Parte 6 Recuerdos

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           -Cariño, ya llegue- fue lo primero que dijo la señora  Floria al entrar a su vieja casa a las afueras de Londres, específicamente  en Lester,  una pequeña localidad granjera de no mas de mil habitantes; de paredes color hueso y ámbar, con muebles finos pero en mal estado y un par de cuadros familiares; así era el recibidor de la familia Foster. La señora Floria, ama de casa, acababa de llegar, dejaba su chaleco y paraguas en la entrada, bastante mojados por cierto. En esta época en Inglaterra llovía  casi todos los días, en realidad llovía casi siempre, el verano apenas dura un mes, de resto el clima es bastante frío; pero  ese día en particular la tormenta había sido abrumadora, tanto que le impidió a Mike, su esposo, salir a trabajar.

La mujer fue a visitar a sus amigas un par de casas mas allá, pero decidió regresar temprano de su platica matutina, para atender a su marido e hijo. Caminaba hacia la cocina, iba  calentar una tetera con agua para prepararse una de sus bebidas espirituosas con te de menta. Cuando de pronto... un  grito a todo pulmón se escuchó por toda la casa, a pesar de la inmensa tempestad. Los vecinos y sus amigas de la alta sociedad se deben de haber asustado por  tan fuerte chirrido provocado por las cuerdas vocales de Floria.

Y no era para menos, la impresión fue tanta que la mujer dejo caer las bolsas que llevaba y con ella los tomates de árbol que  rodaron por el piso de madera.... cualquiera en su situación hubiese gritado y es que ver a un hombre de unos cuarenta años, tirado encima de su alfombra con un charco de sangre alrededor  y un tiro en el pecho, no debe  ser nada grato y menos cuando ese hombre es tu esposo...

A un par de metros del cuerpo estaba un chico de unos doce o  trece años, pegado a la pared, en cunclillas y con la cabeza metida entre las rodillas, murmurando una y otra vez que él no le había disparado.

           -¡Danniel que diablos has hecho!!!!!- grito la mujer mientras corría a revisar los signos vitales del hombre. El joven hasta ese momento no había notado la presencia de su madre en aquel salón.

Tenia las manos llenas de sangre y al lado de él estaba un revolver sin seguro, COLD 1890, un arma americana muy buena y precisa pero bastante cara.

           -¡Te juro que no hice nada!!!, madre cuando llegué ya estaba allí- fue lo que dijo Danniel mientras se levantaba

           -¡Has algo,!!! llama al número de emergencia,,,,¡que hagas algo carajo! no te quedes allí parado como una maldita estatua- gritaba Floria  desesperada.

           -Es demasiado tarde, Mike ya está muerto. Llamé una ambulancia pero me dijeron que por la tormenta tardarían en llegar un par de horas, no hay nada que puedas hacer.

           - Claro que si se puede hacer algo, debe de haber una esperanza- dijo la mujer envuelta en llanto encima del cadáver de su marido- ¡todo es tu maldita culpa!- gritó Floria, mirando con ojos de odio a su propio hijo.

           -No me culpes por algo que yo no he hecho- le respondió Danniel

           -Como él no era tu padre biológico, nunca lo quisiste como mi esposo, siempre lo odiaste, por eso lo mataste.

           -Es cierto que nunca lo quise, pero tampoco por eso lo quería matar,,,,¡te juro que yo no lo mate!!!

           -¡No sabes cuanto te odio Danniel!,,, tu y tu padre son lo peor que me puede haber pasado...... te odio!!!!- gritaba una y otra vez la mujer que en ese momento sólo deseaba que todo esto fuese mentiras.

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