➪ Capítulo tres

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WHAT A GREAT
ARRIVAL
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El mes que Alhena había pasado en La Madriguera fue uno de los mejores de su vida

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El mes que Alhena había pasado en La Madriguera fue uno de los mejores de su vida. Desde aquel desagradable encuentro con Lucius Malfoy, Alhena sólo había recibido una carta de sus padres pero la rubia no se molestó en abrirla y la guardó en el fondo de su baúl, decidió que ahí estaría mejor y así no tendría que preocuparse.
La última noche en La Madriguera, la señora Weasley preparó una suntuosa cena que todos disfrutaron hasta reventar. Fred y George alegraron la noche con una exhibición de las bengalas del doctor Filibuster.

A la mañana siguiente, les llevó mucho rato ponerse en marcha. Quedaban muchas cosas por preparar y la señora Weasley, de mal humor, iba de aquí para allá repartiendo regaños y objetos a sus hijos.

Después de un desayuno apresurado todos salieron y el señor Weasley comenzó a meter todos los baúles en el maletero.
Cuando por fin estuvieron todos en el coche, la señora Weasley echó un vistazo al asiento trasero, en el que Harry, Ron, Alhena, Fred, George y Percy estaban sentados cómodamente.

—Los muggles saben más de lo que parece, ¿verdad? —Ella y Ginny iban en el asiento delantero—. Quiero decir que desde afuera uno nunca diría que el coche es tan espacioso, ¿verdad?

El señor Weasley arrancó el coche y salieron del patio. Alhena se preguntaba si el próximo verano volvería a visitar La Madrigera cuando tuvieron que dar la vuelta, porque a George se le había olvidado su caja de bengalas. Cinco minutos después, el coche tuvo que detenerse en el corral para que Fred pudiera entrar a agarrar su escoba. Y cuando ya estaban en la autopista, Ginny gritó que se le había olvidado su diario y tuvieron que retroceder otra vez. Los ánimos estaban alterados debido a que llevaban muchísimo retraso.

—Molly, querida...

—No, Arthur.

—Nadie nos vería. Este botón de aquí es un accionador de invisibilidad que he instalado. Volaríamos por encima de las nubes, llegaríamos en diez minutos y nadie se daría cuenta...

—He dicho que no, Arthur, no a plena luz del día.

Llegaron a Kings Cross al cuarto para las once y apresuradamente entraron a la estación dirigiéndose al andén nueve y tres cuartos, después de poner los baúles en unos carritos.

—Percy primero —dijo la señora Weasley, mirando con inquietud el reloj en lo alto, que indicaba que sólo tenían cinco minutos para desaparecer disimuladamente a través de la barrera.

Percy avanzó deprisa y desapareció. A continuación fue el señor Weasley. Lo siguieron Fred y George.

—Yo pasaré con Ginny, y ustedes tres nos siguen —dijo la señora Weasley agarrando a Ginny de la mano y empezando a correr hacia la barrera. Ambas desaparecieron.

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⏰ Última actualización: Jan 14, 2023 ⏰

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ALHENA ALCOTT Y LA CÁMARA SECRETA [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora