IX

2.7K 172 15
                                    

Narra ___.

Habían pasado ya aproximadamente cinco meses desde que Bloody me llevó a la creepy-house. Todo se sentía perfecto, todos éramos muy unidos entre sí y sentía que había ganado una linda familia.

A la tarde decidí salir al bosque para tomar un poco de aire fresco, cuando de repente a lo lejos veo a una chica de cabello largo y negro con mechones rojos. Llevaba unos shorts negros, una camiseta tres veces más que su talle original que tenía estampada una calavera negra con manchas de sangre. Su piel era pálida y llevaba unos audífonos puestos. Sus ojos eran uno rojo sangre y uno azul. Podía distinguirlos ya que brillaban en la oscuridad.

A su lado estaba una loba siberiana, blanca con el lomo negro y ojos rosas con detalles verdes. La chica tenía un tatuaje en el cuello como si cargara un collar de calaveras, en el brazo izquierdo la frase sister forevery unas fechas, en el brazo derecho la palabra yoloy en el antebrazo derecho un cupcake.

—Hey, ¿qué haces aquí? Ya es bastante tarde —advertí.

—Eres una creepy, ¿cierto? —espetó.

—Sí, ¿por qué? —pregunté confundida.

—Porque sólo los creepypastas saben de este bosque —aclaró —. Me llamo Killar Fresh, pero puedes decirme Killar.

—Yo me llamo ___ y vivo en la creepy-ho...

—Ahg, no me hables de la creepy-house. Ahí pasé los peores momentos de mi vida —interrumpió, molesta.

—¿Por qué? ¿Qué te hicieron?

—Conoces a Masky, ¿cierto? —yo asentí —. Bueno, cuando vivía ahí me estaba coqueteando, pero yo no le correspondí. Una vez intentó besarme sin permiso y todo fue horrible —suspiró —. Hablé con el jefe pero no hizo nada al respecto, tenía cosas más importantes de las cuales ocuparse. Así que decidí irme de la casa para ya no pasar situaciones incómodas.

—¡Ese Masky! Cuando regrese yo...

—Tranquila, no tienes que hacer nada. Está bien.

—Pero...

—Me tengo que ir, nos vemos luego. Vámonos, bebé —ordenó a su loba y ambas se fueron corriendo.

🎨

Sin importar lo que me dijo Killar, al llegar a la creepy-house fui directamente hasta el cuarto de Masky. Abrí la puerta sin avisar y comencé a gritar.

—¡¿Cómo te atreves a hacerle eso a una chica, Masky?! ¡¿Que acaso no entiendes un no como respuesta?!

—¿Ah? ¿De qué estás hablando? —estaba realmente confundido.

—¡De Killar, obviamente! ¡¿De quién más podría hablar?!

—¿Qué? —soltò, mientras ponía ojos como platos.

—De Killar, ¿qué acaso no me escuchaste, tarado?

—¿La conoces?

—Sí, Masky.

Narra Masky.

No podía creer lo que ___ me estaba diciendo. Hace más de un año que ella se había ido y me había obligado a olvidarla, pero por más que quisiera no podía. Yo seguía enamorado de ella, y cuando se fue, sentí que mi vida ya no tenía sentido.

—¿Te contó el por qué se fue?

—Sí, sí me lo dijo.

—¿Y, por qué?

—Por tu culpa.

—¿Disculpa?

—Sí, por tu culpa, Masky. Tal cual lo oyes.

—¿Pero yo qué le hice?

—La besaste a la fuerza, le coqueteaste descaradamente aún sabiendo que ella te había dicho que no. ¿Es suficiente para ti?

No contesté.

—Te lo dejo a elección. Vas y la buscas para pedirle perdón, o despídete de Killar para siempre.

Suspiré, tenía miedo. No sabía que hacer, ambas cosas tenían consecuencias negativas.

—Ya vuelvo, iré en su búsqueda.

Las líneas del amor | Bloody Painter 🎨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora