6. Como una bocanada de aire fresco

26 1 0
                                    

Trigger alert: Flashback con descripción leve de abuso emocional infantil

Pidge estaba molesta. Molesta y celosa. Y comenzaba a sentirse furiosa.

No era común en un omega tener ese tipo de sentimientos. La ira, los celos y la irritabilidad eran emociones consideradas propias de los fuertes y protectores alfa. Por eso mismo, ella a menudo se sentía como un fallo de la naturaleza. O un alien venido de algún remoto planeta donde todo era alrevés.

Habían pasado casi dos semanas desde su último celo y aquél encuentro en el hueco de las escaleras. Y desde la última vez que había podido acercarse a Keith.

El chico había estado evitándola desde aquél día, como si se arrepintiera de lo que había pasado entre ellos. Apenas lo veía en clase  y, cuando intentaba acercarse al finalizar las cátedras, él desaparecía rápidamente de su vista. Como si se teletransportara por algún medio desconocido. Y eso la tenía furiosa. 

Había llegado a imaginar que Keith se arrepentiría de la situación. Lo había supuesto desde el momento en que los besos habían iniciado. Probablemente se había arrepentido mientras todo sucedía.

Y si era así, seguramente sería sólo por una razón.

Y sólo una.

Lance...

El simpático beta, compañero de piso y, hasta dónde ella sabía, único amigo de Keith. Era un chico divertido, a la vez que intenso y bastante carismático. Un chico de esos que probablemente tenían a todo el mundo rendido a sus encantos, entre ellos incluído el apuesto alfa medio emo que vivía con él.

Ellos pasaban mucho tiempo juntos y, en más de una ocasión, había visto al chico moreno buscar un poco de contacto físico con Keith. Y el otro no rechazaba ese contacto en ninguna ocasión. Había allí una química inexplicable y potente que nadie podría negar de mirarlos un rato.

Sin embargo, ¿por qué Keith no se había apartado de ella en el momento en el que habían comenzado los besos? ¿por qué no la había rechazado? ¿sería quizá que los instintos de alfa habían dominado todas sus acciones aquella tarde? ¿el instinto podía sobreponerse a las decisiones personales y el raciocinio? ¿habían hablado en aquel momento sus necesidades e instintos de alfa y ahora prefería poner distancia?

Sacudió la cabeza, nada de eso tendría respuesta si no se atrevía a preguntarle. Confrontar al chico y obtener respuestas, sin embargo eso no era posible si él no dejaba de jugar al Houdini y desaparecer cada vez que ella intentaba hablarle. 

En esas estaba cuándo sintió una presencia a su lado y una voz la sobresaltó.

— Emm... ¿Pidge? — el color azul que vio en esa voz le dio una idea de quién se trataba, pero le sorprendía que justamente él se acercara a ella en medio del patio común de la universidad. Lo miró, interrogante.

— ¿Lance?

— Uhmm... yo... bueno...— lucía nervioso, como si le avergonzara lo que sea que le fuera a decir. Ella apretó los labios, algo incomoda, pero evitó decir cuálquier cosa que pasó por su mente. Él suspiró— ... Oye... de casualidad... Keith también se ha comportado raro contigo las últimas semanas...— dijo finalmente, en un hilo de voz.

Pidge se quedó atónita por un momento. De todas las posibles conversaciones que se le ocurrían que podrían haber llevado al chico a charlar con ella, esa era la que menos se esperaba. Apretó los labios en una mueca pensativa, sopesando si contarle todo lo que sabía. A veces su carácter impulsivo le generaba muchos problemas y, en ese momento, quizá sería mejor ser racional.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 27, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Colors of LightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora