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-Kageyamaaaaa -Hinata se puso frente a su novio y posó las manos sobre sus hombros. -Tienes que ayudarme, Yamaguchi nos necesita.

El menor puso pausa a la película que estaban viendo. Se suponía que esa noche verían algo en la casa de Hinata, en general, sus planes siempre eran los sábados, salían o algo y luego llegaban a casa del más bajo a ver una película, a veces con Natsu, a veces sin ella, todo dependía de la hora a la que llegaran. Esa noche, sólo eran ellos dos, y durante todo el día, Shoyo había estado insistiendo en ayudar a Yamaguchi.
No era que él no quisiera ayudar, por el contrario, lo haría con mucho gusto, Yamaguchi de alguna manera les había ayudado a Hinata y a él a por fin hablar de sus sentimientos, y tenía que reconocer que se la habían puesto difícil, sobre todo él; sin embargo, a pesar de saber que Tsukishima también había ayudado, le costaba trabajo pensar en que él podría ayudar al de gafas, simplemente no podía verse haciéndolo.

-Pero... -Kageyama comenzó. De inmediato, Hinata abrió mucho los ojos expectante de la respuesta- ¿Qué se supone que quieres hacer?

-Cualquier cosa puede funcionar- Hinata sonrió. -Tsukishima solo tiene que mostrar que Yamaguchi le interesa.

-Pero eso lo sabemos todos. -El azabache posó las manos sobre las caderas de su novio y lo hizo sentarse en la mesita que estaba entre la televisión y el sofá, quedando frente a frente entre ellos.

-Yamaguchi no cree eso, dice que Tsukishima no sabe cómo rechazarlo. -Hinata se cruzó de brazos frunciendo el ceño. -Una tontería, ¿No es cierto? -Kageyama asintió. -Por eso tienes que ayudarme. ¿Sí?

Tobio lo miró durante unos segundos. Definitivamente, Shoyo no se rendiría tan fácil, es más, no lo haría, para su gusto y su pesar, eso era parte de su encanto.

-Bien. Solo dime qué tenemos que hacer.

Hinata sonrió y para ese momento, lo único que alcanzó a hacer fue besar al azabache.

...

Yamaguchi llegó a la escuela con cierto temor de lo que Hinata podría haber planeado. Había tenido todo el fin de semana para pensarlo, y para su pesar, seguramente tenía a más de una persona de su lado, empezando, por supuesto, por Kageyama. Tadashi no estaba seguro de qué podría hacer, sin embargo, estaba consciente de que sus amigos podrían atreverse a muchas cosas para poder hacer lo que se propusieran, y en ese momento, le preocupaba ser parte de sus objetivos.
Tanto había estado pensando en eso, que no puso nada de atención en la mirada de preocupación de Tsukishima cuando éste le había saludado y Tadashi no le había respondido.
Fue hasta que pasaron por el gimnasio que Yamaguchi se dio cuenta de la presencia de Tsukishima, pues los chicos de tercero los hicieron parar para pedirle a Kei que se quedara para ayudarlos con algo. Tadashi se ofreció para ayudar también, pero sus mayores rechazaron su ayuda de inmediato, pues solo sería una charla rápida respecto a algunas cosas.
Dado que no era la primera vez que Tsukishima era solicitado para ayudar en solitario, Yamaguchi no le tomó importancia y simplemente fue a los vestidores a cambiarse. Tenía que admitir que le asustaba no haber visto a Hinata y a Kageyama, siempre eran los primeros en llegar y los primeros en ponerse a practicar, no verlos no tenía nada que ver con algo de su relación (aunque desde hacía dos meses que se daban el tiempo para llegar unos minutos más tarde para pasar un rato juntos antes de que el equipo llegara), así que temía que ya estuvieran poniendo en marcha algún tipo de plan a sus espaldas.

Yamaguchi abrió la puerta de los vestidores, encontrándose con un Kageyama con el ceño fruncido dando vueltas por el pequeño espacio mientras murmuraba repetidamente "Hinata idiota". La escena era algo graciosa, pues antes de que el pelinaranja y el azabache comenzaran su relación, Tadashi había visto ese tipo de escenas por parte de ambos; sin embargo, ese no era momento de reírse, el peliverde no tenía ni idea de qué tenía a Kageyama así, llamándole a su novio de esa manera pareciendo molesto, ¿Habrían tenido algún problema?

Tadashi entró y cerró la puerta detrás de él en caso de que se tratara de una conversación sumamente privada. Se aclaró la garganta y dijo en voz alta:

-¿Kageyama?

El mencionado levantó la vista y suspiró.

-Que bien, te estabas tardando. -a pesar de que quería sonar aliviado, sonaba algo estresado aún. -¿Tsukishima sigue abajo?

Yamaguchi asintió a medio entender. Suponía que el hecho de que los de tercero llamaran a Tsukki había sido parte del plan de Hinata.

-¿Y cuál es el plan de Hinata exactamente? -El peliverde ladeó la cabeza intentando adivinar; mientras tanto, Kageyama sobaba el puente de su nariz.

-Acabar con mi paciencia y la de Tsukishima también, ese es el plan. -El azabache bufó- Quiero aclarar que no hubo voluntarios para su plan y ahora aquí estoy yo.

Yamaguchi lo miró sin entender nada todavía. Literalmente, cualquier cosa que Hinata y Kageyama hicieran podría acabar con la paciencia de Tsukishima. Probablemente, Hinata estaba obligando de algún modo a su novio para participar en el plan, y parte de él tendría que ver con estar cerca del rubio, así se acabaría la paciencia de ambos, sin embargo, no podía entender bien el objetivo principal de aquello.
Unas pisadas en las escaleras metálicas hizo que Yamaguchi dejara sus pensamientos atrás, al mismo tiempo, Kageyama suspiró con cansancio y se acercó al peliverde con rapidez. Entonces, pasó un brazo por los hombros del más bajo y lo hizo caminar hacia su locker, sacando su celular para mostrarle su celular con la pantalla apagada.

-Que dem... -Yamaguchi alzó una ceja intentando alejarse.

-Solo finge que te muestro algo interesante, Shoyo te explicará bien las cosas después de la práctica.

A pesar de que a Yamaguchi le relajó más el hecho de que Hinata estuviera envuelto en el raro comportamiento de Kageyama, no quería quedarse con las palabras en la boca. Al final, tuvo que hacerlo, pues Tsukishima entró y Kageyama lo apretujó más contra él. 

Fueron unos segundos insoportables. Tsukishima los miró frunciendo el ceño, relajando un poco la expresión de sus ojos al tiempo que tensaba la mandíbula. Mientras tanto, Kageyama ignoraba (claramente no lo hacía, solo fingía hacerlo) la mirada del rubio, en cambio, lo que hacía era apretujar su celular mientras con la mano que tenía a Yamaguchi, jugaba con algunos mechones peliverdes del chico de pecas.

-Qué mal día para ser Hinata. -terminó por decir Tsukishima apartando la mirada de ambos y caminando hacia su casillero. -Llevas aquí más tiempo, Yamaguchi, y aún no estás cambiado.

Ninguno dijo nada más. Yamaguchi solo observó a su mejor amigo cambiarse con rapidez y luego irse cerrando la puerta con inusual fuerza.

Tobio y Tadashi suspiraron al mismo tiempo. Era como si hubieran aguantado la respiración mientras Tsukishima había estado allí. 

-Hinata, idiota -Kageyama soltó a Yamaguchi y bufó. -Si no funciona voy a subir mi precio.

-¿Te está pagando por ayudar? -Tadashi se acercó a su casillero y comenzó a cambiarse, el azabache ya estaba listo, así que podía asumirse que lo estaba esperando a él.

-Por ayudar no, eso lo haría normalmente. Me está pagando por ser la carnada.

"Carnada". Yamaguchi comprendió entonces. El punto era estresar a Tsukishima, y el mejor para eso, claro, era Kageyama.
No tenía bien en claro el objetivo (aunque sí tenía algunas ideas), sin embargo, podría funcionar, por fin podría saber si Tsukki realmente gustaba de él o simplemente no sabía como rechazarlo.

Sería un día muy largo...
Y entretenido.

Tomar tu mano [Tsukkiyama]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora