Capítulo 4

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Cheryl sostenía a Anthony en sus brazos mientras entraba en el colegio de Keila para recogerla. En lugar de la niña excesivamente excitada, Cheryl encontró a una Keila triste sentada sola

- Hola, pequeña, ¿todo bien? - Preguntó mientras firmaba la lista de recogida del profesor

Keila se encogió de hombros y negó con la cabeza

Cheryl se arrodilló frente a ella

- ¿Qué ha pasado?

- El entrenador Clayton no me deja jugar en el equipo - dijo Keila con los ojos llorosos

- ¿Qué equipo? - preguntó Cheryl, confundida

Keila la miró y suspiró

- Me olvido de que no eres realmente mi mamá - susurró

El comentario hirió a Cheryl de una manera que no podía explicar, así que lo ignoró

- Sí, recuerda que soy un Alien - le susurró Cheryl - Así que, ¿por qué no me explicas lo que está pasando? - le tocó la nariz a Keila

Keila sonrió

- Yo juego al hockey; mi mamá practica conmigo y me enseñó todos los movimientos

- Es impresionante - dijo Cheryl, sintiendo un aire de orgullo en su pecho

- Pero el entrenador Clayton no me deja jugar en el partido de Navidad porque soy la única chica este año - dijo Keila, visiblemente molesta

- No si tengo algo que decir al respecto - dijo Cheryl, poniéndose de pie - Vamos

Se dirigió al gimnasio, sujetando la mano de Keila con la mano libre y un Anthony dormido en el otro brazo

En el interior, un grupo de niños pequeños correteaba, jugando entre ellos, bajo la atenta mirada de un grupo de padres desde las gradas

Un hombre se encontraba a un lado, escribiendo en un portapapeles

- ¿Entrenador Clayton? - Cheryl lo llamó.

El hombre levantó la vista, sonriendo al verlos

- Sra. Blossom, ¿Cómo está?

Cheryl se sorprendió de que el hombre supiera su nombre, pero supuso que era comprensible que el entrenador de su hija la conociera

- Todo bien - dijo Cheryl, devolviendo la sonrisa - Keila se sentía un poco molesta por perderse el partido

El entrenador asintió con ojos comprensivos

- Sí, me disculpo. Las otras dos chicas no van a poder jugar, y creí que era más seguro para Keila si se saltaba el partido de este año

- Más seguro, ¿por qué? - Cheryl preguntó

El entrenador señaló a los chicos que gritaban detrás de él

- Los chicos pueden ser un poco brutos; no quiero que se haga daño

Cheryl miró a Keila

- Bueno, estoy segura de que Keila puede manejarlo, ¿verdad, Keila?

Keila la miró con una sonrisa brillante y esperanzada

- ¡Puedo! Lo prometo

El entrenador sonrió

- Bueno, es su hija, señora; si dice que sí, vuelve a jugar

A Cheryl le gustaba cómo sonaba eso

- Digo absolutamente sí

El entrenador Clayton asintió

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