Capitulo 2.

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Cambiemos de papeles, ahora seremos esa persona ordinaria, seremos lo que esta sociedad quiere, claro, uno más del montón, moriremos felices por a ver sido aceptados por todo el mundo excepto por nosotros mismos.
Ahora yo seré una persona con la soberbia suficiente de juzgar todo lo que no me parezca o solamente porque son personas que hacen lo que yo no me atrevería hacer, eso, uno más en esta sociedad.
Esta noche voy a contener todos mis pensamientos, tratare de ser una persona ordinaria tal como las demás.
Basta de quejarme.
Las noches siguen siendo apenas instantes y esque no entiendo a donde es que quieren llegar. De verdad es agotador.
Llego al colegio, nada es realmente bueno y tampoco interesante.
-Oh, disculpa, no me fije- ok, me equivoque, a todo le llega esas cosas románticas escupidas que solo se ven en las películas. Por accidente golpee a una chica, nunca antes la había visto como hoy, era de mi clase si no estaba equivocado.
- No te preocupes, no hay problema.
De verdad ha sido el encuentro mas extraño que he tenido, esta mañana ella esta diferente.
No podía negar, esta mañana pase viendo hasta la ventana, desatento como siempre tratando de idear un mundo a mi manera, uno en donde las cosas sean realmente tal y como deben de ser, como cualquier psicólogo dice que son.
Como todo adolescente deseaba que tocara por primera vez la campaña en donde anuncian que seremos libres al menos por 30 minutos.
Me estoy concentrando en un nuevo dilema, entre tanto que pensar apareció El Niño con el globo rojo, y que si saliera volando? Qué pasaría? Quizá desarrollaría poderes paranormales y se iría con el.
Recordaba mis numerosos problemas en casa, de verdad estaba harto de pelear con mis padres, creo que es demasiado de eso, ahora lo es, tengo que admitir que antes me daba demasiada gracia hacerlo, sin embargo me di cuenta que no quería verme como víctima ante ellos, y tampoco quería tener una especie de guerra demasiado inútil.
Ok, me rindo. No soy fuerte. Yo soy el globo rojo, me voy.
- Sr. Peter, le esperan en la oficina de la directora.
- Gracias por el aviso. - ahora fue extraño; di las gracias, no insulte, esta vez solo actúe como se supone que debe actuar todo estudiante, hacer lo que se le antoje a esta señora.
Entonces esto se convirtió en la cosa mas horrorosa que puedes conocer.
-Siéntese. -nuevamente accedo a las órdenes, en este caso esa señora me las dio directamente.
- Sucede algo?- ella insiste.
- Usted pide un alumno cómodo a su inutilidad de pedagoga. Aquí me tiene. ¿Su café con galletas o prefiere una rosquilla?
- Esta vez no nos dejas remedio, tu madre te espera fuera del colegio. Volverás hasta que tengamos el diagnóstico adecuado por una especialista.
- De acuerdo.
Perfecto, lo logre, una terapia estupida de lunes por la tarde. De acuerdo me equivoque, esto es estar jodido, tratas de ser normal pero resulta ser que esos pensamientos, nada adecuados y mucho menos algo que tenga que ver con la realidad, convienen mas que hacer solo lo que la sociedad te exige, dejas de ser autentico y entonces todos somos iguales no? Seguro es la solución perfecta para La Paz mundial. Me pregunto si realmente somos nosotros quien las necesitan o son ellos los que no quieren aceptar el problema mental que llevan consigo.
Salí del colegio, mamá estaba dentro del auto, le ignore por completo, la esquive y comencé a andar solo. No quería hablar con nadie, no quería escuchar nada, ya no había nada en que pensar, todo era bastante claro, mi mente ya no eran arcoiris. De camino a casa solo me concentre en caminar, cada paso que daba, lo tarde que se estaba haciendo, en como la noción del tiempo la estaba perdiendo, en como el maldito tiempo no se detenía.
Hay un problema bastante raro en mi, odio sentirme pequeño, pero conforme voy creciendo me doy cuenta de que es mejor ser un mocoso en pañales.
Al llegar a casa mamá estaba muerta en llanto, estaba en el sofá del salón, de verdad que es aterrador verle así.
- Basta ya, no tenemos suficiente pasta para pagar más paquetes de pañuelos.
- No es momento para tus malos chistes, ve a tu recamara y no salgas - Bueno... ahora si esta molesta.
¿Realmente esto tiene sentido? Me han suspendido del colegio, lo hicieron porque de un día a otro decido dejar que las pelotas me cuelguen y mi desmadre se vaya por un coño. Ahora yo estoy molesto, es que... ¿Quién mierda los entiende? Cambie, decidí cederles el honor de verme como una persona mas en un aula de, por lo menos, 45 estudiantes.
- ¡¡Por un carajo!!
Aquí viene, mamá me ha escuchado.
- Lo hecho hecho esta, ya no te quejes.
Ok, aceptemos el duelo, yo soy quien lo ha hecho y seré yo quien decida como terminar todo este asunto. Ya es hora de admitir que no soy tan fuerte como a menudo me ven y es que enserio quisiera que algo me importara, que algo hiciera la diferencia en esta vida de mierda.
A veces solo me levanto y pareciera que nada esta sucediendo a mi al rededor, parece ser que soy muy bueno fingiendo que nada me afecta porque enserio todos lo creen tal como si una de dos razones me hicieran ser así; una: soy muy fuerte, o dos: no tengo ni una mínima idea de que es sentir.
Realmente siento que la soledad me esta consumiendo y la verdad esta vez no tengo un plan en el que me garantice lograr huir de ella. Eso me asusta.
Siempre reconocí a la soledad como unos de mis demonios aunque a decir verdad, siempre estaba solo, Martín era mi amigo sin embargo ya no lo tomaba en cuenta para estas situaciones, la chica del pasado fue solo una excusa de sentirme cómodo pero para nada feliz, era como un sustituto alimenticio, te alimenta, pero en si, no lo hace.
- a donde vas? - son las primeras palabras luego de 24 horas que mi madre me dedica y no se si gozarlas o hacer pleito para dejar de escuchar su voz.
- saldré.
- Vuelve para la cena, tu padre nos acompaña- Ignore por completo su comentario y sin más cerré la puerta de un zarpazo.
Ahora las cosas de verdad eran una causa por la cual quisiera llegar ebrio a la casa donde el antónimo de padres perfectos me esperan en torno a una mesa en la cual no tendremos más que un incómodo silencio aunque realmente me interrogaba ¿mis padres ya son amigos? ¿Ahora mi padre clausura su ausencia tan solo por la suspensión? Ok, tantas ideas en la cabeza me hacen experimentar migraña.
Quede de ver a mis amigos en un viejo parque que se encontraba por la catedral, en Portland nos encantaba salir a ese parque en tiempo de nevada, pero ahora era uno de los sitios más abandonados de la ciudad el cual ahora se drogaban en lugar de jugar con unas cuantas bolas de nieve.
-Disculpa- de verdad este no es mi día, por accidente he golpeado a una chica y no es de mis pasatiempos favoritos golpear a niñas lindas... aguarda ¿que? enserio me estoy volviendo loco, ¿niña linda?, por favor, a que no hay nada mas trillado que una historia así. Realmente era extraño que me estuviera pasando esto de nuevo, ayer fue así mismo.
-Peter?
-Sabes mi nombre, dime, te conozco?
-Hemos estado en la misma clase todo el semestre
-No te había visto jamás, lo juro
- Me llamo Emilie.
-Bien, entonces, espero verte pronto en clase.
Esa charla debo admitir que fue extraña, pero, era cierto, el hecho de que haya sido inesperada me cambio el panorama.
Volví a casa de inmediato, solo quería descansar, claro está, luego de la cena con mis padres.
De camino a casa todo estaba tomando un color bastante cálido, cosa que no suele pasar en invierno, me gustaba ese paisaje, era de cierta forma esa manera tan hermosa en que puedes darte el lujo y placer de comprar chocolate caliente que venden en la panadería francesa, todo me parecía verdaderamente interesantes y todas mis teorías estaban activas en dicho momento tratando de hallar algo actuando casi como un objetivo de una cámara fotográfica, todo el tiempo cambia y obtienes algo diferente pero siempre es una fotografía, el mismo proceso.
La nieve caía de prisa y cundía los autos, los verdes son bastante simbólicos en invierno, esos autos podrían ser un árbol de Navidad andante pero no parlante. Pensar era de las cosas que mas disfrutaba, era de las cosas que solo no quiero dejar de hacer nunca, algo que inexplicablemente me llena y eso era lo mío entonces.
Los días iban cambiando, o más bien yo los veía de diferente manera, tenía ganas de volver al colegio, extrañaba a todos allí, quería sentir que nada de este dolor estaba sucediendo y que podría cambiar mi vid sin necesidad de temerle, aunque me daba cuenta de que a veces el miedo te hace mas fuerte a la vez que causa en ti cobardía, pero esa cobardía que sientes dentro te hace evitar que esas fobias extrañas aparezcan dentro de ti y de un día a otro simplemente no puedas cambiar nada pero, sabes que ese deseo de que el terror concluya te hará despertar y empezar como se supone que debemos hacerlo.
Me daba cuenta de como mi vida simplemente ya no quería limitarse de ninguna forma, solo quería empezar, empezar a hacer y dejar de caer en la misma rutina del "no puedo" porque simplemente lo demás no me interesa, es decir, tener la capacidad pero no querer emplearla en el momento. Esto me hizo pensar en los videojuegos, todos tienen obstáculos al igual que la vida, conforme el videojuego avanza tu te obligas a ser mas inteligente y a emplear todas tus capacidades en un solo propósito, pero nunca para, siempre se vuelve mas complicado y a la vez tu eres mas audaz.
Esta mañana me he levantado temprano, quiero empezar conmigo. Había mal tiempo así que tome un abrigo negro que parecía más bien una gabardina elegante que se usaba tiempo atrás o en fiestas de etiqueta, a menos de que seas millonario y tengas un porte con demasiada clase incluso para ir al supermercado pero, no, yo no era millonario, yo era el Sr. Peter Lenz, eso ahora parecía mejor y no me refiero a que lo sea solo porque creo que mi vida es perfecta, sino porque, la vida es perfectamente compuesta por muchos misterios que solo un verdadero mago quiere descubrir.
-Recuerda pasar al colegio a dejar la solicitud de labores. - En definitiva, esta mañana es perfecta, mi madre no olvido sus avisos y eso es un buen comienzo, me alegra que esta vez pueda decirlo sin dar sarcasmo alguno a la palabra. De costumbre no dije nada, solo me fui, y era hora de empezar.
-Peter! - no esto no estaba planeado, nadie grita mi nombre cuando voy andando, no tenía ni la más remota idea de quien fue, pues no reconocí la voz, era una voz de chica, pero era igual de incógnita que sus cuerdas bucales para mi pequeño cerebro extraviado, por lo tanto no me intereso detenerme, el tiempo es oro, no puedo parar.

Simplemente, mi abismo favorito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora