PRÓLOGO

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—¡POR ROSALIE! —Gritó Cheryl, elevando su vaso—

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—¡POR ROSALIE! —Gritó Cheryl, elevando su vaso—. ¡Y POR LA NUEVA VIDA QUE LE ESPERA!

—¡SALUD! —Respondieron todos al unísono, brindando por la chica.

Rosalie sonrió, elevando su vaso también. Aunque le costó, consiguió que todos comenzaran a llamarla así. Amelie era su nombre real, pero no le gustaba. Le recordaban una vida y una historia que quería dejar atrás. Ella estaba dispuesta a comenzar de cero en el extranjero, usando el nombre con que la llamaron sus seres queridos desde pequeña. Ella se encontraba lista para triunfar.

Rosie dio un breve sorbo a su bebida, caminando hasta su mejor amiga. La abrazó con fuerza, agradeciéndole por todo lo que hizo. Cuando Cheryl se enteró que ella ganó una beca para estudiar diseño de modas en París, insistió en organizarle una fiesta de despedida. Rosalie jamás imaginó que sería algo tan grande como eso, pero disfrutó cada minuto que permaneció en casa de su amiga. A pesar que ella prefería las reuniones pequeñas, le gustaba estar rodeada de personas que se alegraban por sus éxitos.

El día que Rosalie le contó a su madre que ganó una beca, Frances solo se burló de ella. La llamó mentirosa, y luego le rogó que no se fuera porque no quería quedarse sola. Rosie la perdonó por todo lo que le hizo, pero jamás lograría olvidar el sufrimiento que le causó por meses. Los golpes e insultos permanecían grabados en su memoria, pero no se comparaban con el día que la cambió por un hombre. El novio de Frances trató de abusar de ella, y la mujer prefirió creerle a él. Para su madre, valía más el amor de un hombre, que el de su propia hija.

Rosalie caminó por la sala de la casa de Cheryl, prefiriendo no pensar más en cosas tristes. Faltaban menos de veinticuatro horas para que se fuera, y deseaba disfrutar la fiesta. La beca cubriría su alojamiento y estancia en París por cinco años y, lo más probable, era que ella se quedara viviendo de forma permanente ahí. Su carrera duraba solo tres, pero las bases de la beca estipulaban que le darían trabajo por dos años en empresas locales. Después de haber pasado un par semanas en un curso de inducción, se sentía preparada para convertirse en la gran diseñadora que siempre soñó.

La joven observó a su novio a lo lejos, acercándose a él con una sonrisa. Nada de eso hubiera sido posible sin su ayuda. Dominic fue quien encontró la beca en internet, y la acompañó en cada paso que dio. Él la alentó, creyendo en ella de forma incondicional. Nick era el amor de su vida, y a quien más iba a extrañar.

Dominic besó los labios de Rosalie con suavidad, disfrutándolos como si fuera la primera vez. Le dolía en el alma tener que separarse de ella, pero no quería interponerse en sus estudios. Él la amaba como nunca antes había amado a alguien, y solo quería protegerla. Rosie era tan dulce y frágil, que temía que cualquiera pudiera hacerle daño. De haber sabido que Francia quedaba al otro lado del mundo, él la habría ayudado a conseguir una beca en un lugar más cercano. No podía imaginar como sería vivir a diez horas de distancia, en avión, de ella.

Distancia InesperadaWhere stories live. Discover now