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Anne por fin entraba a su nueva universidad, sabía que escapar había sido la mejor de las opciones, pero de alguna forma, sentía que estaba siendo una total cobarde al hacerlo, la razón de escapar de aquella alfa y no verla por el resto de su vida...

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Anne por fin entraba a su nueva universidad, sabía que escapar había sido la mejor de las opciones, pero de alguna forma, sentía que estaba siendo una total cobarde al hacerlo, la razón de escapar de aquella alfa y no verla por el resto de su vida era lo mejor que podía hacer, pero eso solo lo hacía sentirse extraña, paso su mano por la marca en su cuello, pronto los demás sabrían lo que pasaba a su alrededor, todos estarían enterados de lo que había pasado, pero trataría de ocultarlo lo mejor posible.

Una omega con un lazo roto nunca ha sido bien visto por la sociedad, muchos pensaban que se trataban de omegas con defecto, que seguramente lo único que hacían era acostarse con cualquier alfa y que accidentalmente alguno los marcaba y quedaban preñados, pero la realidad era otra, y prácticamente Anne había sido totalmente abandonado por la alfa con quien creía iba a estar de por vida, inclusive su lobo se sentía demasiado decaído para saber más de aquello, Anne había dejado de sentirlo desde hace días.

Tal vez se sentía avergonzado por lo que había ocurrido, tal vez estaba demasiado deprimido como para estar presente en la vida de Anne, así que debía de evitar pensar en ello, solo así quizás logre que su lobo dejase de sentirse tan deprimido.

Anne dejo sus pensamientos de lado cuando accidentalmente había chocado con alguien, la espalda de quien tenía enfrente era demasiado dura además de que aquel que estaba allí parada, era prácticamente más alta que ella por varios centímetros, y debido a que Anne se había enredado con sus pies al intentar mantener el equilibrio, estaba a punto de caer al suelo, por supuesto sus cosas cayeron en un ruido sordo, pero ella... ni siquiera toco el suelo.

Abrió los ojos para encontrarse con aquella alfa que ni siquiera le había dado alguna respuesta para saber en dónde se encontraban las oficinas de aquella universidad.

La mano de la alfa estaba prácticamente sobre su espalda baja, deteniéndolo de su caída, Marcy al ver de quien se trataba, dejo su enfado de lado, la omega mantenía sus hermosos ojos marrones abiertos e iluminados en un brillo tan único que ni siquiera sabía si podía apartar la mirada de aquellos hermosos orbes que lo miraban.

- ¿Estás bien? -esa pregunta había salido como un susurro, como un secreto entre ambas, como si no quisiera que alguien más escuchase su conversación.

- Sí, lo estoy -menciono la omega tratando de incorporarse, Marcy dejo de mirarla a los ojos, no quería causar una mala impresión en la omega, la ayudo a incorporarse y de inmediato se agacho para poder recoger la mochila de la omega y entregársela-, muchas gracias, perdona por haber chocado de esa manera.

- No debes preocuparte -se encogió de hombros desinteresada-, los accidentes suelen llegar a suceder, pequeña.

Las mejillas de la omega adquirieron un suave color carmín, Marcy sonrió al ver aquello, definitivamente esa omega con solo mirarlo la traía loca, no se había sentido así nunca en su vida, y esa pequeña omega frente a ella solo lo hacía sentirse tan cálida, esos ojos que traían la curiosidad por donde los vieses, esos labios que por alguna razón quería ver que las comisuras estuvieran siempre arriba cada que lo miraba, esos cabellos que solo hacían que su rostro se viera mucho más perfecto, esa omega es linda, y ese aroma es dulce, tiene un aroma digno de estar olfateando todo un día, podría perderse en ese aroma si quisiera.

Anne no sabía que más decir al respecto, quería irse, pero, esa alfa seguía allí mirándolo con detalle, ¿por qué lo hacía? Sin querer había hecho que su cabeza quedará ladeada, y su playera había dejado al descubierto la marca en su cuello, Marcy no paso desapercibido aquel acto y sus ojos se habían dirigido hacía aquella unión.

Un lazo, pero esté era distinto, no había signos de que hubiera sido mordido otras veces para reforzarlo, esté parecía estar desapareciendo poco a poco, era un lazo roto, Anne cubrió de inmediato con su mano izquierda aquella marca, y Marcy dejo de mirarla.

- Gracias de nuevo -hizo una corta reverencia-, adiós.

La omega no espero alguna respuesta de parte de la alfa, solo comenzó a caminar, alejándose, pasando de largo al alfa que se encontraba allí y seguir con su camino hacía la facultad de música, ella había visto su marca, ¿sabrá que ahora es un lazo roto? ¿Qué pensará al respecto de eso? Soltó un bufido, no entendía porque quería darle tanta importancia, al menos así aquella alfa sabría que no debe acercarse a ella.

Los alfas le temen a los lazos rotos, sus familias les temen aún más, no quieren saber de omegas que se la pasan por la vida con una marca de un antiguo alfa que los ha abandonado de por medio, es lo que menos querían para sus hijos, así que Anne debía de olvidarse de aquello, no podía siquiera seguir pensándolo, debía dejarlo pasar, si esa alfa es lista, se alejará de ella, puede evitarse conflictos posteriores.

Pero Marcy, ella es lista, pero curiosa, una alfa curiosa que solo quiere saber el por qué de aquel lazo roto, y lo descubriría.

Pero Marcy, ella es lista, pero curiosa, una alfa curiosa que solo quiere saber el por qué de aquel lazo roto, y lo descubriría

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Lazo rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora