Los días después de ese se volvieron una completa tortura para Katsuki, el orbe bajo su cama no dejaba de brillar, los idiotas a los que tenía por amigos después de todo si querían recibir el trabajo de su parte para acreditar la materia... Y lo más importante, odiaba tener que ser el tutor personal de aquel chico peli verde que choco con él en las escaleras.
Quien decía ser del extranjero y no manejar muy bien el idioma.
—Eso es todo por la clase de hoy, recuerden que el día de mañana comienzan las presentaciones. Asegúrense de preparar sus trabajos.— Aquel hombre de cabellera y ojos negros hablo, y después de tomar su maletín del escritorio, salió del aula antes de que se arrepintiera por permanecer más tiempo del que debía.
Mientras que Katsuki intentaba imitar sus acciones, sin embargo; aquel chico de pecas no estaba dispuesto a permitirlo.
—Kacchan, espera. ¡Prometiste que hoy me darías clases de Japonés después de clases.! ¿A donde vas.?— Con una gran sonrisa, levanto ambos brazos para llamar la atención del más alto, pero este ya se encontraba a varios metros de él, dándole la espalda con camino a la salida del aula.
Y sin darle la cara, respondió de mala gana, recibiendo algunas miradas curiosas que aun permanecían ahí.
—No digas estupideces, idiota. Nunca dije que lo haría, no tengo tiempo para ti ahora, solo soy tu tutor durante las horas de clase... después de que esa campana toca, yo no soy responsable de ti. Así que busca a alguien más que quiera ser tu maestro.— Levanto una de sus manos para señalar aquella campaña que había dentro del aula y que había sonado minutos antes.
Y posteriormente apresuro sus pasos para huir de ahí.
Pero luego de unos segundos se detuvo antes de perderse por completo al otro lado de la puerta... y después de suspirar pesado y frotarse la sien, volvió a hablar.
— Te espero en los jardines traseros del campus en una hora... iré a comer algo primero.— Derrotado por una extraña fuerza, reanudo su caminar con dirección a la cafetería... sabía que debía cumplir con su trabajo.
Después de todo lo había dicho, y no era alguien que negara sus propias palabras, aun si no quería aceptarlo.
Izuku sonrió de inmediato... ni siquiera tuvo que hacer uso de la magia del celeste para convencerlo, justo como lo había planeado horas antes. Y sin esperar una palabra más, corrió fuera del lugar para buscar al chico de piel pálida y ojos escarlata que lo encontró noches antes.
Encontrándolo dentro de los baños, besándose con un chico de cabellera blanca y brillantes ojos azules, quien al verlo entrar no se inmuto en lo más mínimo.
—Lamento interrumpir su momento de diversión pero necesito que me ayudes con algo... Tomura.— Camino hacía él y lo tomo de la parte trasera de su ramera para tirar de ella y obligarlos a separarse.
Sonriendo una vez que vio de quien se trataba realmente.
—Pequeña rata, y pensar que tu padre te creía muerto. Le daría un infarto si supiera con que clase de personas te relacionas ahora.— Dijo sarcásticamente mientras buscaba en sus bolsillos un cigarrillo y un encendedor para fumar ahí mismo... jamás en su vida había probado alto tan delicioso como eso.
—Cállate, basura. La forma en la que viva mi vida no es de tu incumbencia. Si viniste aquí es para ver a ese idiota, no a mi.—Sonrió con malicia, y después de acomodar sus ropas, bajo del lava manos y posteriormente salió de los sanitarios.
Abandonando a los otros dos jóvenes, quienes ahora se veían con aburrimiento.
—Espero que sea algo importante, tanto como para hacer que Touya me abandone.— No le importaba en lo más mínimo el chico de cabellera blanca, sin embargo; era la única diversión que tenía después de jugar todo el día al estudiante bueno.
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El orbe [Katsudeku]
FanfictionDespués de que su magia fue robada por el mejor mago del rey... Izuku busca venganza contra el reino. Sin embargo; sus planes de vienen abajo cuando es sellado por el rey, cayendo en un sueño profundo del cual logra despertar cientos de años después...