• 𝐈𝐗 •

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—¡Hola Izuku-kun!— Saludo Uraraka con una sonrisa en su rostro mientras que se acercaba hacia el menor pero vio como este empezó a temblar y la miró con esos ojos negros sin brillos —¿Izuku-kun?

Uraraka se quedó quieta al ver ese extraño comportamiento de su amigo y claramente era de estar sorprendido ya que en esos ojos ya no habían vida ni mucho menos su cuerpo que estaba temblando aunque no se de cuenta el mismo

—Izu- —se iba a acercar hacia el para saber que le pasaba a su amigo pero fue retenida por los brazos de Inko jalandola poco hacia atrás

—La mesa está por alla— esa sonrisa forzada que daba ella pero para la castaña era fácil saber todos los comportamientos que hacía la mujer asique también le dio una sonrisa forzada

—Bueno con permiso— Inko le dio paso a los padres de Uraraka para que entraran al comedor pero en cuando dieron la espalda Inko cambio su mirada poniendose seria junto con un ceño fruncido pero no era la única que había cambiado su rostro al momento que sus padres dieron la espalda

Uraraka puso una mirada seria junto con un ceño fruncido, eran dos fieras leonas que estaban peleando, que una queria a Izuku para ganar dinero mientras que la otra quería la libertad que se lo merece y de soñar con todo lo que quería hacer en cuando era niño

Como despedida volvio a darle una sonrisa forzada a Inko y se dirigió hacia el comedor en donde les esperaban sus padres

—Ahg esa mocosa— su odio por la castaña era evidente

—¿Quieres parar ya? Debería darte vergüenza en estar peleando con una pequeña mocosa, deberías meterte con alguien de tu tamaño

—No molestes, vamos, que quiero que se vallan de una vez

Ella va hacia la cocina para servir la cena mientras que el hombre lleva a Izuku por los brazos y eso fue notorio por la familia de Uraraka pero a este no le importo si había alguien más en la casa que el seguirá siendo violento, grosero o el mismo que andara tocando a Izuku debajo de la mesa

La cena transcurría con algo de normalidad aunque Izuku no agarraba los palillos ni mucho menos no se habia movido de la posición en la que estaba, el solo estaba sentado como estatua

—El..el en la mañana tuvo un malestar ¿no Izuku?— forzó su sonrisa Inko para luego ocultar que estaba pellizcando en el brazo del pecoso

—No se preocupe Inko-San— decia la madre de Uraraka con una leve sonrisa pero lo que si forzaria una sonrisa era al hombre que un día intentó violar a su hija

Volvieron a dirigir su vista a su plato pero Uraraka tenía la mirada seria

Apropósito tumbo sus palillos al piso —Oh, lo siento..ahorita lo recogo perdóneme por mi torpeza Inko-...San— ella la miraba fijamente hacia Inko que tenía un ceño fruncido pero mantenía su sonrisa forzada

—No te preocupes mi...ni..ña..— vaya que ambiente forzado

Uraraka bajo casi cuerpo entero par recoger sus palillos pero al levantar el mantel se vio con una sorpresa

El hombre con su mano andaba tocando las piernas de Izuku de una forma que le hacía vomitar a Uraraka que sin perder tiempo sacó rápido su celular y sacó foto a la escena que estaba viendo, rápidamente volvió a estar como estaba antes, lavo sus palillos y volvió a comer su cena pero tenía su mirada fría hacia el hombre que comía tranquilamente

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•Otra vez volví al principio• «katsudeku»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora