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¿Puede la vida de uno cambiar de la noche a la mañana? Yo soy la prueba viviente de que sí, las cosas pueden ir a tu favor si el factor adecuado entra en juego. En mi caso, ese factor fue Keisuke Baji.


En el pasado, varias veces pensé en lo sencillo y gratificante que sería morir. Dejar el dolor atrás, el sufrimiento, las emociones negativas que parecían hundirme día tras día. Ahora miro hacia atrás y no puedo estar más feliz de nunca haberme rendido por completo, me alegra mucho estar en vida. Nunca creí que precisamente yo llegara a decir algo como eso


"Estoy feliz de estar en vida"


Casi parece irreal. Mi yo de hace unos meses habría maldecido en silencio a cualquiera que le dijera que en algún momento las cosas se iban a ponerse bien para él, en silencio porque nunca se habría atrevido a expresar en voz alta lo que pensaba. Demasiado asustado por las represalias que sus palabras podrían conllevar.


Las secuelas siguen ahí, no se han ido del todo y creo que algunas cosas tendré que aprender a vivir con ellas. No es fácil dejar atrás años de acoso, pero con la ayuda adecuada, todo se vuelve muchísimo más llevadero.


Y con las personas adecuadas a tu lado, la vida se vuelve más soportable.


No fue sencillo, pero he acabado enfrentándome personalmente al grupo de chicos que me acosaban activamente.


Era un jueves después de clases cuando los encontré burlándose de otro chico que parecía de un par de cursos por debajo del mío.


Lo tenían rodeado mientras se iban pasando la mochila del chico, y ese corría por todos lados para recuperarla, a veces lo empujaban y entre risas lo obligaban a levantarse para recuperar lo que era suyo.


Ver el rostro cubierto de lágrimas del chico, la desesperación en sus pupilas y su llanto silencioso me recordó a mi yo de no hacía mucho tiempo.


Por un momento, me quedé parado observando el triste espectáculo, estaba temblando. Mi corazón latía mucho más rápido de lo normal, y aunque no era yo el objeto de sus burlas, sentía la impotencia que sufría el chico como algo personal.


Lo admito, pensé en continuar con mi camino, avanzar hasta el portón donde probablemente me estarían esperando mis amigos. Haríamos juntos el camino a casa y, aunque probablemente me sentiría mal por lo sucedido, tras una tarde entretenida, se me acabaría pasando.


Sin embargo, cuando el chico cayó otra vez al suelo y comenzaron de nuevo a empujarlo para que se levante, mis pies avanzaron solos hacia ellos.


Había unos pocos admirando a una distancia prudente el espectáculo, otros caminaban sin mirar lo que pasaba mientras se dirigían a la salida, como yo planeaba a hacer.


–Oye ¡déjenlo en paz! –todas las miradas se posaron en mí


El chico que siempre pareció ser el líder del grupo de acosadores sonrió en mi dirección.


CORAZÓN DE PAPEL (BAJIFUYU) (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora