Narra ___.
Estaba tan nerviosa, realmente muy nerviosa. No sabía cómo iba a salir esto, sólo esperaba que saliera bien.
Me arreglé bastante, quería lucir bonita. Quería cautivarlo, enamorarlo, que me viera igual que como lo veo yo a él. Y creo que logré mi cometido.
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Caminamos por el bosque un rato, en silencio. Simplemente agarrados de la mano, sintiéndonos, respirando el frío aire que corría, hasta que llegamos a una especie de lago. Por lo visto Bloody había venido y preparado algunas cosas, pues había una manta y una canasta a la orilla del pequeño mar.
—Veo que ya lo tenías todo preparado —reí.
—No quería que nada saliera mal —confesó, a lo que yo me acerqué a él y le abracé.
—Gracias por hacer esto, no sabes lo mucho que me agrada pasar tiempo contigo, y más si es de esta manera tan linda —suspiré, para luego inhalar el olor que brotaba de su piel.
Era un olor agradable, olía a perfume. Todo en él me encantaba y me llenaba, no podía entender cómo en todos estos meses me había hecho sentir tan especial y feliz, incluso después de que me haya enojado por traerme aquí a regañadientes. Era todo lo que en mi anterior vida buscaba en una persona, y que en esa vida no podía tener.
—No es nada, pequeña. Sabes que también me agrada bastante pasar el rato contigo —me dio un pequeño y tierno beso en la frente y caminé hasta la manta que había en el césped.
Me senté y con un ademán de mano le indiqué a Bloody que se sentara junto a mí.
—Está linda la noche, ¿no es así? —pregunté.
—Sí, está igual de linda que tú —sonrió. Yo me sonrojé.
Sus halagos siempre eran los adecuados para cada momento. Los apreciaba muchísimo, nunca nadie me había halagado tanto como él en todos estos meses que hemos convivido juntos.
—Gracias, Bloody. Pero no estoy más linda que tú.
—Eso es mentira, ___. Estás preciosa hoy y todos los días.
Sólo atiné a sonreírle dulcemente. Él me dejaba sin habla, nunca sabía qué debía contestarle a ese tipo de comentarios que me causaban tanto revuelvo en el interior.
Bloody sacó de la canasta un pequeño pedazo de pastel perfectamente cortado. Lo dejó en el mantel y sacó otro exactamente igual. Después, sacó unas copas y una botella de vino.
—Me causa gracia que trajeras alcohol siendo que somos menores de edad —reí.
—Lo sé, pero hacemos cosas mucho más ilegales que beber, ¿no? —rió junto a mí.
—Touché, galán.
Noté un pequeño rubor en sus mejillas y sonreí. Por fin lo había logrado.
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Después de comer y beber una copa de vino, me acosté en el césped, apoyando mi cabeza en las piernas de Bloody. De la nada comenzó a hacerme cariñitos en el cabello, y yo sólo pedía que ese momento durara para siempre.
—Oye, Bloody.
—Dime, pequeña.
—¿Estás feliz con tu vida actual?
—Créeme que no podría estar más feliz con la vida que llevo ahora.
—¿En serio?
—En serio —sonrió —. ¿Por qué la pregunta?
—Por nada en especial —mentí.
Todo quedó en silencio por unos segundos.
—Tú eres una de las razones principales por las cuales estoy feliz con mi vida actual —mi corazón se aceleró.
—¿De verdad?
—Sí, ___.
—Tú también eres una de las razones principales por la cual adoro mi vida ahora —admití.
—¿Ah, sí?
—Sí, tontito.
Ambos reímos.
Era muy agradable estar así con una persona. Relajados, cómodos, siendo felices sin importar lo que está pasando a nuestro alrededor.
Seguimos conversando, contando anécdotas —él de su vida en la creepy-house y yo de mi vida pasada —, riendo, observando el cielo, admirando la belleza del otro, y así hasta que casi estaba amaneciendo.
—¿Te gustan los amaneceres? —pregunté.
—Por supuesto, ¿y a ti?
—También, siento que son especiales. Siento que cada color representa algo, y todos se juntan en una maravillosa obra de arte en el cielo —divagué.
—Qué filosófica —rió, yo le di un pequeño golpe en el pecho —. Pero siento lo mismo que tú. Los amaneceres y atardeceres me transmiten mucha paz y tranquilidad, ¿a ti no?
—Claro que sí, son mi momento favorito del día —sonreí —. Además de estar contigo, claro está.
—Esa también es mi parte favorita del día —coincidió.
Levanté la cabeza de sus piernas y me senté a su lado. Tomé su mano y la entrelacé con la mía.
—Quisiera que este momento durara para siempre —hice un puchero.
—Yo también lo quisiera, pero nada es para siempre, pequeña.
—Eso ya lo sé, bobo. Pero me gusta estar aquí, contigo, admirando algo que ambos amamos de esta bella naturaleza mientras estamos tomados de las manos.
—A mí también me gusta, cariño. Es relajante, nunca me había sentido tan cómodo con alguien. Ni siquiera con los chicos, esto no se compara con nada de lo que he tenido antes —volteó a verme.
—Concuerdo con todas y cada una de tus palabras, Bloody. Eres especial, quiero guardarte en una cajita y protegerte de todo mal, aunque tú seas mayor que yo en todo sentido —reí —. Eres la persona más especial que hay en mi vida ahora mismo, Bloody, y no creo conocer a alguien más así en lo que me queda de vida.
Suspiró, y de la nada, tomó mi rostro y lo acercó al de él, juntando nuestros labios en un lindo y tierno beso del que sólo el sol saliente fue testigo.
—___...
—Sh, no digas nada, Bloody. No todavía —concluí para así besarlo de nuevo.
Y así duramos hasta el amanecer, dándonos besos apasionados pero tiernos. Está demás decir que ese día nos hicimos novios, ¿no? ♡
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Las líneas del amor | Bloody Painter 🎨
RomanceHola, me llamo ___ y tengo dieciséis años. En esta historia te contaré cómo encontré a mi alma gemela con la ayuda de "Las líneas del amor". 🎨 • Capítulos cortos. • Editada. • Originalmente publicada en Marzo del 2015.