Luego de colgarme la mochila al hombro y guardar mi movil en el bolsillo de la camisa salí disparada hacia la salida de la escuela para terminar de una vez con ese maldito día. Mis amigas me alcanzaron, como de costumbre, pero al llegar al estacionamiento solo quede con una de ellas.
Soy ese tipo de persona que esta todo el maldito día de la maldita semana del estupido mes pensando en si se le esta pasando algo por alto o si no recordó una frase para un examen o llevar el material correspondiente todos los días a clases. Autoexigencia, dijeron que se llamaba.
Para mi no es la palabra correcta. Lo único que me importaba en un principio era hacer las cosas bien pero luego, al ver que podía hacerlas más que bien, la ambición comenzó a recorrer cada vena de mi sistema. Sumemos la exigencia que me imponían en mi hogar, no acostumbrados a "notas bajas" (ochos o sietes, ni hablemos de las desaprobadas). Lo definía bastante bien diciendo: "Quiero destacar, ser alguien algún día"
Pero la otra realidad es que, no soporto la exigencia que se me impone de otro lado que no sea el mío. Termino odiando lo que amaba.
Además, hagamos esta suposición: si soy el tipo de persona que los demás clasifican como "nerd" o "friky" y además soy una chica que nunca en la vida supo siquiera lo que era un beso en los labios, o lo que era tomar la mano de alguien mas. Si, Dios, apestaba a virgen estando en último año de preparatoria. Y como deseaba la libertad corriendo por mi piel.
Y allí me encontraba con una de mis amigas que conocía desde que tenía una memoria decente.
-¿Vas a la fiesta de esta noche?- me preguntó.
-No lo se, tengo mucho que hacer.
-Hey, Lanney, sal del encierro y ven a divertirte- dijo medio en broma, medio en serio.
-Tal vez lo considere...- dije dubitativa.
Vi el coche de mi madre aparcando en el estacionamiento y me despedí de Abby. Subí y comenzó el diálogo. Mas bien, monólogo.
-Hola Lanney, oye escucha, hoy voy a trabajar a la oficina y tu padre no estará en casa por un largo tiempo hasta la noche. Tienes clases de piano hoy, si lo se, era el lunes pero el profesor quiere que vayas hoy porque, ¿me estas escuchando?- asentí y continuo- bien, quiero que hagas todo lo que tienes que hacer antes de irte, ya sabes a que me refiero, ya no eres una niña, estas grande y tienes que hacer lo....
Dios, a esto me refería.
Desgraciadamente termino el monologo con un tono de interrogación. No tuve que pensar mucho para responderle, casi todas sus preguntas se respondían con "si" si no querías escuchar otro monologo con tono más alto.
-Si.- dije segura.
-Bien, ¿que tal la escuela hoy?
-Como siempre.-respondí tratando de sonar amigable.
-Eso esta bien.
El viaje continuo en silencio, y a ese silencio lo acompañaba la música de los 90's que escuchaba mamá todos los días.
Llegue a mi casa y le di un vistazo. Lucia igual que siempre, igual que todo, que mi madre, que la soledad, que la depresión, las calificaciones, los amigos y yo.
Aunque no todo era muy cierto.Baje e hice "la puerta giratoria" (como decía mi madre) y recibí un: "LANNEY VAS A HACER LA PUERTA GIRATORIA" como de costumbre. Sonreí y abrí la puerta para que pasáramos las dos, nos recibieron todos los hocicos posibles.
Podía ser todo lo que quisieran pero amaba a los animales y eso no iba a cambiar. Teníamos al rededor de quince perros, pero nosotros no lo llamábamos refugio, era un hogar compuesto por patitas y manos. Mas patitas que manos, diría yo.
*seis horas después*
-Lanney, tu padre no encuentra a Ally.- dijo mi madre asomándose por el marco de la puerta.
-¿Reviso el patio trasero?- dije con la mirada en una nueva partitura y estudiándola.
-Si, ve a ayudarlo a encontrar a esa pobre perrita.
No puse objeción y salí en plena noche de verano con tan solo unos shorts y una pequeña campera para resguardarme del frío.
-¡Papá!- grite tratando de encontrar alguna señal suya.
-¡Aquí!- me respondió en el mismo tono desde algún punto perdido del gran parque.
Comencé a buscarlo sin éxito y para colmo hacia mucho frío. Demasiado para ser verano.
-¡Papá!- volví a gritar para guiarme.
Esta vez no obtuve respuestas.
Intente unas veces mas para ver que sucedía pero lo único que obtuve fue que el viento, extrañamente, el viento helado aumentara su poder.¿Como fue que empezó a llover? No lo se pero yo ya estaba muy segura de que me iba a dar algún tipo de bronquitis o algo por el estilo cuando comencé a oír una especie de voz que provenía del rumbo con el que me golpeaba el viento.
Con dificultad comencé a avanzar encogiéndome y abrazándome a mi misma para controlar el inminente frío que se expandía por todo mi ser, cuando vi una sombra en el césped.
Levante la mirada confundida pero casi segura de que estaba soñando o algo así, y vi claramente a un joven que sostenía una campera empapada en las manos y sonreía de oreja a oreja.Asustada retrocedí, pero al ver que él se quedo en su lugar comencé a inspeccionarlo lentamente sin preocuparme que viera como mis ojos viajaban de aquí a allá por toda su persona. Vi, vi su cabello pegado a su frente completamente mojado, un torso marcado con una chaqueta negra que se pegaba a su piel, igualmente empapada al igual que su jean. Parecía tener unos ojos de un color azul profundo pero con la oscuridad no se veían claramente. Retrocedí dos pasos mas lentamente y luego me atreví a preguntar:
-¿Quien eres tu? ¿Que es lo que esta pasando?
-Tranquila, todo esta bien.
-¡No! ¿Quién diablos eres tú?- grite.
- Mi nombre no importa. No tengas miedo, estoy aquí para protegerte.
Me desespere y comencé a correr desaforadamente hacia mi casa para confirmar la suposición de que todos estaban allí a salvo.
Entre y no me encontré con absolutamente nadie, excepto la soledad y yo.
El desnocido, apareció detrás de mi y me voltee para verlo confusa.
-Va a haber unos grandes cambios aquí- me dijo serio y yo me voltee para nuevamente ver todo vacío de signos de vida.
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Mind
FantasyLanney Holt es una alumna ejemplar con una vida rutinaria e ideas extrañas en su mente. Siempre deseó lo mejor de lo mejor e imaginó lo que vendría cuando lo consiguiera. Lo que más deseaba era a alguien que pudiera comprenderla a su lado. Cuando e...