Me congele. Sentía como mi sangre se helaba y como esa antigua herida se comenzaba a abrir una vez mas.
Ben? No, eso era imposiblemente imposible.
-Soy yo, Lanney, lo juro.- dijo mirándome con cierta ternura pero a la vez precaución, intentando tomar mi mano. La aparte y sin fuerzas le conteste:
-No, no, tu estas muerto. Lo estabas...
-Exacto. Lo estaba, tu me reviviste, Lanney, tu fuiste quien me trajo de nuevo.
Ya no faltaba mucho para desmayarme, todo estaba pasando muy rápido, y nada de lo que sucedía tenia sentido, no al menos para mi. El supuesto Ben pareció notarlo ya que se apresuro hacia mi preocupado.
-No te sientes bien.- afirmó.
-No parece haber nada que pueda solucionarlo ya.
Termino alejándose un poco de mi, resoplando con disgusto.
-No le veo salida alguna a esta situación.
-Imagínate en mi situación, yo ni siquiera se como diablos entre en esto.
Sonrió un poco mostrando esa antigua sonrisa, un indicio de que en verdad era quien afirmaba ser.
-No pareces haberlo tomado tan mal.- dijo haciendo la antigua cara de "mírate, te ves perfecta", invento suyo a los diez años.
-No sabes lo que dices- comente molesta.
-Shhhh- dijo poniendo un dedo sobre mis labios- déjame terminar. Opino que no te ves tan mal, aunque podrías volverte una histérica mental si te termino de contar porque es.
-Escúpelo, señor misterio.- dije bufando.
-Bien. Que piensas de la vida?
-Una mierda descripta con cuatro letras.- dije seria.
-Ya. Parece que el único que quiere volver a vivir soy yo.
-Estas tomando esto demasiado a la ligera, ese comentario esta fuera de lugar.- dije algo shockeada.
-Es cierto, dime ¿que es lo que hace que una persona como tu, con ese futuro tan prometedor, se sienta de esa manera?
-No es algo que deba hablar contigo, seguro eres un producto de mi imaginación- dije antes de darme cuenta de lo duro que debía ser escuchar eso.
Pareció herido ante ello pero luego respondió
-Puede que tengas razón. Pero de eso se trata lo que debo contarte.
Hizo una pausa y continuo.
-Lanney, tu has desarrollado un poder extraordinario.
-¿La alucinación absoluta?- dije irónica.
-Cállate- dijo concentrado- que me haces olvidar el discurso que arme hace días. El tema es, tienes un poder especial que nadie más podría tener. Lanney puedes crear.
-¿Disculpa?- dije atónita.
-Si! Escucha, tu me creaste o de alguna forma me reviviste, en cierta manera, pero todo lo que tu sueñas puede hacerse realidad. Eres una especie de genio.
-Si, lo escuchado otras veces- dije sonriendo inocentemente.
-Vamos, es serio lo que te digo.
Me lo pensé un momento. Aunque no había mucho que pensar. Cosas impensadas habían pasado durante las últimas horas y ninguna parecía tener una solución que no fuera pellizarme y despertar de este sueño paralizante.
-Mmm, no, no te creo. Lo siento, es muy extraño de creer.
-Bien- dijo resignado y malhumorado- cuando entiendas y razones que todo es verdad, luego de días y días de extrañas cosas ocurriendo a tu alrededor vendrás corriendo a mis brazos llorando y diciendo "Si, Ben, te creo, te creo todo lo que me has dicho! Fui una idiota! Ayúdame por favor noble caballero!"- terminó diciendo en tono dramático.
-Eso estuvo de mas. Además no lo creeré, no soy tan idiota para caer en un juego de mi propia mente.
-¿Apostamos?
Lo mire incrédula.
-¿Es este el momento de apostar?
-¿Que apuestas?- dijo ignorando mi pregunta. Viendo que me negué a responder continuo- yo apuesto un deseo.
Me reí.
-Si todo esto fuera verdad, seria una estupidez que apuestes un deseo.
-Si te digo lo que he apostado...
Lo mire intrigada y me acerque con el objetivo de intimidarlo para que confesara lo que escondía.
-Me harás bulling.
-Eres un idiota.- dije saltando sobre mi asiento.- yo también apuesto un deseo- dije risueña pensando en todo lo que deseaba. Admito que era un poco hipócrita de mi parte apostar algo y entusiasmarme por ello, sabiendo que ganando o perdiendo, nunca lo conseguiría.
-Hecho- dijo contento tomando mi meñique.- Bien, han sido unas horas agotadoras- se estiro hacia atrás y bostezo pesadamente- creo que me voy a dormir un rato.
-Me sorprendes cada vez mas.- dije atónita.
-Bueno, pero aún así...- dicho esto, comenzó a caminar hacia la casa. Lo seguí intentando entender que sucedía dentro de su cabeza. Era tan extraño. No solo la situación, era extraño hablar con alguien que se estimaba, debía estar muerto. Conversar sobre la vida y sobre sueños con una persona por la que recé todas las noches. Ver sus ojos una vez mas.
Ya me lo estaba creyendo.
Se dirigió a mi habitación y una vez mas me pregunte, ¿que clase de persona se siente tan cómoda en una casa ajena?
Se acostó en mi cama y dejo un espacio. Lo mire absorta pensando en si de verdad quería que me acueste a su lado. No podría ser...
-Con confianza, Lanney.- dijo palmando la parte de la cama que se encontraba vacía.- no muerdo.
Dios mío, esta situación y esta misma frase la había visto en millones de libros, novelas y películas, todo para que luego los personajes enamorados terminaran haciendo cosas que... Ustedes saben: "cosas".
Pero el supuesto Ben y yo no estábamos enamorados.
-No... - comencé.
-Eres una idiota Lanney, hemos dormido juntos por años y ahora que sientes que esto es mas real que cualquier otra vez, ¿no quieres hacerlo? No es como si...tu sabes.
-No lo se...- dije dubitativa pero luego analice sus palabras- espera, dijiste que has dormido conmigo por años? Que...?
-Has un lado la vergüenza y ven aquí. Créeme que no haré nada que no quieras.
-Tal vez yo..- comencé a decir la frase pero me tomo de la mano con fuerza atrayéndome hacia el y termine recostada en la cama, a unos centímetros de su pecho, al ser mas pequeña que el, debí inclinar la cabeza hacia atrás para poder verlo.
Me sonroje terriblemente y el sonrió.
-Las hormonas te han cambiado Lanney. Duerme bien- y dicho esto beso mi frente para luego cerrar sus ojos azules y provocar un revoltijo en mi estomago.
Santo cielo... Deseo que esto no sea una mentira barata.
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Mind
FantasyLanney Holt es una alumna ejemplar con una vida rutinaria e ideas extrañas en su mente. Siempre deseó lo mejor de lo mejor e imaginó lo que vendría cuando lo consiguiera. Lo que más deseaba era a alguien que pudiera comprenderla a su lado. Cuando e...