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Tsukishima y Yamaguchi se reunieron al acabar las clases. Era su costumbre, sin embargo, había algo distinto esa vez. El rubio no miró ni le dirigió la palabra al peliverde. Solo se quedaron allí. Juntos, compartiendo un espacio sin parecer que lo hicieran realmente.
En cuanto todos salieron del aula, ambos lo hicieron  también. Siempre se quedaban al final, ninguno sabía porqué. Y allí, frente a la puerta, estaba Kageyama, mirando por la ventana con las manos en la mochila, claramente a la espera de alguien. Tanto Yamaguchi como Tsukishima estaban conscientes de a quién esperaba, aunque, uno de ellos quería negar completamente esa realidad.

Kei acercó su mano a la de su amigo en cuanto este tuvo la intención de parar frente a Kageyama, fue un roce pequeño, para otras personas podría haber pasado desapercibido, pero no fue así par Tadashi, pues de inmediato, volteó a mirar al rubio.

-Yamaguchi... -Tsukishima tragó en seco, no había tenido intención de hacer aquello, así que tampoco había pensado en decir nada.

-¿Qué sucede? -Yamaguchi observó a Kei unos segundos. Al no haber respuesta, se encogió de hombros y volteó a mirar a Kageyama, quien solo observaba la escena pensando en que habría sido una oportunidad perfecta para Tsukishima para alejarlo de él. -¿Qué pasa?

-¿Tienes tiempo?

Yamaguchi, estando a punto de asentir, miró a Tsukishima. El rubio miraba hacia otra dirección, sin embargo, estaba pendiente de lo que él azabache pudiera decir.

-Yamaguchi, ven conmigo, no comiste bien durante el receso. -Kei habló por fin volteando a mirar al peliverde.

-¿No comiste bien? -Kageyama se acercó un poco más a Yamaguchi, a lo que Tsukishima solo pudo tensarse, y Yamaguchi, ponerse nervioso.

-Claro que no lo hizo, idiota, te lo llevaste para hacer quien sabe qué. -Tsukishima frunció el ceño y dio un paso hacia adelante jalando ligeramente a Tadashi hacia atrás para alejarlo de Kageyama.

Tobio miró a Yamaguchi. Evidentemente, ambos esperaban que respondiera algo, sin embargo, no esperaban que hiciera algún movimiento, Kei no actuaba así, simplemente hablaba, no era necesario para él hacer esfuerzo físico para acentuar sus palabras. Ambos estaban perdidos.
Fue entonces que una idea pasó por la cabeza de Kageyama. Quizá se expondría demasiado ante Tsukishima, quizá Kei podría hacer algún movimiento imprevisto, pero podría valer la pena, además, seguro Shoyo le daría más puntos por el esfuerzo en el plan.

Kageyama tomó la mano de Yamaguchi y habló de inmediato.

-Por favor, ven conmigo.

Kei y Tadashi quedaron en blanco. Aquel acto había sido inesperado. Ambos miraban las manos de Kageyama y Yamaguchi unidas.

-Tadashi -el azabache habló. -Ven conmigo  -repitió.

El rubio fue el primero en recomponer su rostro, volviendo a la seriedad de siempre, aunque aún sin dejar de ver ambas manos unidas.

-Te veo en la práctica, Tadashi.  -El de lentes se dio la vuelta y caminó con fingida calma en dirección contraria a ellos.

Kageyama y Yamaguchi lo observaron irse y perderse en alguna de las escaleras por las que tenía que bajar.

-Nunca había escuchado que te llamara por tu nombre. -Tobio soltó la mano del peliverde con cuidado.

-Lo hace a veces. -Tadashi seguía mirando el pasillo- Pero es cuando no está en su humor habitual. -El peliverde negó y miró al más alto- ¿A dónde quieres ir?

-A que comas algo, claro. -Kageyama comenzó a caminar con Yamaguchi a su lado. -Lamento que hayas comido poco.

-No te preocupes, comí lo suficiente para la clase, aunque sí tengo hambre.

Tobio asintió y lo llevó hacia una de las áreas verdes de la escuela. Se sentó bajo un árbol que daba sombra suficiente para cubrir a ambos y Tadashi se sentó, de inmediato, sacó su almuerzo, y antes de disponerse a comerlo, miró a los alrededores.

-¿Y Hinata?

-Está estudiando unas cosas con Yachi. Me dijo que esta vez seríamos tú y yo durante un rato, me parece que tendrá un tipo de revisión en inglés, ya sabes, algunos maestros lo hacen  de hecho, está cerca de aquí-Kageyama sacó uno de sus cuadernos. -come, hoy Daichi-san se hará cargo del entrenamiento.

Yamaguchi asintió y comenzó a comer en silencio. A su lado, Kageyama pasaba las páginas de su cuaderno manteniendo un ceño fruncido pronunciado. Tadashi estaría mintiendo si dijera que no quería saber qué sucedía, no se quedaría con la duda.

-¿Necesitas ayuda? -Tobio no respondió. Yamaguchi tomó un gran bocado del pan de leche que Tsukishima había llevado para él y se acercó al azabache para mirar por encima de su hombro. -Déjame ayudarte, no seas cabeza dura.

-Estoy bien así.

Tadashi alzó una ceja y tomó el cuaderno con rapidez para observar lo que tenía a Kageyama tan concentrado. Se trataba de varios apuntes con garabatos en los bordes (que parecían ser balones y mandarinas), todos sobre algunos temas de matemáticas. La última hoja ocupada, se trataba de una lista de ejercicios que, al parecer, eran para puntos extra. 

-No creo que Shoyo sea el único que necesite estudiar. -el peliverde miró al más alto- Estás completamente perdido, déjame ayudarte. -Tadashi miró la hora en su celular- Tenemos quince minutos antes de la práctica, puedo explicarte algunas cosas.

Kageyama dudó unos segundos. Asintió con lentitud.

-¿Y tu almuerzo?

-Comeré al mismo tiempo, puedo hacer ambas cosas a la vez; Tsukishima y yo hablamos mientras hacemos tarea, y ya te he ayudado antes con él, será fácil, a menos, claro -Yamaguchi sonrió, sabía cómo hacer que aceptara- Que el gran rey decida seguir de cabeza dura y no aceptar ayuda.

Kageyama rodó los ojos y respondió:

-Bien.

Tadashi sonrió y sacó sus apuntes para poder explicar mejor.

A lo lejos, había un rubio, muy molesto, por la cercanía que el par estaba manteniendo, se encontraba con Hinata y Yachi. En algún momento, lo habían hecho sentarse con ellos para no dejar sola a la chica con la ardua tarea de enseñar al pelinaranja. Realmente no hacia nada estando allí, pero parecía un buen lugar para poder mirar los movimientos de Kageyama y Yamaguchi durante un tiempo, y tener, claro, una excusa.

Tomar tu mano [Tsukkiyama]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora