por ustedes. Ahora otra pregunta ¿Qué quería Fred?
Me encogí de hombros—no lo sé...me miraba diferente. Siempre disfrutó molestarme, asustarme, pero esta vez sentí algo de acoso por su parte.
—Bueno, es atractivo, no estaría mal que te diviertas un rato —sonrío con picardía está vez.
— ¡Brenda! — exclamé horrorizada— yo aun no...no...ya sabes... —tiré mi cabeza hacia atrás frustrada— no estuve nunca con un chico aun, y jamás ese "chico" sería Fred.
—Discúlpame no quise incomodarte... —el silencio se instaló entre ambas.
Nunca habíamos hablado tan íntimamente con Brenda. Y en un punto necesitaba alguien con quien halar de esto. Con Dez obviamente no podía.
— ¿Lo quieres? —inquirió de repente.
—Claro que sí, nuestra amistad... —me interrumpió.
—No hablo de ese querer... hablo de que lo amas... ¿Cierto?
No podía deducir cual era su expresión, y porque me preguntaba estas cosas. Estaba sumamente seria.
—Aún no lo sé, me siento atraída hacia él.
—Me siento feliz por ti —dijo, aunque su cara no transmitía lo mismo.
Mi mente me llevo a una conclusión. A Brenda le gustaba Dez.
Pero de alguna manera aceptaba lo que pasaba, y no hacía de ello un problema.
Ya eran las 00:00pm, así que Brenda decidió marcharse. La acompañé hasta la salida, y antes de irse me dio un fuerte y caluroso abrazo. Sentía que nuestra amistad estaba más afianzada luego de esa charla.
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Destinos Diferentes.
Misterio / SuspensoLara y Leyla Green. Gemelas totalmente contradictorias. Un accidente termina con la vida de excesos de Leyla. Pero Lara, quien también estaba la tarde del trágico hecho, tiene una segunda oportunidad de regresar a la vida... Lara, no sabe la escalof...