"Y te amé, con todas tus partes rotas, pues desde el primer momento supe, que yo te podía reparar".
RGBK
—La primera cosa que harás conmigo es llamarme señor, principalmente cuando estemos en la cama, ¿comprendes?—Reginal asintió lentamente, sus pensamientos se habían ido al caño y ahora solamente pensaba en que harían el amor, y si Jethro le hubiera pedido que le llame "magnánimo, benevolente, súper sultán, amo de la vida y de la muerte", Regi lo hubiera hecho sin cuestionar,
Jethro lo observaba, pues no sabía que tanto estaba captando el chico. —Iremos al club del que te hablé, no te separes de mí y sobre todo no te asustes.
Reginal pensó con algo de soberbia que muy pocas cosas le podrían asustar, pero mejor calló sus comentarios. —Para vestir usarás unos jeans, aquellos negros entallados van bien, y deja de usar esas enormes camisetas que son demasiado grandes para ti, —Reginal suspiró, pues no le gustaba usar ropa tan ajustada, aunque ahora amaba estar limpio y era medio compulsivo de la higiene y la limpieza, —Ean su lugar usarás esa linda camiseta rosa con un saco, te verás muy elegante con eso por lo cual llamaras mucho la atención y también habrá gente vestida de forma muy variada ya que por lo general el club ha llamado la atención y se llena pero no te separes de mí, muchos Doms querrán llamar tu atención y pueden intentar algún acercamiento, si algo así llegara a suceder dímelo. —Reginal sonrió mostrando su puño con cicatrices, —fui un peleador, no se olvide señor, yo podría moler a golpes a quien sea, —Jethro lo miró severamente mientras cruzaba los brazos sobre su pecho, —nada de golpes Reginal, —Reginal suspiró inconforme, —¡pero no voy a dejar que ningún cabrón me toque!, —Jethro se llevó la mano al entrecejo, no había considerado que Reginal podía reaccionar de forma violenta, y recordaba que en su expediente había leído de sus "capacidades" para mal matar al que sea durante las peleas callejeras, así que no se arriesgaría, —bueno pequeño, ¿qué piensas de llevar un collar?, ese tipo de clubes es común llevarlos y les hace saber a los demás que eres un sumiso con un amo, como un anillo de compromiso, —Reginal soltó un jadeo, Jethro lo miró sin comprender pues el chico de pronto quedó pálido, —¿qué sucede Regi?, —Reginal, aspiró fuertemente, —bueno es que cuando estaba en las calles gente como yo éramos las putas, los culos en la organización y a veces yo llegué a ver a tipos a los que les ponían collares que eran sujetados con pesadas cadenas para demostrar que eran "sus perras". Yo nunca usé uno y honestamente no quiero usarlo, ya que no podría con aquello. —Reginal temblaba, tan sólo con rememorar aquella experiencia, —bien, —Jethro debía idear alguna forma de que Reginal participará en sus gustos, pero debía ser paciente y hacerlo poco a poco para que el chiquillo se familiarice con todo aquello, y transforme sus viejos conceptos con nuevas experiencias que le parezcan agradables, el semblante de su hombre lo llenó de un sentimiento de protección,—tranquilo, —las manos de Jethro buscaron con urgencia la piel suave del chiquillo, y acarició su rostro, —tengo una gargantilla de oro, es una cadena no gruesa, es más bien joyería, ¿usarías eso para mí?.Jethro jamás consideró siquiera dar esa joya que guardaba desde hace casi seis años, cuando en sus primeros inicios la compró pensando inocentemente en que pronto aparecería un sumiso que le hiciera desear conservarlo, ahora veía que fue la mejor inversión que pudo haber hecho...
Y si Reginal aceptaba entonces lo llevaría al joyero para hacer los ajustes.Reginal pareció pensar todo aquello. Nunca imaginó que existieran lugares en donde la gente disfrutaba de ese tipo de vida, y mucho menos que el estricto agente simpatizara con ello. El venía de un mundo nada refinado, en donde el hombre que era sodomizado era humillado, así a este le gustase o no, ser amante de otro hombre. Pero también era un chico sensato, que intentaría por Jethro lo que sea, —lo... Lo intentaré, pero si no me siento seguro se lo diré, —Jethro admiraba la tenacidad del chico, esa fuerza para intentar cambiar una mala experiencia y probar algo nuevo. —Tienes mi palabra, mi amor, que si no te gusta yo mismo te quitaré el collar, ¿te parece?, —Reginal sonrió débilmente, mientras su rostro lo recargaba en el sólido pecho y aspiraba el aroma a perfume y a sudor de Jethro, —Gracias señor, —Jethro sonrió, nunca se había sentido tan poderoso y masculino que ahora teniendo a Reginal en sus brazos, listo para ser enseñado, listo para ser parte de su vida.
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Sumiso
RomantikTercera historia de la serie BDSM. Con un personaje entrañable. Reginald Esparza, un chico que apenas acaba de cumplir 18 años ha sido formado en la calle, la única familia que conoció fue una pandilla, la más salvaje de todas. Con un aspecto angeli...