Cada año durante ocho años consecutivos, la Torre Koi se tiñe de dorado y de lotos en flor para celebrar el cumpleaños del joven heredero Jin. Más de lo habitual, porque en situaciones normales ya es tan dorada que daña la vista. Jiang Cheng odia ese lugar del demonio, de verdad que sí, pero dos de sus personas favoritas tienen ahí su residencia habitual —aunque nunca (o solo algunas veces contra el colchón y las velas aromáticas) admitirá que una de ellas lo es; no en voz alta—. Así que durante el cumpleaños de su adorado sobrino no puede hacer más que suspirar, callarse e intentar no mirar fijamente a ningún punto durante demasiado rato. Si lo hace, siente que se quedará ciego, y eso sería un gran inconveniente, en especial para las cazas nocturnas. Y para los informes. Y para responder a las cartas. Y para vigilar a A-Ling. Y tiene que relajarse y dejar de pensar en el trabajo de una vez en la fiesta de su sobrino o le volverá a caer una de esas broncas dobles que entre Jin Ling y Jin GuangYao a veces se arreglan para echarle, sobre todo cuando tiene las defensas bajas y se lo encuentran cansado o sobrepasado.
Ah, lo que daría por poder celebrar los cumpleaños de Jin Ling en el Muelle del Loto... Pero no. Según el pacto de custodia compartida entre Jin GuangYao y él —muy debatible, de todas formas, porque lo alteran según les interesa ir de visita o según se echan de menos (cosa que no pasa nunca) y al final resulta que viven a caballo los tres entre sus dos sectas— el verano y la primavera son para pasarlos en Yunmeng Jiang, y el otoño y el invierno en Lanling Jin. A-Ling adora el verano en Yunmeng, de todas formas, nadar en los lagos y jugar con Fairy en los muelles desde el desayuno hasta la cena cuando sin duda debería estar entrenando, así que el niño no tiene queja ninguna. Además, en Yunmeng no nieva, está demasiado al sur y hay demasiadas masas de agua cerca que templan los meses más fríos, y en Lanling sí. Como a Jin Ling le encanta que nieve, tiene lo mejor de los dos mundos.
Sí, sí, Jiang WanYin jamás negará eso. Ni que su acuerdo es ventajoso para todas las partes implicadas, lo sabe. Pero... ¿de verdad es necesario que brille todo tanto? ¡Se le van a quemar las retinas!
El banquete de cumpleaños del heredero de la más rica de las cuatro grandes sectas es, en realidad, un evento social más dedicado a los líderes de los distintos clanes aliados que al niño en sí. Jiang Cheng ha protestado por esto cada año (¡debería haber más críos y menos viejos, y ninguna de las artimañas del cultivador jefe va a convencerle de lo contrario!), y le ha valido alguna buena discusión con Jin GuangYao. O, mejor dicho, a Jin GuangYao le ha valido más de una buena discusión con él, con todas las consecuencias incluidas. Véase: quejarse con su hermana y con el matrimonio que tiene por hermanos jurados y dormir en habitaciones separadas. Jiang WanYin no le permite poner un pie en sus aposentos cuando se enfada, algo que resulta ser un inconveniente tremendo. Y por varios motivos. En especial, porque Jiang WanYin es precioso cuando se enfada —más de lo habitual. Siempre lo es, pero iracundo sus ojos toman un brillo único, vivo y añil y ardiente, y a Jin GuangYao le encanta— y porque no poder colarse por su ventana sin arriesgarse a un golpe de Zidian por desgracia no le resta erotismo al asunto. Solo le añade una cierta heroicidad, esa que va de la mano de la locura y que Jin GuangYao en realidad no disfruta demasiado. Prefiere que su amante le ponga las cosas fáciles, porque siempre ha anhelado la sumisión y la docilidad. Irónico; ha ido a buscar (y tiene un "hijo" con) el líder de secta menos sumiso y dócil del mundo. A no ser, por supuesto, que sepas qué teclas tocar en la cama y cómo y cuándo hacerlo.
Jin GuangYao sabe cuáles son, por supuesto, pero, en cualquier caso, prefiere tener la fiesta en paz. Literalmente, la de cumpleaños. A él también le aburre espantosamente, y aunque no se pueda huir de hacer ciertos enemigos, prefiere hacerlos con cabeza. En esta guerra social, después de todo, necesita a su querido líder de secta Jiang como aliado. Están los dos en el mismo bando.

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Custodia compartida [Mo Dao Zu Shi Fanfic]
FanficCinco ocasiones en las que Jin Ling cree (¡está convencido! Tiene ocho años y todas las damas de la Torre Koi dicen que es el niño más listo del mundo mundial) que pasa algo entre sus tíos y una en la que pasa de verdad. (5+1)