TUXEDO RETURNS

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El rubio asomó la cabeza por la enorme puerta y una seguidilla de estornudos se desato, era de esperarse, hacia mas de dos años que nadie visitaba esa secreta localización, los equipos de computo y las mesas donde tomaban las mas increíbles decisiones estaban cubiertas de una gruesa capa de polvo que seria capaz de pararle el corazón de terror a cierto enano azabache.

Se dirigió hasta una ranura en uno de los muros y suavemente deslizo una teja, sonrió dulcemente cuando el sonido del mecanismo se activo, pronto pudo entrar a la que alguna vez fue su oficina privada, donde seguía de cerca a los miembros del club y también realizaba las investigaciones de sus clientes, busco un buen rato por los cajones y las cajas de archivo muerto, no recordaba bien donde había resguardo ese pendrive, pero se dio a la tarea de localizarlo sin tregua, de unos estantes bajo unas grandes cajas cuyo peso no fue capaz de soportar haciendo que cayeran estrepitosamente sobre el, refunfuño un poco entre estornudos provocados por la nube de polvo que densamente se acumulo en torno a el, se levantó rápidamente sacudiendo su camisa de franela a cuadros y ajustando la moldura de sus lentes, cuando la polvareda se disipo lo primero que salto a sus ojos fue una portarretratos, en su reflejo se dibuja una nostálgica escena, un rubio muy alto sonreía mientras con sus dedos jalaba las mejillas de un ojiazul de mirada seria, a su ldo un castaño cenizo casi tan alto como el rubito abrazaba a un chico de ojos verdes que guiñaba el ojo y asomaba su lengua, el aparecía delante de ellos con su calma sonrisa mientras con su mano izquierda hacia el saludo vulcano, un chico pelón solo asomaba de los ojos a su cabeza mientras tomaba la foto, todos vestían pulcros trajes negros con la alba camisa asomando, al mirar esa escena sonrió asomando sus blancos dientes y surgió una idea en su mente, rebusco rápidamente en las cajas y encontró el objeto por el cual había llegado en rimera instancia y sin mas salió del lugar.

Dias mas tarde un castaño cenizo estaciono su auto deportivo en una muy bonita acera, un barrio elegante y de estructura hogareña lo recibió, se acomodo el infaltable traje a medida y avanzo hasta la reja dela casa, una estructura minimalista y acogedora fue lo que vislumbro antes de tocar el timbre –Típico de un rubio romántico –se mofo.

–¿Quién es romántico? ¿ahora juegas para el otro equipo? –la voz tan conocida le respondió, Jean no tenia que voltear para saber de quien se trataba, pero en estas circunstancias le asombro encontrarlo.

–¡Eren! ¿Qué haces aquí? –la sorpresa dio paso a la duda, pues cuando recibió la llamada de Armin este no le notifico que habrían mas personas,  le disgustaba, pero sus alarmas se encendieron lentamente.

-¿tu que haces aquí? –le inquirió el ojiverde –Armin me pidió venir a verlo.

–¡whoa chicos! –un tercer integrante se unió a la improvisada reunión –¿Cómo están? ¿Qué hacen aquí?

Los tres personajes estaban atónitos mirándose tratando de encontrar la razón por la cual estuvieran reunidos sin ninguno poder dar una respuesta coherente, antes de que la conversación tomara tintes de desesperación, el anfitrión les dio el paso a su residencia asomándose n lo alto de su escalinata y saludandoles animadamente con la mano en alto.

Una vez instalados en los cómodos sillones de su amigo, se permitieron relajarse, compartir unos tragos y algunos aperitivos, no era que hubiera dejado de verse, pero después de que el club apago el ultimo ordenador cada uno tomo rumbos diferentes, trataban de reunirse para navidad, que era la época perfecta para celebrar el cumpleaños de Levi y ver crecer a la pequeña Kuchel que ya eran tan bella como Mikasa, así que a mitad del año cuando cada uno recibió la llamada la tomo con total seriedad pues sabían que su amigo nos los llamaría por cualquier cosa.

–Bueno, se preguntaran porque lo reuní aquí ¿verdad? –la obviedad de la respuesta su pregunta se dibujaba en las sarcásticas muecas de sus amigos.

–Yo regrese a la Torre Smith por algo que necesitaba, recupere el pendrive donde se agendaba las citas, junto con el router y la IP...

–No entendemos una mierda de lo que dices, por favor, al grano –Eren le respondió al no saber cual era la relevancia de eso.

–Como sabrán, Erwin vendió la torre ahora que se fue a Mykonos, todavía quedaban algunas cosas de aquel negocio que teníamos ¿recuerdan? –todos presentes asintieron –Bueno, resulta que traje el archivo donde nos podían localizar junto con la clave y el dominio del internet, y quiero mostrarles esto.

Encendió su portátil y les mostró el impresionante hallazgo, cientos y cientos de solicitudes se desplegaron ante sus ojos, algunas tan antiguas que no podían darse el lujo de revisar pero existían otras tantas de apenas un par de meses atrás –Si bien la pagina se dio de baja antes de que se filtraran todos los datos, parece que la dirección quedo activa, obviamente no lo sabíamos porque todo llegaba directamente con Nina.

–¿Qué se supone que debemos hacer con esta información? –Connie pregunto a toda velocidad.

–Bueno, pensaba que si bien no podemos responder a todas, podríamos enviarles una tarjeta de disculpa a las mas recientes, ya saben como nuestra de nuestra caballero...

–¡No! –Eren se puso de pie súbitamente –Hay que aceptarlos, ¡hagamos el trabajo!

–¿de que carajos hablas? –Jean se igualo a su altura y le pregunto pensando que este se había vuelto loco.

–Erwin y Levi ya no están, todos paramos por ellos y bueno por...

–¡Petra! –gritaron los tres restantes al unísono.

–Si, bueno, a lo que me refiero es que esta es la mejor forma de decirle adiós al club, cerrémoslo con un trabajo, cada uno escogerá su cliente, Nina ya no esta así que la entrevista depende de nosotros, ¿Qué dicen?

–No suena mal –Connie repasaba con su mano su creciente barba –Pero todos debemos aceptar o ninguno lo hará.

–¿Quién esta a favor de la ultima aventura del Tuxedo club?

Todos rompieron a carcajadas cuando cuatro brazos se alzaron sobre sus cabezas, se tomaron la tarde para revisar las fechas de la solicitudes y cotejar el día en que se necesitaba el servicio, Armin trajo cuatro lineas desechables para que se comunicarán con las mujeres. De pronto su sala se volvió un nuevo cuarto de operaciones, todo irradiaba electrizante nerviosismo, se reían como adolescentes con la diversión a flor de piel.

–¿y bien? –pregunto el rubio sosteniendo en alto su agenda.

–Azahara Basima, veinticinco años, necesita un acompañante para el Diwali, es muy bella y su vz me sonó melódica y tranquila en la llamada.

–¿Cuándo será? –pregunto Armin listo para tomar notas y hacer nuevamente la pertinente investigación.

–Dos semanas –dijo dandole un buen sorbo al whisky, el hielo cortado a mano tintineo contra las paredes del reducido vaso de cristal. –En dos semanas será la cena del rey.

 –En dos semanas será la cena del rey

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