• 𝐗𝐈𝐕 •

944 48 57
                                    

—¡Ka- kacchan por favor para!

—¡Callate maldito! ¡Tu voz chillona es lo último que quiero sacarlo! ¡Muerete!

No sabia como esque las cosas habian terminado así y de esa manera

¿Porqué kacchan me está golpeando?

Odiaba sentir ese dolor en su estómago, Odiaba ver los ojos de kacchan llorar sin parar mientras me golpeaba, Odiaba ser el culpable de todo lo que tocaba, Odiaba estar con vida

Su vida ya no tenia sentido desde que su madre dejo de llamarle hijo, no tenia sentido estar con vida pero desde que Katsuki decidio proteger y cuidar a Izuku ahí fue cuando le dio sentido a seguir con vida ya que gracias a el seguia caminando por ese mundo que alguna vez odio

Pero que sentido tiene cuando considerabas a una persona el motivo de tu vivir, cuando te a dejado solo en cuatro paredes

—Me doy asco, no sirvo...

Izuku

Conocia bien la voz asique busco por todas partes hasta hallar a la persona quien una vez le habia usado como ganancia

—¿Mamá..?

—Si que no sirves para nada.. Mira lo que haz causado.., tu mismo hiciste toda esta mierda..

—no es ci- cierto..—empezó a temblar

—Mirate.. Tu cuerpo ya me da asco.. ¿Enserio eres mi hijo? Te odio

—callate..

Te odio

—¡Mentira!—cerraba sus ojos con fuerza mientras tapaba sus oídos

Te odio

—Es mentira..mamá..

Deku

—¡Odio mi vida! ¡ODIO QUE OTROS SUFRAN POR MI CULPA!

¡Deku despierta!

—¡Soy un maldito prostituto! ¡me doy asco!

¡Deku! ¡Despierta maldita sea!

Levanto de golpe, sentía sus ojos arder, sus respiraciones eran agitadas no podía tranquilizarse, sentia que le faltaba el aire y no podia respirar bien necesitaba sus medicamentos con urgencias. Entonces escucha como entran unas enfermeras para tranquilizarlo y darle su pastillas

No podia escuchar nada más que sus respiraciones agitadas, sonaban cada vez por sus oídos y odiaba eso, quería que se pararan ya que por cuenta misma se arrancaría los oídos con sus propias manos

Temblaba y no podia frenar, necesitaba que alguien le quitara esas agitaciones que lo ponian intranquilo

—¡Deku tienes que calmarte!

Izuku al escuchar su voz, busco en la habitación hasta hallarlo. Lo miraba con preocupación y eso odiaba, que lo miraran con tristeza como si el valiera la pena pero; se pudo tranquilizar, su respiración ya no se escuchaban por sus oídos y se habia olvidado por completo todas las cosas que le habian dicho su madre

•Otra vez volví al principio• «katsudeku»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora