En verano hace calor. En verano en Yunmeng Jiang hace todavía más calor.
A Jin GuangYao no le gusta el calor.
Da igual que la proximidad a grandes masas de agua deba dar lugar a veranos e inviernos templados, sin cambios de temperaturas extremos, en Yunmeng Jiang el verano es caluroso y largo, una estación que absorbe para sí misma el último mes de la primavera y el primero del otoño también. Y no solo eso. Es húmedo y pegajoso, como si algo se te adhiriese a la piel y la única opción para deshacerse de ese algo fuese darse un chapuzón en el lago. Quizá ese sea el motivo de que tanto los discípulos de la secta del Loto como su líder (y por lo tanto y por extensión, Jin Ling también) no solo sean seres más preparados para el agua que los propios ghouls acuáticos, si no que además se pasen más tiempo sumergidos en los lagos que fuera. Durante los meses de verano los grandes embalses de Yunmeng se llenan de barcas y de gente que no necesita barcas. Y, por eso, Jin GuangYao ha acabado cómo ha acabado.
Pasando calor bajo el sol de media tarde (odia el calor) en una barca (odia las barcas) contemplando a su sobrino y a su amante nadar entre los lotos (odia nadar).
Ven con nosotros, dijo Jiang Cheng y gritó A-Ling. Será divertido. ¡Y una mierda! ¡Un día pagarán por esto! Todavía no sabe cómo, pero lo harán.
Aunque... debe admitir que la situación tiene algunas ventajas. Y que quizá está dramatizando, porque le gusta ser dramático cuando tiene la oportunidad para ello sin miradas indiscretas que juzguen y evalúen todos y cada uno de sus movimientos. Hay cosas que odia más (como a su padre, que ya esté muerto desde hace tiempo o a Jin ZiXun, que hace bastante poco que terminó de morirse el muy bastardo. Pensaba que la maldición de los Cien Agujeros haría efecto con más rapidez) que el calor. Además, tiene la oportunidad de ver a Jiang WanYin medio desnudo a la luz del sol, y eso sin duda no lo odia. Todo lo contrario, de hecho. Eso lo disfruta mucho.
En el agua, bajo la atenta —y todavía algo resentida— mirada de Jin GuangYao, tío y sobrino nadan y se divierten. Momentos como este son los que hacen que Jiang Cheng piense que su vida tiene un poco de sentido. O que no lo ha hecho todo mal, por lo menos. No sabe si está autorizado a ello, pero es feliz así, en situaciones como estas en las que no tiene nada más que pensar que en defenderse de los salpicones de Jin Ling. Antes de coger el barco siempre por capricho del más pequeño de la familia (porque para nada se las ha apañado para sugerirle ese capricho en concreto, qué va. Es un líder de secta, no necesita recurrir a argucias como esa) dejó a Yu Tian al mando de la secta. Y después la pequeña familia de tres se perdió en uno de esos lagos remotos a los que ya no va casi nadie, esos pequeños secretos de los herederos de Yunmeng. Pasó tantos veranos allí jugando con Wei WuXian, Jiang YanLi y sus hermanos marciales... la memoria es nostálgica y pincha un poco, porque ya no hay tanta gente a su lado, pero con la que tiene le basta, así que solo sabe agridulce.
-¡Mírame jiujiu! -Chilla el niño, chapoteando siempre cerca de la cubierta de la barca. El lago no es muy profundo, Jiang Cheng hace pie y el agua le llega por la altura del pecho, pero ambos cultivadores prefieren asegurarse y nunca le pierden de vista-. ¡Sé hacer volteretas en el agua!
-¿Seguro, mocoso?
-¡Pues claro! ¡Mira!
Y dicho y hecho. Jin Ling se sumerge y gira dentro del agua con la habilidad de una ranita un poco torpe, y luego vuelve a la superficie tosiendo y quejándose porque se le ha metido agua por la nariz. Chapotea hasta los brazos de Jiang WanYin, que son el lugar más seguro del mundo. Su jiujiu no duda a la hora de abrazarle, aunque hay una media sonrisa divertida expandiéndose por sus labios. Desde la cubierta de la barca, bajo una delicada sombrilla de papel, Jin GuangYao se limita a dejar escapar algo que parece un suspiro resignado. Sin embargo, él también está contento. No tanto por ver a Jin Ling feliz —que también— si no por la imagen de Jiang Cheng divirtiéndose. Es insólita, pocos cultivadores saben que Sandu ShengShou es capaz de sonreír con algo distinto a la crueldad, pero también preciosa.
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Custodia compartida [Mo Dao Zu Shi Fanfic]
FanficCinco ocasiones en las que Jin Ling cree (¡está convencido! Tiene ocho años y todas las damas de la Torre Koi dicen que es el niño más listo del mundo mundial) que pasa algo entre sus tíos y una en la que pasa de verdad. (5+1)