ʏɪxɪɴɢ ʏ ᴢʜᴀɴ

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Yibo despertó tras el sonar de su teléfono. —¿Quién llamará a esta hora?— se quejó. Sus ojos estaban todavía entrecerrados, contestó la llamada.

—¿Bueno?— dijo para después bostezar y estirar sus brazos hasta escuchar un 

CRAC* 

después de todo, ¿Qué es mejor que tronarte los huesos del brazo en la mañana?

—¿Yibo? Hola, soy Nat, ¿Estás en tu casa? Necesito ayuda con algo—  La voz de Nat se escuchaba bastante preocupada, Yibo pensó un momento. Esta casa no era suya pero Yixing no se molestaría por invitar a un amigo.

—Espera, te mandaré la dirección y cuando estés abajo márcame otra vez, bajaré por ti.— al colgar Yibo cerró los ojos y durmió profundamente de nuevo.

RING RING RING*

Su celular volvía a sonar alarmante.
—Estaba soñando con él—  murmuró Yibo molesto por despertar de golpe, en su sueño repetía una y otra vez aquella escena donde ese cantante se acercaba a él para entablar una conversación. Yibo no entendía el porque de su sueño o su insistencia en recordar aquel sujeto, pero trató de reprimir ese sentimiento. salió de su habitación y en la puerta se puso los zapatos bajando por Nat quien ya lo esperaba abajo.

Cuando Nat vió a Yibo sus ojos se iluminaron, ¡Era su esperanza! Había estado 5 minutos rodeado de hombres de negro musculosos y con mal genio.

—¡Yibo! ¡Sálvame!— dijo Nat tratando de escapar de dónde la tenían retenida, en una silla en la recepción.

Uno de los hombres de negro se dirigió a Yibo, le habló en inglés.

—He doesn't live here (Él no vive aquí)—  comentó el sujeto. no es que fueran malas personas, su deber era proteger al joven que vivía adentro y a su madre, por supuesto que dejar entrar a extraños violaba el contrato. Era cierto, pero Yixing les había dejado instrucciones  claras de cuidar y obedecer a Wang Yibo, algo así como su segundo al mando.

—No te preocupes, Lay no se va a enojar en absoluto.— dijo Yibo con una expresión seria en su rostro, esta  era la primera vez que habían escuchado a Yibo referirse a Yixing por el nombre de Lay, pero, también era una muestra clara de que debían hacerle caso y dejar pasar a su amigo. los guardias no parecían contentos, pero tenían que obedecer, tampoco era su culpa. ese sujeto que acompañaba a Yibo lucía extraño, como si tratara de ocultar algo, aparte no era chino.

回回回回 回回回回

—¡¡Fue terrible!!.—  dijo Nat mientras tomaba un sorbo de té y hacía expresiones de sufrido. La madre de Yibo estaba risa y risa, nunca había conocido a una persona tan carismática y confianzudo como Nat. Yibo estaba feliz, a su madre le hacía falta pasar un buen rato, ya era suficiente ver a su madre encerrada en esa habitación llorando por la traición de su padre. aunque su madre no lloraba en publico Yibo sabía lo que ella sentía, el comprendía el dolor que llevaba cargando por dentro y ocultaba delante de los demás, porque después de todo... ese era el mismo dolor que el sentía, su héroe, su ejemplo a seguir... le había fallado y se llevo todo dejándoles solo dolor. 

La señora Wang se dirigió a la cocina luego de escuchar un TING*, era la alarma del horno. había preparado una lasaña  para el amigo extranjero de  su hijo, si bien, era una comida Italiana. pero Nat  también la había comido en México,  cuando tenía 12 años, así que estaba bien. no es como que su madre supiera de que nacionalidad era con solo verlo, pero sobre todo,  se la había hecho con amor.

 pronto comenzaron a comer y en cuanto Nat se llevo el primer bocado a la boca un hilo de lagrimas escapaba discretamente  por sus mejillas, trato de pasar desapercibid, pero los otros en la mesa pronto se dieron cuenta. Yibo pregunto preocupado. —¿Qué tienes?— Nat negó con la cabeza, —Nada, es sólo que había pasado mucho tiempo desde que compartí la mesa con alguien, aquí no tengo muchos amigos, mi familia y amigos están al otro lado del mundo.—  por supuesto que los Wang entendían ese sentimiento, después de todo no hace mucho compartían la mesa con una persona a la que le tenían alta estima y de la nada todo eso había desaparecido. —Cuando gustes puedes venir a comer con nosotros, será un honor para mi.— dijo la madre de Yibo, quien ya le había tomado cariño a Nat. Nat sonrió y asintió con la cabeza. 

ᴇʟ ʙᴀʀᴍᴀɴ ʏ ᴇʟ ᴄᴀɴᴛᴀɴᴛᴇ (ʸⁱᶻʰᵃⁿ) HIATUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora