❀La chica en el lienzo●•

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   Pensé aquella tarde, mientras bebía té y recuerdos, que solía creer que no comprendía el arte

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   Pensé aquella tarde, mientras bebía té y recuerdos, que solía creer que no comprendía el arte.

   Líneas, formas, ángulos, colores, texturas y ese popular éxtasis que todos parecían compartir, ¿Realmente una pintura, un cuadro, una escultura podían provocar algo así?

   Notas, composiciones, versos, silencios, ¿Una canción, un libro, una obra de teatro podían mover tantos sentimientos?

   Era tan difícil, ella diría imposible, imaginarse algo así.

   No, se dijo, es mentira. No existe nada en éste mundo que pueda ocasionar tal desborde de emociones en tantos corazones marchitos, fracturados, ajenos a lo sensible, a lo puro, al amor.

   Dí otro trago de recuerdos, de esos que sabían a té y flores, y pensé en tí, y en cómo, con un hola, con una sonrisa, con una mirada, tomaste un marcador y escribiste en mi piel artista.

   ¿Artista yo? ¿Cómo podría ser artista sí no comprendo el arte?

   Y entonces volviste a sonreír, y el ángulo de tus labios me pareció tan coqueto y tan dulce, y me miraste, y el color de tus ojos, enmarcado con los mechones rebeldes de tu cabello oscuro, me parecieron el color más hermoso de éste universo.

   Era una mirada que me invitaba a contemplarla por el resto de mi vida, y sin embargo, la bajé, ( No fue intencional, lo juro, pero no, tampoco me arrepiento, ¿Cómo podría? ), Contemplé por segunda vez tu boca, dónde tú sonrisa se había borroneado, y solo quedaban tus labios entreabiertos.

   No soy artista, me repetí, pero quiero comprobar con mis propios labios la textura de los tuyos.

   Entonces tú también apartaste la mirada, riendo, nerviosa, en voz baja.

   No soy artista, insistí, y aún así me permití apreciar las notas de tu risa, y el placentero silencio que le siguió antes de que los latidos erráticos llenaran el aire entre las dos.

   ¿Eso es la música? Le pregunté a la lluvia.

   Es tarde, murmuraste, y nos despedimos aquella vez.

   Otro sorbo, éste sabe a frutas, porque en mi mente, intenté evocar el sabor de tu boca, y cerré los ojos.

   Yo no soy artista, lo sé, lo saben todos. Pero ella, ella es el verdadero arte, ese que no sabía comprender.

   Ella es esa escultura que atrapa miradas, esa melodía que endulza el aire, ese cuadro que pinta de color este mundo gris, esa obra maestra que hace palpitar corazones.

   Que hace palpitar con locura el mío.

   Ella es arte, y por ella, sería artista.

   Ella es arte, y por ella, sería artista

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Para La Chica Con La Que Soñé Enamorarme - PoemarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora