Habían llegado a una residencia en Lisboa, apartada lo suficiente como para que nadie se diera de cuenta que estaban ahí. Era amplia, de dos pisos y lo mejor daba hacia un muelle privado en el que esperarían a Taeyoung.
Gal habia intentado hablar con su hija para hacerle saber lo que habia pasado pero esta se habia negado a escucharla.
Su mirada era fria y escalofriante, como si su alma hubiera abandonado su cuerpo y no hubiera nada mas en el. Cuando Jisoo se acercó a ella quien y le tomó la mano esta se arrebató con brusquedad y se giró.
Habia salido de su trance o eso parecia, sus ojos ya no estaban inyectados de sangre y eran de un color avellana, como si el marron que tenia se hubiera combinado con el azul del spyce y el rojo de su trance.
Era como la combinación de esos tres añadiendole un poco de verde esmeralda. Jisoo sintió una punzada de dolor en su pecho, pero realmente se sentia como si la hubieran traicionado.
Jisoo: ¿Estas molesta? - preguntó maldiciendose internamente cuando lo pregunto. Era obvio que la chica estaba molesta, triste y sobre todo un poco decepcionada de ella - Oye ya sabes que fue algo planeado, o sea tu madre y yo...
- Dejame sola - pidió arrinconándose en la pared causando una ola de dolor en la rubia.
Jisoo: No quiero que te enojes - pidio intentando tocarla pero esta empujó su mano y la miró apretando la mandibula - Ya entiendo, ¡Dios no se ni porque hago esto!
La chica de los mechones blancos sintio una terrible decepción al escuchar aquellas palabras, pero Jisoo tenia razón, no eran nada y dudaban que pudieran serlo, apenas se conocian una semana atrás y solo habian tenido sexo, el sexo no enamora.
Pero ella lo estaba, lo estaba desde esa misión en Corea donde se acostó con ella, donde fue su sombra y donde descubrio cosas nuevas.
Sin embargo ahora que lo veia de aquel modo Jisoo llegó a pedirle que no se enoje y ella la mando por un tubo, realmente se lo merecia y mucho, por que almenos la rubia intentaba llevarse bien con ella.
- ¿Cual es el informe? - preguntó seria y ellos voltearon a verla, claro se habia puesto de pie pero aun tenía esa expresión fria en el rostro.
Gal: No hay informe, vete a descansar - pidió la mujer de manera retadora mirando a los ojos de su hija - Aún tienes una herida que no ha sanado bien.
- Mis responsabilidades son primero - sentenció mirando a su madre y esta suspiró cansada- Estoy hecha para recibir y atender órdenes - dijo firme causando una molestia por parte de su madre.
Gal: Va a tu habitación esa es la orden.
- Pero general...
Gal: ¡Es una orden!
La castaña apretó la mandíbula y suspiró asintiendo. ¿Una orden? Por favor ahora su madre se preocupaba por ella, era el escenario mas gracioso que podia tener en aquel momento y no era que odiara a su madre si no que ella ahora recordaba muy bien cuando su madre la hacia ponerse de pie despues de una misión suicida.
La puerta de aquella habitación sonó un par de veces y ella bufó abriendo, ahi estaba de nuevo ella, Jisoo mostrando una cara de culpabilidad y tristeza
Jisoo: ¿Estas bien? - cuestionó a la chica que estaba mirando por la ventana cruzada de brazos
- No es algo que sea de su incumbencia, señorita Kim o deberia llamarla Doctora, ¿Detective?
Jisoo: Solo dime Jisoo - suspiró acercandose a la cama para sentarse y mirarla - ¿Podrias venir a mi lado? - sin duda el corazón de la castaña explotó en alegria pero estaba molesta y el sexo de reconciliacion si eso era lo que queria no lo iba a tener.