Capítulo 1: Promesas

995 41 9
                                    

Jennifer Lawrence cepilló su cabello rubio, había crecido considerablemente los últimos meses y ahora le llegaba hasta los hombros, de todas formas, se veía muy bien, abotonó su camiseta a cuadros roja y tomó su celular del buró.

Iba a salir de Los Ángeles para dirigirse a su verdadero hogar, con sus padres y su familia, para liberarse un poco del estrés que aquella ciudad metropolitana le brindaba.

Buscó entre los contactos el número de Josh, tenía planeado invitarle a comer para darle la noticia. Desde qué su relación con Nicholas había terminado, todo con Josh había cambiado. Ahora podían ser cariñosos sin que las revistas y entrevistadores los acecharan, dirigieran malas miradas y crearan sus propias supersticiones. Al encontrar el número, la chica se levantó de la cama y comenzó a caminar nerviosa por toda la habitación.

Aún con toda la confianza que se tenían, para Jennifer era imposible no sentir un escalofrío por toda su espalda cuando escuchaba su voz. Le era imposible actuar indiferente con él, y por más que ellos actuasen como si nada estuviera sucediendo, ambos sabían que había algo más que solo afecto.

-¿Jen?

La voz de Josh la desconcertó por completo, parecía como si estuviera esperando esa llamada desde medianoche.

-Sí, soy yo. Josh, ¿podríamos vernos?

La chica se pasaba la mano por el cabello continua y lentamente, notablemente nerviosa por una respuesta negativa.

-Claro. ¿En dónde?

Jennifer soltó un suspiro, que esperó no se haya notado por la otra línea.

-Yo paso por ti. ¿Estás en tu casa?

Josh contestó afirmativamente y ahí se despidieron. Jennifer había olvidado por completo aquel otro asunto. La novia de Josh. La chica había esperado que Josh cortase con ella al ella cortar con Nicholas, pero sabía que eso solo sucedía en su mente y en sus fantasías imposibles. Josh quería a Claudia tanto como Jennifer lo quería a él.

Decidió dejar de pensar en él y su relación con Claudia, tomó su bolso y salió en busca de Josh. Al bajar las escaleras su agente la llamó inesperadamente.

-¡Jennifer!

La chica llevaba prisa, pero de todas firmas fue a su encuentro.

-¿Cuándo te vas?

Preguntó su agente, hablando del viaje hacia Kentucky.

-Mañana a más tardar.

-Oh, de acuerdo. Te mantendré al tanto de todo. Pero recuerda la condición, si un proyecto se presenta tendrás que regresar antes.

Jennifer asintió y salió del estudio.

Manejó rápidamente para evitar que la reconociesen y la detuvieran por más tiempo. Al llegar a casa de Josh, se colocó sus gafas de sol, y salió del auto.

Tocó el timbre tímidamente, y presionó sus labios.

El mismo Josh de siempre le abrió la puerta, nada que ver con el Josh que Jennifer había escuchado por la línea.

Llevaba unos jeans y una camisa ceñida color verde. A vista de Jennifer, se veía muy bien.

-Y, ¿a dónde me llevas?

Jennifer le sonrió y dejo que la siguiera hasta el auto. Se dirigió a la avenida principal y aparcó frente a la cafetería «Paris et amour». Servían buenos cafés y hacían ricas magdalenas.

Bajaron del auto y Josh le extendió la puerta para que Jennifer pudiera entrar. Se sentaron en una mesita y ordenaron, Josh un café y Jennifer un té. Después de unos minutos la mesera regreso con su orden.

-Aquí tienen.

La mesera les extendió sus bebidas y se retiró moviendo su melena castaña.

-¿Y bien...?

Jennifer intentaba encontrar las palabras para decirlo, y aunque no sabía porque se le hacía tan difícil solo soltarlo, lo hizo de la forma que mejor pudo hacerlo.

-Mañana me voy a Kentucky. Por tiempo indefinido.

Musitó, mirándolo directamente a los ojos, intentaba no perderse dentro del abismo de los ojos del chico, por lo que movió la cabeza en dirección a su té y dio un largo sorbo.

-¿Te vas?

Jennifer asintió ligeramente mientras presionaba los labios. ¿Porqué era tan difícil dejarlo? De todas formas no sería por mucho tiempo, y esto no era una despedida.

-Y... ¿Por cuanto tiempo?

-No lo sé, todo depende de cómo estén las cosas allá y los proyectos que me ofrezcan aquí.

-Me encantaría ir a Kentucky también, mis padres y mi hermano seguro estarían emocionados de verme. Pero hoy por la tarde acompañaré a Claudia a España.

Jennifer estaba a punto de poner los ojos en blanco, pero evitó ese gesto y le dedicó una sonrisa forzada, notablemente forzada, para que Josh lo notara. Él sabía que Claudia no le simpatizaba, pero eso no le había impedido a Josh hablar con ambas, y mantener una relación con Claudia y afecto con Jennifer.

-Pues que te vaya bien con tu novia en España.

Jennifer sacó su cartera del bolso y depositó un billete de veinte dólares en la mesa, estaba a punto de levantarse, pero Josh la tomó de la muñeca y la chica giró su cabeza en dirección a él.

-¿Me prometes que te mantendrás en contacto?

La expresión rígida de Jennifer a causa del tema de Claudia cambió por completo, y se tornó calmada y tranquila.

-Te lo prometo.

We're meant to be. ~Joshifer~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora