VINAGRE Y ROSAS

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La canción que estoy cantando empieza en otras canciones y acaba en un hospital, ¿ porque me sigo jugando la vida a pares o nones por fulanita de tal?

[Joaquin S.]




—¿Cuanto dura un duelo?— Mikasa le preguntaba a Pieck que parecía muy entretenida comiendo unos pokis de almendra.

Su amiga levanto la taciturna mirada de plata y observó a su Miki

—Te acuerdas de Cerberus?—

Miki hizo memoria, Cerberus fue el primer perro de su amiga, un gran Danes espectacular, del color de la noche y la velocidad de un trueno, con un corazón tan dulce como un turrón de azúcar.

Cuando Pieck se dió cuenta que Mikasa siguió el hilo del pensamiento le respondió.

—estuvo 8 años conmigo, ¿recuerdas que estuve en depresión casi un mes? de hecho aun lo recuerdo y a veces duele...

—No entiendo tu punto— le dijo la pelinegra aún más confundida.

—Mika por Dios!!!!! su madre fue la que murió!— le grito Pieck. — si te estoy diciendo que aun no supero del todo la muerte de mi perro, DE UN PERRO!! imagínate el como esta al perder a la mujer que le dió la vida— terminó con un resoplido exasperante.


Dos meses pasaron desde que la Maga dejo el mundo atrás, y con eso a sus hijos sumergidos en una tristeza irreparable. Levi solo le llamo dos veces más pues tenia que ocuparse de diversos tramites tanto funerarios, post mortem y de su trabajo, y ahora la ojigris estaba resintiendo el desapego.

No comprendía, no alcanzaba a dimensionar el impacto de la perdida, ella es huérfana y aunque su tio es su única familia, ha hecho de todo para que ella jamás sufra, esto ha mantenido a Mikasa en una burbuja medianamente fuera de grandes calamidades que a veces acortan el metraje de su raciocinio.

Recordaba como Marcel entre la pena y el desmayo le confesó que siempre estuvo enamorado de ella y como amablemente lo rechazo, por Levi, porque le dio el anillo de su promesa, pero el tiempo avanza, ya no ve tan claro, ¿y si es mejor Marcel? ¿que tal que Levi jamas regresa?

Sigue pensando que el reloj corre, que su cumpleaños esta cerca, que se le acaba el tiempo para seguir los pasos de su madre, una boda a los 26, hijos a los 27, una familia feliz a la eternidad.

—Mika, no se va a acabar el mundo si no te casas a los 26 ¿ que no querías viajar?

—El mundo también puede esperar a que encuentre con quien explorarlo— le respondió de mala gana.

y se sumió en sus pensamientos, debe ser determinante, el amor puede venir con el tiempo, la diaria convivencia, lo mejor es asegurar al candidato. Su corazón latía por el azabache al otro lado del planeta, pero su terquedad no dejaba espacio a la racionalidad.

Tomo su teléfono y buscó en sus contactos hasta que encontró lo que buscaba y marcó.

—Hola Marcellino!— Saludo alegremente a la voz que respondió al otro lado.

Pieck observaba bastante decepcionada la escena que pasaba frente a sus ojos. Siempre supo que la determinación de Mikasa era un talento y una tortura a partes iguales, no seria la excepción, por querer ganarle al orden natural de las cosas vislumbraba que nada bueno saldría.


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