We're meant to be. ~Joshifer~

Capítulo 6: Invisible casi inexistente.

Jennifer sentía la boca seca y un ligero martilleo en la cabeza, era la tercera vez que abría los ojos y nadie estaba allí para darse cuenta que había despertado.

Había intentado gritar, o incluso susurrar o dar un ligero murmuro para que alguien abriese la puerta y la ayudara. Pero nada audible había salido de sus labios secos y rotos.

Cerró los ojos una vez más, dispuesta a dormir otros minutos, cuando escuchó pasos por el pasillo que supuso estaba frente a la puerta. Abrieron la puerta lentamente, y se encontró con su madre entrando cuidadosa, cautelosa y silenciosamente, llevaba pantalones de mezclilla y una blusa blanca holgada. Tenía pañuelos en la mano derecha y un arreglo de flores amarillas en la izquierda. Depositó el arreglo en una mesita que se encontraba frente a su camilla, y se pasó los pañuelos por la nariz, no notaba que su hija estaba frente a ella, con los ojos grises abiertos y la mirada fija en ella.

Cuando su madre estaba cerrando la puerta para irse, Jennifer reunió fuerzas y arrastró las palabras.

-Mamá... Estoy aquí.

Su madre dio un pequeño salto y giró su cabeza rápidamente, los ojos se le llenaron de lágrimas y corrió a su lado, se arrodilló al lado de la camilla y le tomó la mano, que estaba cubierta de vendas blancas con ligeras manchas rojas a causa de la sangre.

-¿C-Cómo te sientes, Jen?

Jennifer se tragó el nudo que sentía en el estómago e intentó recuperar el aire, por alguna razón, se sentía extremadamente cansada.

-Me siento agotada. Quisiera estar en casa...-Exhaló.-Y recostarme en la hamaca a la luz del ocaso, leyendo un libro... ¿qué hago aquí, mamá? ¿Qué sucedió?

Su madre suspiró, ahora ella parecía cansada, tenía más arrugas de las que Jennifer recordaba y debajo de sus ojos estaba pintada la señal de no haber dormido en días.

-Te arrolló un auto. No sé cómo sucedió exactamente. Estaba en casa, y recibí una llamada del hospital, simplemente vine pensando en lo que te pudo haber sucedido.-Su voz se estaba quebrando y Jen podía percibir la tristeza y pesadez que la cargaba-Lo siento, Jen. Estaba siendo egoísta, sólo pensaba en mí y no pensé en lo que tú podías estar sintiendo... Todo esto es mi culpa. Sabía de la tormenta y siquiera me preocupé por darte un impermeable o un sencillo paraguas, lo siento.

Las lágrimas brotaban de sus ojos como de un grifo, Jennifer sentía unas ganas inmensas de abrazarla y decirle que no se preocupara, que después de todo ella estaba pasando por lo mismo, y que si alguien tenía la culpa de lo que le pasó, era ella, ella se había interpuesto en la calle para que eso le sucediera, pensando solo en ella y no en el dolor que le causaría a su madre si ella muriese. Sentía un peso inmenso en los hombros, quería llorar y acurrucarse en los brazos de sus padres, pero eso no sucedería, no, porque uno de ellos ya no estaba y su madre estaba demasiado lastimada como para cargar con sus problemas.

-Yo lo hice, mamá. Yo me intenté suicidar, no es tu culpa.-Suspiró e intentó fijar su mirada en los ojos de su madre, pero sus ojos no estaban viendo en si nada, sólo podía ver la calle bañada en luces amarillas y dos luces apuntando directamente a ella, ella extendiendo los brazos y dejándose llevar a un destino impredecible.

-Hija, vas a estar bien, lo juro. El doctor dice... Dijo, que el dolor era temporal. Lo más dañado era tu costilla,-Removió la cobija blanca encima de ella y colocó su mano encima de su abdomen.-pero se reparó. Sólo era un corte superficial. Luego estaban tus piernas, la derecha no respondía, tenía dos cortes profundos y habían dañado severamente tus nervios internos. Pero eso se resolverá, aunque lo más probable es que uses muletas un par de semanas. Los vidrios que se desprendieron del auto se clavaron aquí.-Dijo en un susurro pasando sus manos por los brazos.-Por eso las vendas. Lo demás..., lo demás se encuentra temporalmente bien. Llevas cuatro días inconsciente, todo se ha ido curando por sí solo.