Hacia el jardín el mundo de nuevo asciende, Potentes machos, hijas, hijos, presagiando El amor, la vida de sus cuerpos, pensamiento y esencia. Curioso contemplo allí mi resurrección luego del sueño, Girando de nuevo en el límpido espacio, Amoroso, maduro, todo para mí hermoso, todo pasmoso, Mis extremidades y el fuego palpitante de que es motivo el portentoso juego. Éxito pues, asomo y penetrante destilo, Satisfecho con el presente, satisfecho con el pasado, Por mi lugar, o atrás de mí, Eva siguiéndome, O al frente, y yo, lo mismo, de ella en pos.