5 + 1: Detrás de la puerta

638 97 28
                                    

Es en la Conferencia de Discusión anual en Lanling Jin cuando Jin Ling le pone de una vez el punto y final a sus dudas... y a sus retahílas sobre por qué jiujiu y shushu no están casados. Y su conclusión es que deberían estarlo. Ni más ni menos.

Las Conferencias de Discusión son eventos sumamente aburridos. No solo para los niños (Jin Ling las odia) si no también para los honorables líderes de secta implicados. Más de uno y más de dos (Nie MingJue y Jiang Cheng, por ejemplo) no saben ni para qué se celebran. Las reuniones son tediosas e inútiles en su mayoría. Llegan a más acuerdos coherentes y a decisiones finales en sus despachos, cuando tres o cuatro líderes intentan organizar esa lista interminable de peticiones de las sectas menores. Y los eventos sociales de después, las competiciones y los grandes banquetes cuando la Conferencia en cuestión ocurre en la Torre Koi, resultan todavía peores. Por eso, para sorpresa de nadie, ZeWu-Jun y ChiFeng-Zun desaparecen con tantísima rapidez del Salón del Encanto, solo tras dejar pasar el límite de tiempo de lo que se considera correcto. LianFang-Zun y Sandu ShengShou no tardan más de media hora extra en imitarles —solo porque uno de ellos es el anfitrión y se le exige más presencia— y desvanecerse del salón principal de la Torre Koi como si nunca hubieran estado allí.

Sí, a Jin Ling las Conferencias de Discusión le parecen insoportables. Los adultos no hacen más que hablar de sus temas tontos de adultos en vez de prestarle atención y jiujiu y shushu tienen demasiadas cosas que hacer como para jugar con él y con Fairy, y solo pueden leerle un rato antes de dormir. Sin embargo, tienen algo bueno. Unas cuantas cosas buenas, de hecho. La primera, que puede ver a sus amigos. Como en su cumpleaños, los cinco pequeños terrores de las cuatro grandes sectas (véase: Jin Ling, Lan Yuan, Lan JingYi, Ouyang ZiZhen y Liu PingYang) siempre instigados por la promesa de chucherías de Nie HuaiSang, se reúnen para jugar y hacer sus travesuras varias. La segunda, que su horario para dormir se vuelve un poco más laxo. Las damas de la Torre Koi tienen demasiadas cosas que hacer y su tía está demasiado ocupada con su esposa como para darse cuenta de que no se ha ido a dormir a las nueve ni a las diez, así que eso le "permite" —más o menos, es un vacío legal— quedarse despierto hasta tarde. Que es justo lo que está aprovechando esta vez.

Sabe que no debe y que jiujiu amenazará con partirle las piernas (y quizá esta vez incluso lo haga) como le pille, pero lleva todo el día tremendamente aburrido, así que le parece justo. Menos mal que su baremo de lo que es justo y lo que no evolucionará en el futuro, o la Torre Koi estará en graves problemas. Y, después de todo, ya bastante tiene Jin GuangYao arreglando los escándalos y las cuentas fraudulentas de Jin GuangShan. Hasta ha tenido que recurrir a su amante para que le ayude a limpiar todo eso, y no es que Jiang Cheng tenga menos trabajo pendiente que él...

Pero, de todas formas, sus dos tíos no son el objetivo de Jin Ling. O... bueno, sí, en realidad sí que lo son. Encontrarlos lo es. Encontrarlos y descubrir qué pasa entre ellos, porque está seguro de que algo pasa. Hasta A-Yuan y A-Zhen, los dos niños más dulces de su grupito de amigos, están convencidos de que se miran como ZeWu-Jun y ChiFeng-Zun. Tienen —de vez en cuando— esa expresión acaramelada que a los críos de su edad les da tanto asco. Es la misma con la que algunos discípulos adolescentes miran a las chicas más bonitas de la Torre Koi, y que es la misma que se dirigen entre sí esas shijie tan bonitas. En la Torre Koi la verdad es que los chicos no tienen demasiada suerte buscando una futura esposa, ahora que lo piensa. Liu PingYang dice que con razones más que de sobra, pero ni lo entiende ni es el tema. El tema es encontrar a su jiujiu y a su shushu y descubrir qué está pasando de una vez por todas. Porque algo está pasando, eso lo tiene muy claro. Lleva pensándolo desde su octavo cumpleaños, y si una idea se queda en su infantil cabecita tanto tiempo —solo ha pasado una vez antes, cuando empezó a pedir un perro, y al final llegó Fairy— tiene que ser cierta.

Custodia compartida [Mo Dao Zu Shi Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora